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La oposición extremista de Siria

El Frente Al Nosra, recién incluido en la lista de terroristas de EE.UU., se atribuyó el ataque contra el Ministerio del Interior.

Redacción Internacional
13 de diciembre de 2012 - 10:00 p. m.
Un atentado contra el Ministerio del Interior en Damasco dejó cinco muertos y 23 heridos.  EFE
Un atentado contra el Ministerio del Interior en Damasco dejó cinco muertos y 23 heridos. EFE

El atentado contra el Ministerio del Interior en Damasco, en el que cinco personas murieron y 23 resultaron heridas el miércoles, lo reivindicó el grupo extremista del islam sunni Frente Al Nosra, recién incluido por el Departamento de Estado de EE.UU. en su lista de organizaciones terroristas. Ayer dos atentados con carro bomba, que nadie se ha atribuido, dejaron 24 muertos en Damasco.

El Frente Al Nosra no sólo ha realizado el último gran atentado. Según EE.UU., el grupo es responsable de más de 600 ataques terroristas desde noviembre de 2011 y ha matado y herido a cientos de sirios, con el fin de “secuestrar la lucha de la oposición siria para aumentar su ideología extremista”. Al Nosra se ha reivindicado centenares de ataques y decenas de atentados suicidas, particularmente en Alepo, Damasco y Deir ez-Zor.

La inteligencia norteamericana considera que grupos extremistas como éste componen hasta el 9% de las fuerzas rebeldes y han protagonizado los mayores golpes contra el régimen sirio.

La pretensión estadounidense al designar a Al Nosra como grupo terrorista es evitar que la revolución siria sea permeada por milicias yihadistas. Según EE.UU., Al Nosra fue creado por los líderes de Al Qaeda en Irak. Uno de sus presuntos jefes, Ali Musa Abdalá al Yuburi, es un iraquí que perteneció a Al Qaeda en la ciudad de Mosul, norte de Irak. Ayman al Zawahiri, jefe de Al Qaeda, ya ha hecho llamados a las milicias yihadistas, para apoyar la lucha contra el régimen de Bashar Al Assad.

Los expertos coinciden en que la intención de las milicias islámicas infiltradas en la primavera árabe es aprovechar el caos después de la caída de los gobiernos e intentar tomarse el poder antes de que empiece reestructuración del Estado.

La posición de Washington en la guerra de Siria cobra dos matices: por un lado provee equipamiento y armamento no letal a los rebeldes que no considera terroristas y los reconoce como legítimos representantes de su pueblo; por el otro, incluye a las facciones islámicas que están en las primeras filas de la insurgencia en su lista de organizaciones terroristas.

El Gobierno de EE.UU. también decidió sancionar a dos milicias armadas que apoyan al Gobierno sirio: Shabiha, un grupo de paramilitares acusados de cometer varias masacres; y Jaysh al-Sha’bi, una colectividad vinculada con Irán. Estas sanciones congelan los activos que estas sociedades tienen en EE.UU. y prohíben a empresas y ciudadanos estadounidenses hacer negocios con las mismas

La distinción que hace EE.UU. entre las facciones terroristas y los legítimos representantes del pueblo (así han sido reconocidos los rebeldes por la organización Amigos de Siria) se debe a la necesidad de no armar y empoderar a su enemigo. A Washington le ocurrió algo así cuando armó a los talibanes en 1986 para derrocar al régimen soviético en Afganistán. Hoy los talibanes, tras el fin de la ocupación estadounidense, resurgen y buscan tomarse el poder e imponer la ley musulmana, rechazan los valores occidentales y son considerados terroristas por EE.UU.

Por Redacción Internacional

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