La OTAN ha admitido que los "incidentes" protagonizados por sus tropas en Afganistán durante las últimas semanas han hecho daño a su causa, pero ha subrayado que no cambiarán sus planes.
"Las últimas semanas han sido realmente difíciles para ISAF -la misión aliada en Afganistán-", ha asegurado en una rueda de prensa el representante civil de la OTAN en Kabul, Simon Gass.
Vía satélite desde Afganistán, Gass ha recordado que la Alianza se ha enfrentado "a una serie de incidentes muy desafortunados", entre los que mencionó la quema "accidental" del Corán por parte de soldados en una base y la masacre de 16 civiles perpetrada por un soldado estadounidenses en el sur del país.
"Los incidentes de este tipo no ayudan a nuestra causa, eso es cierto", ha admitido Gass, que ha reconocido que estos han generado un fuerte impacto e ira entre los afganos.
Gass, sin embargo, ha subrayado que se trata de acontecimientos aislados y que no deben en ningún caso llevar a tomar decisiones precipitadas, especialmente en lo referente a la salida de las tropas internacionales del país.
"Si tomásemos decisiones repentinas en base a los acontecimientos de estas últimas semanas, pondríamos los resultados en peligro", ha asegurado.
El embajador aliado en Kabul ha subrayado que la OTAN mantendrá el calendario previsto, que fija para el final de 2014 la salida del grueso de las tropas de Afganistán, una vez completado el proceso de transición de la responsabilidad en materia de seguridad a las fuerzas nacionales.
Gass ha dicho que no está al corriente de ninguna decisión para acelerar el fin de la misión y no esperar pronto ninguna reducción significativa de fuerzas más allá de las ya anunciadas.
El embajador ha insistido además en que los incidentes no tienen por qué reforzar a la insurgencia y ha recordado que la encuestas muestran que el número de afganos que se declaran simpatizantes de los talibanes no hace más que caer.