Papa Francisco salió a las calles de Quito para rezar con los fieles ecuatorianos

El sumo pontífice rompió el riguroso protocolo que suele aplicarse en este tipo de desplazamientos. Mientras tanto, un Ecuador sumido en protestas en contra de Rafael Correa lo recibe.

Con información de agencias
06 de julio de 2015 - 01:45 p. m.
EFE / EFE
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 La expectativa por la llegada del papa Francisco a Quito era enorme. Cientos de fieles se instalaron a la entrada de la Nunciatura Apostólica donde se alojó en quito el sumo pontífice que, a tan solo unas horas de su aterrizaje en Ecuador, rompió el tradicional y estricto protocolo que suele manejarse en estos casos saliendo de dicho lugar para recibir a sus seguidores con los brazos abiertos y posteriormente rezar junto a estos. Con su característico humor, el papa indicó que con tal de que dejaran dormir a los vecinos él rezaría con los presentes. (Vea: El Ecuador que recibe al papa)

El jefe de la Iglesia católica ya hizo gala de su humildad al trasladarse desde el aeropuerto de Quito, en la zona de Tababela, hacia las puertas de la ciudad, en la avenida Simón Bolívar, en un modesto Fiat, para luego abordar el "papa móvil", un todoterreno descubierto y protegido por láminas de vidrio, desde donde que saludó a la multitud que le recibió en las calles capitalinas.

En su agenda de este lunes el papa se apresta a llegar a Guayaquil donde visitará el santuario de la Divina Misericordia y ofrecerá en el parque Samanes una multitudinaria misa, la primera que oficiará en Ecuador. Tras este acto Francisco se reunirá con el jefe de Estado, Rafael Correa, en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, situado en el centro histórico.

Francisco permanecerá en Ecuador hasta el próximo miércoles y luego se trasladará a Bolivia y Paraguay, donde concluirá su primera gira por países suramericanos de habla hispana, su lengua materna.

Sin embargo ha sido esta primera escala un motivo para mover asuntos políticos en Ecuador. Rafael Correa, que ha afrontado numerosas protestas en las últimas semanas por su papel en la Presidencia, se ha encargado personalmente de los preparativos. En ese sentido, su paso por el país servirá para que tanto políticos como disidentes y ciudadanos descontentos presenten sus peticiones y esperen una suerte de auxilio divino. Su intervención en temas que hasta hace poco ignoraba la Iglesia católica ha apuntalado un leitmotiv en su papado: Francisco tiene todo su interés puesto en los vaivenes sociales del mundo y, sobre todo, en los de América Latina. Su visita a estos tres países (en vez de pisar las tierras de tres grandes: México, Brasil y Argentina) indica justamente esa pretensión: el papa es un hombre de compromiso social.

 

Por Con información de agencias

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