Periodistas de Charlie Hebdo sobreviven entre "millones envenenados" y citas al psicólogo

Cuatro meses después de la masacre, The Guardian hace una pequeña radiografía del periódico satírico francés. Las donaciones recibidas serán entregadas a las familias de sus compañeros asesinados.

Redacción Internacional
25 de mayo de 2015 - 10:57 p. m.

Las oficinas del periódico Charlie Hebdo están funcionando temporalmente en la sede del diario francés Libération. Todos los miércoles por la mañana, el equipo que ha seguido adelante con el trabajo satírico que fue atacado el 7 de enero de este año -la autoría se la adjudicó una célula de Al-Qaeda-, se reúne en el consejo de redacción, dejan a un lado el miedo que todavía siente y se dispone a organizar las páginas y los temas para una edición cada semana.

Trabajar en consenso, sin embargo, no es una opción por estos días. El nuevo editor, Laurent Sourisseau, le contó a la periodista Angelique Chrisafis de The Guardian que existen desacuerdos entre el personal y la administración sobre cómo se deben manejar las donaciones y el dinero que han recibido desde el ataque.

La suma que ha puesto a pelear al equipo de Charlie Hebdo fue bautizada por ellos mismos como ‘los millones envenenados’. “Desde el ataque, el periódico ha recibido 4.3 millones de euros de 36.000 donantes de 84 países. El gobierno francés le dio 1 millón de euros más, Google aportó 250.000 y The Guardian Media Group donó 100.000 libras”, asegura The Guardian.

Además de estas donaciones, el incremento en las ventas de las ediciones también ha aumentado los ingresos totales: antes del ataque, el promedio de copias vendidas era de 50.000; ahora el número total es el doble; sin contar que las suscripciones pasaron de 8.000 a 200.000 solo cuatro meses después del atentado.

Ante el aumento de ceros en las cifras, más de la mitad del personal del periódico escribió una nota publicada en Le Monde, en la que pedían total transparencia en cómo será usado el dinero y exigiendo además, que la empresa se transforme en una cooperativa. Aunque la administración ha asegurado que todas las donaciones se destinarán a las familias de las víctimas fatales y los ingresos no saldrán del periódico, ninguna decisión sobre un cambio en su constitución se realizará antes de septiembre.

Además de estar en este limbo económico, la situación de los periodistas y caricaturistas es descrita por dos de ellos como espantosa y peculiar. La muerte de ocho de los más importantes dibujantes de Francia, incluyendo a Charb, Cabu, Wolinski, Honoré y Tignous, ha tenido efectos secundarios. Luz, también caricaturista que se salvó de presenciar el ataque pues no madrugó esa mañana, anunció que dejará Charlie Hebdo en septiembre pues asegura que cada edición que se publica sin sus amigos muertos es una tortura.

Hasta ahora ha sido casi imposible llenar las vacantes que dejaron los caricaturistas asesinados, pues hoy en día es difícil conseguir jóvenes artistas que no estén interesados en un mundo laboral seguro y más lucrativo como las novelas gráficas o libros ilustrados. Además, el rediseño y reinvención de Charlie Hebdo a plataformas digitales se vio aplazado por el evento que desequilibró por completo el periódico: la masacre del 7 de enero de 2015.

“Mientras tanto, hay una parte del staff que trabaja decididamente en una oficina temporal y altamente custodiada, quienes llegan al trabajo entre recuerdos dolorosos, citas en psicoterapeutas, consuelos a las familias de las víctimas y visitas a los tres sobrevivientes que siguen siendo tratados por heridas espantosas en el hospital”, añade la periodista Chrisafis en el artículo publicado en The Guardian. Pero lo más importante, para el nuevo editor conocido por su nombre de caricaturista ‘Ris’, es que existe la necesidad de seguir sacando el periódico cada semana.

(Lea el artículo original en The Guardian)

Por Redacción Internacional

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