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El enviado de las Naciones Unidas para Siria, el excanciller Argelino Lajdar Brahimi, llevará hoy a manos del presidente Bashar Al-Asad una propuesta para cesar el conflicto que desde hace 21 meses tiene al país sumido en una profunda crisis.
Se reunirán hoy en Damasco, en medio de una agenda alterada por los últimos sucesos: el fin de semana tuvo lugar un bombardeo oficial en el poblado de Halfaya, provincia de Hama. Una de las bombas cayó en una panadería y la sumatoria de muertos hecha por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) superó las 60 personas. También se reportó el caso del periodista español, Roberto Fraile (38 años), en la región de Alepo, donde fue alcanzado por la metralla de un cohete artesanal, cuando grababa los combates entre las fuerzas oficiales y los rebeldes.
Fraile fue trasladado a Turquía, donde se recupera de una cirugía de urgencia. No obstante, no todos los afectados por la guerra han contado con la misma suerte. Los conteos de diversas ONG calculan que la cifra de fallecidos por el conflicto está cercana a 44.000, al menos 30.000 de ellos civiles. La situación es grave, y por eso una vez más, mediante Brahimi, la ONU intenta hacer algo al respecto.
La propuesta que hoy se entregará a Al-Asad, según ha revelado a la prensa internacional una fuente diplomática anónima de la Liga Árabe, contiene ideas comunes de varios países, entre los que se encuentran Estados Unidos y Rusia. El plan constaría de varios puntos, en los que se estipularía la formación de un gobierno transitorio compuesto por ministros que no pertenezcan a la facción alauí, de Al-Asad, ni a la suní, la más radical del islam. Además, esta propuesta otorga un plazo, para que el mandatario sirio dé fin a su gobierno. No existiría la exigencia de su renuncia inmediata, pero sí debería hacerse efectiva a mediados del próximo año. La condición para que su estancia en el poder sea extendida es que el mandatario no tenga la posibilidad de presentarse a las elecciones presidenciales de 2014.
El hecho de que Rusia esté participando en los trazos de este plan puede resultar importante en esta ocasión, pues el Gobierno de Moscú ha sido uno de los grandes aliados históricos de Damasco y un importante opositor en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a que haya una intervención extranjera para acabar con la guerra.
Sin embargo, la misma fuente diplomática adelantó que la posibilidad de aceptar el plan, de parte de Bashar Al-Asad, no será sencilla. Al parecer, el presidente sirio está dispuesto a renunciar a sus poderes, pero no estaría en posición de marginarse a las elecciones que eventualmente le permitirían regresar a su cargo.