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El Nuevo Herald de Miami reveló este martes un bochornoso incidente que le sucedió a Anna Burgese, la esposa de un millonario constructor de los suburbios de Filadelfia.
El periódico relata que un grupo de “damas de compañía” atacó a la adinerada mujer quien estaba de vacaciones en Miami Beach.
La agredida presentó una demanda civil contra el lujoso W Hotel, de cinco estrellas, donde afirma que fue agredida por una banda de “damas de compañía” de lujo.
Burgese reclama en la acción judicial que 10 prostitutas se lanzaron sobre ella el pasado 19 de enero en el vestíbulo del hotel.
Según el informe de la policía de Miami Beach, las mujeres creyeron, equivocadamente, que Burgese transgredía su territorio.
Sin embargo, el asunto fue más allá pues el exclusivo hotel en vez de ayudar a Burgese a atrapar a las agresoras, fue favorable con las prostitutas y subió en un taxi para facilitar su huída.
En la demanda, presentada la semana pasada, Burgese reclama que el ataque no fue provocado y que las prostitutas la lanzaron de bruces contra una pared de piedra delante de los empleados del hotel. Su esposo, quien estaba en muletas, se encontraba unos pasos delante de ella cuando comenzó el ataque. El alejó a las mujeres con sus muletas, dijo Rogers.
“Ellos le dijeron a mi cliente que las mujeres eran prostitutas que estaban probablemente ebrias o drogadas y que pensaron equivocadamente que Anna era una postituta”, dijo su abogado, Lance Rogers al Nuevo Herald.
El informe de la policía señala que la seguridad del hotel sacó a una o más de las mujeres afuera de las instalaciones, donde tomaron un taxi.
La demanda específica es por daños en exceso de $150,000. Según cuenta el Nuevo Herald, El W, propiedad de Starwood Hotels & Resorts, es uno de los hoteles más exclusivos y de moda en South Beach. Las habitaciones van de $449 a más de $5,000 por noche.
Un portavoz de la cadena de hoteles dijo a ese medio de comunicación que no tenía comentarios.
Burgese, de 34 años, y su esposo, Joseph Burgese, de 50, residentes de Medford, Nueva Jersey, han sido clientes por años del hotel, visitándolo tan a menudo que mantienen a su Rolls Royce estacionado allí, según le dijo su abogado al Nuevo Herald.