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La puerta cerrada de Europa

El gobierno húngaro cerró su frontera con Serbia para impedir la llegada de miles de migrantes y detuvo a varios tras endurecer su legislación. Estas acciones son una nueva muestra de las divisiones entre los países de la Unión Europea para acoger a los refugiados.

Redacción Internacional
16 de septiembre de 2015 - 04:02 a. m.

Desafío a la UE
 
Hungría es un país de tránsito en la ruta que los migrantes cubren desde Turquía, Grecia, Macedonia y Serbia hacia Austria, Alemania y países escandinavos. El gobierno húngaro ha sido fuertemente criticado por su dura posición en materia migratoria. Orbán, quien mantiene tensiones con la Unión Europea desde que su partido llegó al poder en 2010, ha dicho que los líderes europeos son incapaces de gestionar la crisis migratoria y que corresponde a cada país cuidar sus fronteras. Se niega a cumplir la cuota de repartición de refugiados impulsada desde Berlín.
 
La ley
 
4 de septiembre de 2015. El Parlamento húngaro aprobó una nueva ley antiinmigración que facilita el despliegue del ejército en las fronteras, junto con la policía, y que castiga el cruce ilegal de la frontera con hasta tres años de cárcel. La medida se empezó a implementar esta semana. La ley también prevé la adaptación de campos de migrantes en tránsito en el límite con Serbia, para examinar allí mismo las solicitudes de asilo. Las autoridades de Hungría han interceptado en lo que va del año más de 200.000 refugiados que han entrado en el país de manera ilegal, según la policía del país.
 
Valla para migrantes
 
El gobierno de Orbán terminó a finales del verano la construcción de una valla alambrada de metro y medio de altura a lo largo de los 175 kilómetros de frontera que comparte Hungría con Serbia. Ahora, cuando miles de migrantes han cruzado esa barrera, se está construyendo una segunda valla más grade y más sólida, de casi cuatro metros de altura, y se planea terminarla a finales de noviembre. Además, el gobierno húngaro tiene planeada la construcción de otra valla en la frontera con Rumania, hasta una distancia “razonable”, según el ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto.
 
“Viktator”
 
3 de septiembre de 2015. En una entrevista en el diario alemán “Frankfurter Allgemeine Zeitung”, Orbán aseguró que “la llegada de migrantes, en su mayoría musulmanes, es una amenaza para la identidad cristiana de Europa”. Un día después publicó un comunicado en el que decía: “Si no protegemos nuestras fronteras, decenas de millones de migrantes seguirán viniendo a Europa, y algún días seremos minoría en nuestro propio continente”.
 
Por estas posturas derechistas y nacionalistas, los detractores de Viktor Orbán lo llaman “Viktator”.
 
200
 
mil migrantes que han entrado a Hungría de manera ilegal han sido interceptados por las autoridades húngaras.
 

Por Redacción Internacional

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