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Mentiroso. Demagogo. Xenófobo. Sexista. The Atlantic presenta a Donald Trump.
En su editorial de este mes, la revista The Atlantic elude los eufemismos. Da su apoyo a Hillary Clinton para la Presidencia de Estados Unidos y vitupera con elegancia y efectividad retórica al candidato republicano, Donald Trump. El editorial abunda en sorpresa por dos razones. La primera, esta es apenas la tercera vez que The Atlantic apoya a un candidato presidencial desde su fundación en 1857. Han apoyado a Abraham Lincoln y a Lindon B. Johnson. La segunda, la editorial no es una dedicatoria a las virtudes de Clinton, sino un listado exhaustivo de los defectos de Trump.
“Donald Trump no tiene experiencia como servidor público ni tampoco cualidades —reza el editorial—. Su forma de ser es la de un mercachifle de infomercial; trafica con teorías de conspiración y con invectivas racistas; es horrorosamente sexista; es errático, marrullero y xenófobo; expresa admiración por gobernantes autoritarios y él mismo muestra tendencias autoritarias. Es provocado con facilidad, una calidad pobre para alguien que busca el control del arsenal nuclear de Estados Unidos. Es enemigo del discurso basado en datos; es ignorante de, e indiferente a, la Constitución; parece que no lee”.
En su exposición, The Atlantic asegura que Clinton tiene la experiencia necesaria para ser presidenta, pese a sus numerosos defectos (“algunos problemáticos, otros exagerados por sus oponentes”). Pero es, sobre todo, un juego de contrastes: The Atlantic apoya a Clinton porque Trump es un franco desastre. El republicano no puede ser presidente, por ningún motivo. Incluso los republicanos lo reconocen: el diario Arizona Republic le dio un espaldarazo a la campaña Clinton. Arizona Republic es —claro— republicano. Es la primera vez en su historia que apoya a un candidato republicano.
Los apoyos de medios de comunicación han venido también de otros medios de gran alcance como The New York Times, Los Angeles Times, Dallas Morning News, USA Today y San Francisco Chronicle. Los medios liberales y conse4rvadores se han mostrado a favor de Clinton, lo cual habla bastante mal de Trump: es el candidato que quebró al partido Republicano, que deshizo sus filas y que, además, obligó a que los republicanos acudieran a sus enemigos políticos para salvar la patria. Si Clinton gana, sería la primera vez en las últimas décadas que un partido repite presidencia con distinto candidato. “Trump no está a la medida de la Presidencia —rezaba The Atlantic— y los votantes (los hombres de Estado y los pensadores de la urna electoral— deben actuar en defensa de la democracia estadounidense y elegir a su oponente”.