“La revolución chavista destruyó la producción”

Francisco Martínez asegura que, con la inflación disparada y la industria minada, las medidas resultarán insuficientes.

Elizabeth Ostos
22 de enero de 2016 - 04:07 a. m.

De acuerdo con analistas independientes, la crisis económica que sacude a Venezuela es la más severa en su historia republicana. Señalan que desde 1953, cuando el Banco Central publicó cifras oficiales, no se había producido un descalabro tan rotundo: 143% de inflación y caída del Producto Interno Bruto de -7,5%.

El presidente, Nicolás Maduro, afirmó que la caída de los precios del petróleo y la guerra económica orquestada por empresarios privados provocaron la crisis. Para Francisco Martínez, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), “el fracaso de la revolución bolivariana es más que evidente. El modelo estatista, intervencionista y que niega la libre competencia y la iniciativa privada ya no da para más. Y no vemos signos de rectificación, lo cual nos hace presagiar que la escasez, el desabastecimiento y la recesión se profundizarán”.

Martínez, perteneciente al sector de la construcción y originario del fronterizo estado de Zulia, expresó sus reservas en relación con el decreto de emergencia económica que Maduro envió a la Asamblea Nacional (AN), y que va a ser votado hoy, con la intención de asumir poderes extraordinarios para contrarrestar la crisis económica. “Ese decreto no es más que otra habilitante, pero con menos duración”, dijo.

¿Este decreto rectifica los errores del Gobierno en materia económica?

Por supuesto que no. Ese decreto de emergencia económica no tiene nada que ver con enmiendas y acciones urgentes para recuperar la producción nacional o para hacer una reingeniería del régimen cambiario del país. Se profundiza la intervención estatal, los controles y la potestad de destruir el poco tejido empresarial que resiste la crisis y que sigue en Venezuela.

¿Cuál es la situación del sector empresarial?

Muy precaria. La crisis económica nos afecta a todos: a los que generamos empleos y a nuestros colaboradores. Nadie se escapa. Somos la economía más inflacionaria del mundo por tercer año consecutivo, tenemos ocho semestres de contracción y nadie sabe cuándo se atenuará esta fuerte caída. Lo que reporta el Banco Central de 143% de inflación se queda corto; estimamos que la cifra fue el doble, y si la conducción del país sigue así no descartamos que la inflación llegue a 500% en 2016. Hay que tomar medidas muy urgentes que no son precisamente la del decreto de emergencia económica.

¿Qué es lo más preocupante del decreto de emergencia económica (aprobado por el Tribunal Supremo)?

Ese decreto es inviable, porque con imposiciones legales no se logra el apoyo financiero internacional que requiere Venezuela, y mucho menos se atraen inversiones de ningún tipo. Todo el decreto es absolutamente preocupante. Las arcas del país están vacías y nuestro principal producto de exportación está en sus niveles de precios más bajos en los últimos años. La revolución destruyó el aparato productivo y lo sustituyó por una economía de puertos. Cerramos miles de empresas y puestos de trabajo en este país y generamos riqueza y empleo en otros, desde donde traemos alimentos y medicinas. No hay nación que haya logrado progresar sin la inversión privada.

Maduro subraya que el desplome del petróleo es un factor determinante en el deterioro de la economía. ¿Qué opina?

Es una excusa. Esta es una crisis estructural y progresiva. Tenemos al menos nueve años viendo cómo se destruye el tejido empresarial nacional. Otros gobiernos han trabajado con precios del crudo bajos. Chávez llegó al poder con el barril de petróleo a US$9. Y tampoco hay guerra económica: el sector privado venezolano es el más interesado en producir y generar puestos de trabajo.

¿Cuáles son las propuestas fundamentales de Fedecámaras? ¿El Gobierno los ha escuchado?

Algo muy urgente que hay que hacer es revisar el régimen cambiario actual, que ha llevado al desplome del bolívar frente al dólar. Esto con la intención de que se reactive la producción local de bienes y servicios. Otro punto tiene que ver con la formación de un sistema de precios acorde con la rentabilidad de las empresas. Acá nadie puede producir a pérdida, como lo quiere el Gobierno. Y algo básico es cómo generar la certeza de que se va a respetar la propiedad privada a los nacionales y a los extranjeros. No hemos dialogado con el alto gobierno o sus nuevos ministros. Sólo hemos atendido una invitación a la juramentación del Consejo Nacional de la Economía Productiva el martes pasado.

El decreto le da amplios poderes a Maduro. ¿Qué puede hacer la Asamblea Nacional para evitarlo?

Debemos recordar que otra de las cosas que hay que restituir en Venezuela es el equilibrio y la coexistencia de los poderes públicos. La nueva AN no es un apéndice del Gobierno sino un escenario independiente, con funciones específicas. Estimamos que los diputados no pueden darle un nuevo cheque en blanco a un gobierno que tuvo una ley habilitante durante varios meses y no se dedicó a gerenciar la crisis. Este decreto no es viable y no tiene justificación, pues muchas de las cosas que están contempladas en él pueden hacerse por la vía ejecutiva y no la legislativa: tomar el control de línea de producción de empresas, expropiar centros de acopio, encarcelar a empresarios o comerciantes; se ha hecho antes y se puede hacer ahora sin el documento que se entregó a la Cámara de Diputados. La AN puede legislar sobre cómo aumentar la producción de alimentos, pero el Gobierno es el que tiene la responsabilidad de ejecutar medidas concretas.

¿Es optimista con respecto a este año?

Tenemos que ser optimistas pues nuestras empresas están en Venezuela. Hemos resistido los embates de la crisis y sabemos que tenemos un país extraordinario con todas las opciones para salir adelante. No nos vamos a ir aunque sabemos que 2016 va a ser difícil y escabroso, aunque haya cambios en las políticas económicas. El daño al aparato productivo nacional ha sido enorme. Pero tenemos todo para salir adelante. Los mercados mundiales están esperando señales de cambio...

¿Cómo evalúa el cierre de la frontera entre Venezuela y Colombia? ¿Cómo se ha afectado el comercio binacional en cinco meses de restricción?

La situación en la frontera es dramática, porque jamás había estado cerrada tanto tiempo. Las pérdidas para los empresarios de los dos países han sido muy fuertes, además de lo que han sufrido las familias binacionales. Es muy lamentable que los presidentes (Santos y Maduro) no se hayan puesto de acuerdo para que se garantice la apertura de la frontera y de este mercado tan importante y tan activo en años anteriores. Los empresarios de los dos lados de la línea estamos muy dispuestos a seguir trabajando en conjunto para retomar el comercio y las inversiones en la zona.

* * *

¿El decreto solucionará la crisis en Venezuela?

Consultado por El Espectador en su edición de ayer, el analista Ronal Rodríguez afirmó que el decreto no sería aprobado por la Asamblea Nacional (de mayoría opositora), pues daría “carta blanca” al presidente Nicolás Maduro para que “haga lo que quiera”. Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis, dijo que el decreto sólo profundiza una estrategia que ya era palpable en la presidencia chavista: controlar precios y cambio. Es probable, según Rodríguez, que Maduro tenga que negociar con los diputados y presentar argumentaciones frente a puntos inquietantes. La AN tiene también la potestad de devolver el decreto con recomendaciones que deberán ser tenidas en cuenta por el presidente.

Por Elizabeth Ostos

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