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Trágica estampida en La Meca

Una avalancha de peregrinos cerca a este lugar sagrado del islam, ubicado en Arabia Saudita, dejó por lo menos 717 personas muertas.

Ángeles Espinosa
25 de septiembre de 2015 - 03:54 a. m.
Organismos de socorro actúan después de una estampida a las afueras de la ciudad saudí de La Meca. / EFE
Organismos de socorro actúan después de una estampida a las afueras de la ciudad saudí de La Meca. / EFE

Al menos 717 personas murieron este jueves en Mina, cerca de La Meca, al producirse una estampida durante el haj o gran peregrinaje que por estos días realizan dos millones de musulmanes. Se teme además que el número de víctimas mortales pueda aumentar ya que, según los datos facilitados por el departamento de defensa civil saudí, hay 863 heridos. El accidente, que se presentó apenas dos semanas después de que la caída de una grúa matara a 108 peregrinos en la Gran Mezquita de La Meca, pone el punto de mira en la ampliación de los lugares sagrados emprendida por las autoridades saudíes.

El portavoz del departamento de defensa civil atribuyó la estampida a una aglomeración que se produjo “a las nueve de la mañana cuando los peregrinos se dirigían a Jamarat”, una estructura con cuatro niveles desde la que los fieles apedrean simbólicamente al diablo. Según el comunicado difundido a través de varias redes sociales, la aglomeración ocasionó que numerosas personas cayeran y fueran aplastadas en el tumulto.

“Miembros de las fuerzas de seguridad y de la Media Luna Roja tomaron de inmediato el control de la situación para evitar que el tráfico peatonal causara nuevos incidentes, y pusieron en marcha las operaciones de rescate”, afirma el portavoz.

La defensa civil despachó 4.000 efectivos para ayudar a las decenas de miles de personas que se encontraban en la zona en el momento de producirse el incidente. Los responsables de ese departamento han “empezado a dispersar la aglomeración humana, estableciendo puntos de reunión y rutas alternativas”, informó el departamento en su cuenta de Twitter.

El gran reto de su personal es gestionar la enorme avalancha de gente que durante tres días tiene que hacer un recorrido de varias decenas de kilómetros para visitar varios lugares preestablecidos desde la Kaaba a Mina, al monte Arafat y de vuelta a Mina, para acabar apedreando simbólicamente al diablo.

El haj constituye uno de los cinco pilares del islam, que todo seguidor de esa religión con capacidad para hacerlo debe realizar al menos una vez en su vida. Es una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, tal como prueban las imágenes que se difunden de los participantes. Arabia Saudita que, como custodia de esos lugares santos, se encarga de facilitar los visados y controlar los flujos humanos, había desplegado en esta ocasión 100.000 agentes de policía para garantizar la seguridad.

No se había producido una estampida como la de ayer desde 2006, cuando, como en 2004 y 1990, también se contabilizaron centenares de muertos. El país, que llegó a recibir cuatro millones de peregrinos, ha reducido desde el año pasado el número que autoriza durante estas fechas debido a las obras de mejora y expansión de las instalaciones. Además, tras al accidente de hace dos semanas, los responsables del haj se encontraban en alerta máxima, pues saben que está en juego su prestigio como líderes del islam.

La Gran Mezquita de La Meca es desde hace años objeto de unas controvertidas obras de mejora que incluyen la ampliación de su superficie en 400.000 metros cuadrados, para que pueda acoger hasta 2,2 millones de fieles al mismo tiempo. De ahí que en las imágenes se vea todo alrededor del recinto rodeado de gigantescas grúas.

Por Ángeles Espinosa

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