Tras el triunfo de Horacio Cartes, Paraguay se vuelve a poner "Colorado"

Cartes, un magnate novato en política, cierra la etapa de inestabilidad y crisis política.

Margarita Batlle
24 de abril de 2013 - 07:57 a. m.
Horacio Cartes./AFP
Horacio Cartes./AFP

El domingo, luego de cinco años de ausencia, el Partido Colorado regresó a la Presidencia de Paraguay. La victoria de Horacio Cartes -junto con la mayoría lograda por este histórico partido tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados- cierra la etapa de inestabilidad y crisis política que se configuró con la destitución del ex Presidente Fernando Lugo (2008-2012) por medio de un cuestionado juicio político y que puso a Paraguay, frente a un escenario de alta polarización así como en la picota pública de la región, entre otras situaciones, por la suspensión de Paraguay del Mercosur y de la UNASUR.

En las elecciones del pasado 21 de abril -las sextas elecciones generales desde que en 1989 se acabara la larga dictadura de Alfredo Stroessner- además de elegirse presidente, se renovaron la totalidad de las dos Cámaras del Congreso y se eligieron gobernadores departamentales. En los diferentes cargos en juego, fueron los Colorados los indiscutibles ganadores; seguidos por los Liberales, cuyo candidato presidencial alcanzó el segundo puesto: el primero y el segundo concentraron más del 80% de los votos emitidos.

Por su parte, el Frente Guasú (grande en guaraní), liderado por el ex presidente Lugo, alcanzó un magro 3% en los comicios presidenciales, aunque logró colocar siete legisladores, entre ellos el mismo Lugo, quien era cabeza de lista y asumirá como Senador. Este resultado llevó al ex presidente a sostener públicamente que su partido es hoy "la tercera fuerza política del país", a pesar de encontrarse muy lejos de los 60 y 42 legisladores que alcanzaron los colorados y liberales respectivamente.

Históricamente, el Partido Colorado ha contado con la Presidencia y mayorías –aunque no siempre absolutas en el Congreso–, lo que le ha permitido alcanzar altos grados de gobernabilidad. Este panorama es totalmente contrario al que se había configurado con la llegada de Lugo al poder. El mismo se hizo con la Presidencia de la mano de "Alianza Patriótica por el Cambio", una coalición en la que participaron los liberales y que se quebró una vez en la Presidencia y acabó con su vicepresidente y actual presidente interino, de origen liberal, como uno de sus principales opositores y promotores de su destitución. De manera que mientras Lugo no contó con suficiente apoyo para llevar a cabo la mayor parte de su agenda de reformas, el presidente electo probablemente logrará tanto el apoyo de un Congreso en el que tendrá mayoría, así como una estructura de partido que le permitirá alcanzar la estabilidad que necesita para gobernar sin contratiempos.

Como si nunca hubieran dejado el poder, los Colorados, con Cartes a la cabeza y con mayorías en el legislativo, el 15 de agosto asumirán una vez más la Presidencia. Sin embargo, este Congreso, marcadamente bipartidista, contará también con la presencia de Lugo, con quien importante parte de la sociedad paraguaya continúa simpatizando. Cabe preguntarse entonces ¿qué margen de maniobra tendrán los partidos pequeños y los sectores opositores en este nuevo gobierno? ¿Estaremos volviendo a la hegemonía colorada por muchos años más y el triunfo de Lugo en 2008 fue solo un impasse? Probablemente los primeros años de gobierno de Cartes permitirán responder estos interrogantes y, seguramente, plantearán otros.

*Margarita Batlle, Doctora en Ciencia Política y Docente Investigadora, Universidad Externado de Colombia
 

Por Margarita Batlle

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