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Tras las huellas de Mandela

Los primeros capítulos de la leyenda del expresidente de Sudáfrica y Nobel de la Paz se escribieron en la aldea de Qunu. Allí nació y pasó las últimas páginas de su vida.

Jaime Velázquez, Especial de El País, QUNU
07 de diciembre de 2013 - 12:32 a. m.
Nelson Mandela celebraba todos sus cumpleaños en su casa en Qunu, la aldea donde nació y se crió.  Aquí con sus familiares en el 2008 / AFP
Nelson Mandela celebraba todos sus cumpleaños en su casa en Qunu, la aldea donde nació y se crió. Aquí con sus familiares en el 2008 / AFP
Foto: AFP - THEMBA HADEBE

Nelson Mandela describía así en 1920 la aldea de Qunu, donde se crió: “Se encuentra en un valle cubierto de hierba, cruzado por arroyos claros, sobre el que se ciernen verdes colinas. Está habitada por un centenar de personas que viven en cabañas de barro, con una pértiga que sostiene un techo cónico de paja”. Y esa es la misma imagen que el visitante obtendrá al llegar a esta localidad, casi cien años después, tras las huellas de uno de los personajes más relevantes del siglo XX.

Solo la carretera principal está debidamente asfaltada, las casas circulares han cambiado sus techos de paja por planchas de metal, pero los animales continúan invadiendo la calzada como hace un siglo. Un viaje en el que la guía es su propia autobiografía, El largo camino hacia la libertad, donde se describen los lugares clave de su infancia y las experiencias que marcaron su carácter de tenacidad, tolerancia y reconciliación, características que le han convertido en un ícono global.

La comarca de Qunu es el escenario de los primeros capítulos de la leyenda de Nelson Mandela, y el lugar donde el expresidente sudafricano escribió también las últimas páginas de su vida. Su figura inunda todos los rincones de la comarca, y en las shabeens, las tabernas de chapa y madera donde los ancianos beben la cerveza tradicional y los jóvenes juegan al billar a la espera de un empleo, todos aseguran ser familiares de Mandela. “Muchos en Qunu y Mvezo son de su mismo clan, pero es difícil que hablen de él. No están autorizados por la familia”, asegura Fumanekile Wisani, jefe de prensa del Museo de Mandela.

El líder antiapartheid mandó construir en Qunu la residencia donde más tarde decidiría pasar su retiro. Es una réplica de la casa-prisión de Victor Verster, en la que vivió durante dos años hasta su liberación en 1990. Las autoridades lo enviaron allí para facilitar las conversaciones que acabarían con el desmantelamiento del régimen seis años más tarde. 'Supongo que fue el único hogar que tuvo; su primera casa en más de 25 años' recluido en las celdas de Robben Island y Pollsmoor, afirma su nieto Ndaba Mandela.

“Es admirable que un gran hombre como él decidiera que este museo se instalara aquí. Después de viajar por todo el mundo, regresó aquí a devolver todo eso. Podría haber decidido ubicarlo en la ciudad, pero él entendió que el museo podría ser una herramienta de desarrollo para esta comunidad', afirma el jefe de prensa del museo. Phiko, guía del museo, recuerda el día en que Mandela visitó Qunu por primera vez tras salir de la cárcel en 1990, después de 27 años de cautiverio por su oposición al apartheid, el régimen racista impuesto por la minoría blanca sudafricana hasta las elecciones de 1994, que le convirtieron en el primer presidente negro del país.

“Todo el pueblo salió a recibirlo. Venía acompañado por la policía. Yo tenía 9 años. Recuerdo que volví corriendo a casa a decirle a mi madre ‘¡Mandela está aquí!’ y ella me dijo que era imposible, que estaba en la cárcel”, explica. “Si eres de Qunu creces con la historia de Mandela: te la cuentan tus padres, tus profesores. Nos decían que Mandela, un hombre de Qunu, estaba en la cárcel luchando por la libertad, y que debíamos perseguir nuestros sueños, como había hecho Madiba”.

Conoció las tradiciones de su pueblo y también la educación occidental que le permitió acudir a la universidad y abrir más tarde el primer bufete de abogados negros de Johanesburgo. Hoy apenas quedan ya personas en Qunu que puedan contar de primera mano las historias de juventud del longevo Mandela. Nelson Mandela se retiró a Qunu en su 93º cumpleaños, el 18 de julio de 2011, y solo abandonó la localidad de su infancia para someterse a exámenes médicos. Sudáfrica recibió finalmente la noticia que todos querían evitar; la muerte de su héroe nacional, el hombre que supo sentar las bases de la convivencia racial en un país devastado por el recelo de décadas de segregación y desigualdad.

 

Por Jaime Velázquez, Especial de El País, QUNU

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