Trump pierde el temperamento

Hillary Clinton lo puso contra las cuerdas al recordarle que muchos lo han acusado por haberlos estafado y dejar en evidencia que ella cuenta con un plan económico más sólido.

Redacción El Mundo
27 de septiembre de 2016 - 00:36 a. m.
Anoche fue el primer encuentro televisado entre los dos aspirantes a la Presidencia de EE. UU., Clinton y Trump.  / AFP
Anoche fue el primer encuentro televisado entre los dos aspirantes a la Presidencia de EE. UU., Clinton y Trump. / AFP
Foto: AFP - JEWEL SAMAD

La candidata presidencial por el Partido Demócrata, Hillary Clinton, fue la ganadora del primer debate presidencial en la carrera para llegar a la Casa Blanca. En una encuesta realizada por CNN justo después del debate, el 62 % de las personas consultadas dijeron que la demócrata había salido vencedora. (Lea: Termina el debate entre Hillary Clinton y Donald Trump: ¿cómo los vieron los medios?)

Clinton, quien se mostró mucho más confiada que Trump, puso al republicano varias veces contra las cuerdas e, incluso, llevándolo a hacer afirmaciones que pueden terminar beneficiándola en su campaña. (Lea: Los primeros quince minutos: la clave para ganar el debate)

Por ejemplo, cuando Clinton acusó a Trump de haberse beneficiado de la crisis de 2008, el republicano respondió que eso “eran negocios” . O cuando lo acusó de haber estafado a varias personas, Trump no hizo sino decir que lo que había hecho era, literalmente, aprovecharse de la ley. O, por ejemplo, cuando dijo que no pagaba impuestos porque era “inteligente”. (Lea: Las frases memorables del debate Clinton-Trump)

Clinton aprovechó para preguntarle a Trump si esas “personas, a las que usted ha engañado en el curso de sus negocios”, no merecían una disculpa. Y, a renglón seguido, acusó al republicano de no tener un plan serio para la economía y que sus propuestas no iban sino a beneficiar a los más ricos. (Vea: El primer cara a cara entre Hillary Clinton y Donald Trump)

Cuando Trump la atacó, Clinton encontró la forma de responderle. El republicano trató de sacar a Clinton de casillas al referirse varias veces a su experiencia como secretaria de Estado, como algo negativo y señalando que, como política, no ha hecho sino arruinar al país. (Lea: Hillary Clinton y Donald Trump, según ‘The New York Times’)

Pero, de nuevo, Clinton encontró fácilmente la forma de responderle. Por ejemplo, cuando el republicano la criticó por “haberse quedado en casa”, en referencia al tiempo que Clinton estuvo convaleciente por cuenta de una neumonía, la demócrata le respondió que se estaba preparando para ser presidente. (Lea: Un primer debate sin sorpresas)

Luego, cuando Trump trajo al debate el tema del uso indebido que hizo Clinton de su cuenta de correo electrónico cuando fue secretaria de Estado, la demócrata halló la forma de escaparse fácilmente y desviar el debate hacia la negativa de Trump de hacer pública su declaración de renta. Trump dijo que iba a revelar su declaración cuando Clinton revelara los 30 mil correos que, al parecer, borró y que contenían información privilegiada del gobierno de Estados Unidos. Pero Clinton encontró la manera de desviar el debate y aprovechó para gopear a Trump en uno de sus caballitos de batalla: su éxito como empresario.

“O no es tan rico como dice o tiene una deuda superior a los US$650.000 y no paga impuestos federales. ¿A quién le debe dinero Donald Trump?”, dijo Clinton. Y Trump no trajo el tema de los correos de nuevo al debate.

Pero no fueron sólo sus declaraciones. A Trump se le vio incómodo, interrumpió en reiteradas ocasiones a Clinton y no respondió a varias de las preguntas del moderador, Lester Holt, quien tuvo que repetirle varias de ellas.

En ocasiones, Trump salió con frases que causaron risas entre el público, quizás algo no muy positivo para un candidato presidencial. Por ejemplo, cuando dijo que tenía un mejor temperamento que Clinton, que ella no tenía un “temperamento ganador”.

O cuando dijo que ella no tenía la “resistencia física para ser presidenta”. Lo que fue aprovechado por Clinton para recordarle los acuerdos internacionales que ha hecho y, a su vez, las frases desobligantes con las que Trump se ha referido a las mujeres. Como por ejemplo, cuando calificó de cerda a la exmiss Universo venezolana Alicia Machado.

El mayor logro de Clinton, en resumen, fue lograr que Trump se dedicara a responder a sus acusaciones y no a hablar de su programa. Incluso, logró que el republicano dijera en un par de ocasiones que estaba de acuerdo con Clinton, lo que la demócrata no hizo en ninguna ocasión. En cambio la demócrata sí pudo presentar, aunque no a profundidad, su programa económico.

El próximo debate será el 9 de octubre, en donde Clinton partirá con ventaja, pero nada está dicho y falta, por ejemplo, que los candidatos debatan sobre la política internacional de Estados Unidos a profundidad. Y es en ese campo en el que el candidato presidencial republicano ha puesto todo su capital político.

Por Redacción El Mundo

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