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Un hombre de 36 años amarro y amordazó a su inquilino de 45 años, calentó una espátula de acero en la estufa y le quemó los genitales. El inquilino murió en el hecho el pasado 31 de octubre. El arrendador señala que cometió este crimen debido a que su arrendatario habría violado a su hija de 13 años, según informó la cadena BBC de Londres.
El padre de la presunta víctima de violación, afirmó estar feliz de entregarse a la policía al justificar que el supuesto violador merecía la tortura.
Hace unas semanas la joven contó que se encontraba sola en la casa cuando el inquilino la obligó a entrar a su residencia, ató sus manos y la violó. Tras el acto, la amenazó con asesinar a su padre si contaba lo sucedido.
La joven guardó silencio. La delataron los constantes vómitos que empezó a presentar por lo que fue llevada al médico, y le informaron que estaba embarazada.
"Primero mi padre se molestó mucho conmigo. Le confesé que había sido el inquilino y él respondió que le enseñaría una lección", indicó la joven.
Nadie se lo esperaba…
La familia vive en el barrio Chandu Nagar, en el área de Khajuri Khas (noreste de Delhi). Es un vecindario similar a un laberinto, con calles estrechas y casas pequeñas. Las carreteras están llenas de un color carbón que proviene de los residuos que brotan de los desagües abiertos, por lo que hay que ser cuidadoso para no pisar excremento.
El padre, trabajaba vendiendo hamburguesas en la calle y era conocido como un buen hombre de familia. Nadie se esperaba que cometiera un crimen.
Su esposa y madre de la presunta víctima de violación, expresó entre lagriman que "no tenía ni la menor idea. No sabía que mi hija había sido violada y que ahora estaba embarazada".
El inquilino llevaba cinco años con la familia, era hombre de confianza.
"Somos de aldeas vecinas del estado central de Madhya Padresh. Lo conocemos desde hace tiempo y lo tratábamos como un miembro más de nuestra familia", afirmó el abuelo de la joven.
"No teníamos idea de que nos iba a traicionar así", agregó la abuela.
El padre se entregó en la madrugada del pasado 1 de noviembre a las autoridades.
"Lucía muy nervioso. Dijo que había cometido un error, que había matado a alguien", manifestó el subinspector Arun Kumar, quien fue el primero que conversó con el padre.
"Aseguró que cuando se enfrentaron, el inquilino se burló de él. Se trata de un grave caso de provocación", relató el policía.
Las violaciones en India se han vuelto un tema de relevancia para las autoridades desde que en 2012 una estudiante de 23 años murió en un autobús de Delhi luego de ser violada por una pandilla.
La comunidad internacional expresó su indignación por este hecho y obligó al país a imponer penas severas como la pena de muerte para crímenes graves al igual que endurecer sus leyes frente a este delito. No obstante, han pasado dos años y los atacantes de la estudiante aún esperan que les sea dictada una condena. A los agresores se les ordenó pena de muerte, pero su apelación está pendiente en la Corte Suprema.
La nueva legislación para controlar los casos de violación en India no ha surtido efecto. Se registra un aumento de 24.923 en 2012 a 33.707 en 2013, lo que significa que cada día fueron reportadas 93 violaciones.
El padre "hizo lo que tenía que hacer"
Es en este contexto en que el homicidio del inquilino identificado como Khajuri Khas, ha generado simpatía por el padre. Muchos aseguran que habrían actuado igual.
Varias personas aseguran que es “un héroe” y que “hizo lo que tenía que hacer”. Otros comentan que esperan que se salve del fuerte castigo.
"Cualquier padre haría eso", expresó Mohammad Ayub, quien arregla una bicitaxi a menos de un kilómetro de la escena del crimen.
"¿Para qué ir a la policía y a las cortes? Piden todo tipo de evidencia. En nuestro país, la justicia toma mucho tiempo. Debería hacerse justicia en dos meses, pero aquí los juicios toman seis, siete años".
Así mismo, su colega Noor Mohammad cree que el padre no debe ser castigado ya que “hizo lo correcto, debe ser liberado”.
Por su parte, Arvind Pratap Singh, inspector a cargo del caso, asegura que no ha visto un caso igual.
"Generalmente perseguimos asesinos, ellos no vienen a la estación de policía por sus propios medios".
"Entiendo la simpatía de la gente por él, pero solo cumplimos con nuestro deber. Cometió un delito y deberá enfrentar la ley".
Sin embargo la familia del padre esta inconsolable, y las habitaciones del padre y el inquilino han sido selladas con enormes candados.
"La policía selló las habitaciones y se llevó las llaves", cuenta la esposa y madre de seis hijos, quienes preguntan cuándo volverá a casa.