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Unasur sigue buscando su norte

El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, aseguró que el organismo debe encarar desafíos en políticas sociales, educación, energía, salud para eliminar la desigualdad.

Beatriz Miranda Cortés *
11 de junio de 2012 - 09:00 p. m.

Para comprender el significado de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), cuya Secretaría General reposa hoy en manos venezolanas, es bueno recordar sus inicios. La primera Cumbre de presidentes de América del Sur, convocada por el expresidente Fernando Henrique Cardoso en el año 2000, demostró el deseo de Brasil de ratificar la importancia que América del Sur empezaba a tener en la nueva correlación de fuerzas que se establecía en el sistema internacional.

Entonces, Mercosur había avanzado rápidamente, había pasado de una zona de libre comercio a la única unión aduanera imperfecta en el mundo en desarrollo; tenía una fuerte integración económico-comercial, se fortalecía en el campo político. Esta Cumbre no sólo reitera la esencia del Mercosur como un destino histórico, sino que enfatiza la necesidad de disminuir la distancia física impuesta por la geografía continental y de implementar una integración energética que pudiera sostener, a largo plazo, el proceso de desarrollo regional.

Sin embargo, a pesar de que el primer paso para la creación de un imaginario suramericano había sido dado, había un largo camino por recorrer, sobre todo en la creación de mecanismos de confianza, ya que la lógica predominante en las relaciones regionales era de fragmentación.

En 2008, en la cumbre de los países suramericanos, mediante la firma del Tratado de Brasilia, se creó la Unasur como resultado de la convicción de algunos países suramericanos de que “otro continente es posible”. El sur podría encontrar su propio norte en una integración más profunda entre los países de la región.

Desde entonces, el nuevo organismo ha tenido importantes momentos, como el rechazo a los intentos separatistas en Bolivia en 2008 o el respaldo al gobierno de Ecuador cuando el levantamiento de algunos sectores de la fuerza pública, en 2010. El expresidente Néstor Kirchner, como el primer secretario general de Unasur, hizo una importante mediación para restablecer las relaciones entre Colombia, Ecuador y Venezuela. Se demostró que Unasur tiene capacidad y voluntad política para resoluciones concretas de problemas que pueden amenazar la paz y estabilidad regional.

Cuando María Emma Mejía asumió la Secretaría General de Unasur, la región pasaba por un momento de confrontación en temas prioritarios como la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y el combate al terrorismo. Colombia había pasado por un largo período de aislamiento regional, ya que pareciera estar y actuar en contravía de los intereses regionales.

Su gestión contribuyó de forma significativa para la consolidación institucional de la Unión Suramericana, con significativos avances en materia de infraestructura, integración energética, defensa y paz. Se ratificó el Tratado Constitutivo del organismo, se inauguró la sede de la Unión en Quito, se aprobó un presupuesto común del bloque, se creó el Consejo de Defensa Suramericano, se establecieron ocho consejos más, entre ellos el Electoral, el de Seguridad Ciudadana, de Justicia y Coordinación de acciones contra el crimen organizado. Hoy, oficialmente la Secretaría General de Unasur está en manos del venezolano Alí Rodríguez Araque, quien tendrá como eje central de su función el tema de los recursos naturales. Una ratificación de la importancia estratégica de la biodiversidad y de los recursos naturales de la región.

Eso sin descuidar los grandes desafíos de la Unión: conciliar el proyecto Unasur con los diversos espacios de integración regional y global; neutralizar eventuales tendencias de fragmentación y comprender que sin la alianza Brasil y Argentina no hay Mercosur y sin ésta no hay Unasur.

Santos: del escepticismo a la confianza

Durante la ceremonia de traspaso de la Secretaría General de la Unasur, realizada el lunes en Bogotá, el presidente Juan Manuel Santos confesó que él era uno de los que miraban este organismo con escepticismo y reconoció que se equivocó. “Hoy veo que esta organización toma más cuerpo, avanza dentro de la diversidad”. Por su parte la canciller colombiana, María Ángela Holguín, resaltó que aún quedan pendientes algunos aspectos para lograr la plena consolidación de Unasur, como “el desarrollo del presupuesto y políticas conjuntas para la lucha contra el crimen transnacional”.

* Beatriz Miranda Cortés, profesora de la Universidad Externado.

Por Beatriz Miranda Cortés *

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