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Unión Europea, firme contra la ocupación israelí

A partir del 1 de enero de 2014 y durante los siguientes siete años, la UE no firmará acuerdos con Israel que impliquen su participación en los territorios ocupados en la guerra de 1967.

Daniel Salgar Antolínez
18 de julio de 2013 - 10:08 p. m.
Obras de un asentamiento judío en el barrio de Har Homa, en el este de Jerusalén. La UE estableció nueva directriz de carácter vinculante para todos los Estados miembros que prohíbe cualquier financiación, cooperación o concesión de galardones a residentes en asentamientos judíos de Cisjordania y Jerusalén Este. / EFE
Obras de un asentamiento judío en el barrio de Har Homa, en el este de Jerusalén. La UE estableció nueva directriz de carácter vinculante para todos los Estados miembros que prohíbe cualquier financiación, cooperación o concesión de galardones a residentes en asentamientos judíos de Cisjordania y Jerusalén Este. / EFE
Foto: EFE - ABIR SULTAN

A partir del 1 de enero de 2014, la Unión Europea (UE) no firmará ningún acuerdo con Israel que implique la participación en los territorios ocupados, es decir, no entregará presupuesto para proyectos que pretendan realizarse en los terrenos que Israel invadió después de la Guerra de los Seis Días de 1967. La decisión de los países europeos fue adoptada desde finales de junio, pero hasta ahora Israel empieza a manifestar su rechazo.

Aunque esto no es obstáculo alguno para que Israel detenga su programa de expansión ilegal de asentamientos, sí deja un precedente: es la primera vez que la Unión Europea traduce en políticas presupuestarias su no reconocimiento de la potestad israelí sobre los territorios ocupados. Las normas adoptadas por la Comisión Europea están basadas en un mandato que hicieron los Estados miembros a finales de 2012, para limitar los acuerdos con Israel a los territorios que son reconocidos por la comunidad internacional.

Las medidas, además, están enmarcadas en el respaldo que el lobby palestino ha logrado por parte de Europa. El apoyo masivo de los europeos a Palestina cuando fue reconocido como estado no miembro de la ONU en noviembre del año pasado, así como el compromiso de los países del Viejo Continente de no apoyar las posibles represalias de EE.UU. e Israel después de ese reconocimiento, fueron triunfos previos de la diplomacia palestina.

Hasta ahora, pese al rechazo europeo a la ocupación israelí, el comercio entre Europa e Israel no ha sido objeto de control alguno, por lo que buena parte de los colonos (hay alrededor de medio millón en Cisjordania) se han visto beneficiados con la cooperación desde Bruselas. Había casos en los que podía realizarse un proyecto, con financiación europea, de una universidad construida en los asentamientos ilegales, o se podían vender con un arancel más bajo productos de empresas cuya sede social o materia prima procedía de las zonas ocupadas. Un ejemplo: desde que en 2005 se aprobó el anterior programa macro entre Israel y la UE, Israel creó la Universidad de Ariel en la colonia de Kedumim, con 14 mil estudiantes. Así el dinero de los presupuestos europeos empezó a utilizarse para la educación de colonos en el norte de Cisjordania.

Ese es justamente el tipo de proyecto que la UE quiere prevenir, por eso buscará garantizar que la adjudicación de subvenciones, becas y ayudas financieras a instituciones israelíes excluyan a las entidades radicadas en los territorios ocupados de Gaza, Cisjordania, los Altos del Golán y Jerusalén Este. Estas nuevas directrices se redactaron pensando en el programa marco de investigación de la UE para los próximos siete años, denominado Horizonte 2020.

Con esto, Europa busca alinear la canalización de sus recursos con la legalidad internacional. La resolución 465 de 1980, emitida por el Consejo de Seguridad de la ONU y en consecuencia de carácter obligante, establece que “la política y las prácticas de Israel de asentar partes de su población y nuevos inmigrantes (en los territorios palestinos y otros territorios árabes ocupados desde 1967, incluyendo Jerusalén este) constituyen una violación flagrante de la Cuarta Convención de Ginebra… y una seria obstrucción para el logro de una paz amplia, justa y duradera en el Medio Oriente”. Esa es una entre múltiples resoluciones de Naciones Unidas que condenan los asentamientos. La Corte Internacional de Justicia, en una opinión consultiva no vinculante, dijo desde 2004 que el muro israelí y su régimen de asentamientos, infraestructura y caminos exclusivos para israelíes constituyen una grave violación a la ley internacional y a las obligaciones de Israel como poder ocupante. La Corte Penal Internacional considera los asentamientos un crimen de guerra. No obstante, desde la guerra del 67, la construcción de asentamientos ha aumentado exponencialmente.

Con las nuevas decisiones de Bruselas, se dará una modificación de las relaciones comerciales entre la UE e Israel. La mayor parte de la cooperación entre ambos radica precisamente en el ámbito comercial o en proyectos de investigación, innovación y desarrollo. Entre 2007 y 2013, Israel se benefició con 750 millones de euros destinados a 1.900 proyectos de investigación.

Mientras la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) aplaudió la nueva directiva de la UE al considerar que con ella "han pasado del nivel de las declaraciones y denuncias al de las decisiones políticas efectivas y pasos concretos", el gobierno israelí se ha tomado como una afrenta las decisiones de la UE. Benjamín Netanyahu, el primer ministro, ha dicho que ‘es Israel y no la comunidad internacional quien determina sus fronteras’. El viceministro de Asuntos Exteriores, Zeev Elkin, consideró que se trata de “una iniciativa muy inquietante adoptada en un mal momento porque no hace sino reforzar el rechazo de los palestinos a retomar las negociaciones (de paz)”.

Por Daniel Salgar Antolínez

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