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Venezuela, el delito se extiende

La corrupción la impunidad y el fracaso de seis planes de seguridad han potenciado los delitos en el segundo país más violento del mundo.

Elizabeth Ostos / Especial desde Caracas
08 de mayo de 2015 - 02:30 a. m.
Un inspector de la Policía Municipal de Sucre, Caracas, comprueba la identidad de un sospechoso. /EFE
Un inspector de la Policía Municipal de Sucre, Caracas, comprueba la identidad de un sospechoso. /EFE
Foto: EFE - David Fern·ndez

En Venezuela no hay cifras oficiales sobre la violencia desde hace más de diez años. Para tratar de delinear un mapa de la actividad delictiva en el país, organizaciones no gubernamentales como el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), Provea y Paz Activa, entre otras, hicieron seguimiento a la acción de bandas ilícitas, que según la percepción de los venezolanos,  crece sin control en todo el país.
 
De acuerdo con el consultor y analista independiente Marcos Tarre Briceño, desde 2004 el Gobierno no publica cifras sobre índices de inseguridad. “En 16 años de Revolución bolivariana ha habido 12 ministros de Relaciones Interiores y se han presentado seis planes de seguridad. No hay seguimiento a las políticas públicas para frenar el avance de bandas criminales, la circulación de armas, el tráfico y microtráfico de droga y la presencia de los secuestros en las principales ciudades del país”, señala.
 
El investigador formó parte del equipo que presentó en Caracas el primer informe del Observatorio del Delito Organizado en Venezuela. Los resultados de esa primera encuesta nacional ponen en evidencia que entre 1998 y 2012 la tasa de homicidios aumentó en más de 50 puntos, pasando de 20 muertes por cada 100.000 habitantes a 73 /100.000. Los entrevistados identificaron a funcionarios públicos, policías y militares “como elementos que influyen o contribuyen en la dinámica de los mercados ilegales vinculados al delito organizado, dado principalmente por la corrupción y el narcotráfico”, dice el informe.
 
En el caso de homicidios, el OVV informó que en 2014 se reportaron 24.980 muertes y una tasa de 82 muertes violentas por cada 100.000 habitantes. “Somos el segundo país con más homicidios en el mundo, sólo detrás de Honduras (104 / 100.000). En Venezuela se cometen más asesinatos que en países considerados violentos, como Jamaica El Salvador o Colombia”, explicó el sociólogo Roberto Briceño León, director del Observatorio. 
 
El sondeo halló una novedad en 2014: la expansión del delito a ciudades y estados de Venezuela considerados “no violentos” en años anteriores. “Los equipos de investigación han detectado que las bandas armadas agreden y extorsionan a habitantes de lugares que no figuraban en las estadísticas de forma significativa (…) se han incrementado los hurtos y robos cometidos por delincuentes no profesionales. Esta modalidad se refuerza por la impunidad”, explica el analista.
 
Gustavo Tarre le explicó a El Espectador otros elementos que, según sus investigaciones, potencian la violencia: “Tenemos unos niveles exagerados de corrupción, que es la gran facilitadora del delito organizado, que a su vez genera inseguridad”, argumentó. Es lo que llama la “ecuación Venezuela”: hechos ilícitos en cuerpos policiales, en el sistema judicial, en el de prisiones, en las Fuerzas Armadas , etc.
 
“Cuando hablamos de delitos organizados nos referimos a delincuencia transnacional, pero también a la delincuencia local y a los esquemas mixtos. Hay una gran variedad de grupos delictivos que operan en el país”, advierte Tarre, y explica que, además del tráfico de drogas, armas y personas, se han detectado otros tipos de delito en los últimos años en Venezuela: “corrupción generalizada, mercado negro cambiario, robo y reciclado de celulares, contrabando de gasolina, contrabando y reventa de productos alimenticios y medicinales regulados, sicariatos en los sindicatos de la construcción, lo cual hace a Ciudad Guayana (zona de gremios obreros por excelencia) una de las urbes más peligrosas del mundo, con secuestro virtual o extorsión telefónica, extorsión para el rescate de vehículos, la acción sin control de colectivos armados y las mafias carcelarias”.
 
 Añade que el secuestro dejó de ser un delito exclusivo de la frontera, para llegar a todo el país: “Esta modalidad delictiva producía hace 10 años unas 60 retenciones ilegales en Táchira y Zulia (frontera). Pero entre 2010 y 2014 se han contabilizado 4.400 casos. La población afectada supera las 24.000 personas (...) Ahora el fenómeno se trasladó a las otras ciudades, en donde hay un gran número de secuestros exprés”.
 
Los datos extraoficiales advierten que los lugares con más reportes de secuestros son la Gran Caracas, Miranda, Nueva Esparta (Isla de Margarita), Carabobo y Barinas. La investigación estima que “hay entre 10.000 y 12.000 grupos que se dedican al secuestro en esta nación y cada uno tiene más de tres personas”. Tarre dice que la impunidad campea. “Sólo tres de cada 100 delincuentes son sentenciados en los tribunales. Estos factores potencian que funcionarios de la Fuerza Pública engrosen las filas de las bandas al margen de la ley”.
 
Sobre los delitos más comunes  asegura que el hurto de celulares y el de autos puntean la estadística. “Más de 1’320.000 teléfonos móviles se roban cada año en Venezuela. El año pasado hubo reportes de 39.000 autos robados, aun cuando hay más motos robadas”. Otro elemento que llamó la atención de los investigadores fue el número de armas que circulan en Venezuela sin control. 
 
Un estudio de un investigador independiente, Pablo Dreyfus, determinó que para 2006 el total de armas pequeñas y ligeras podría oscilar entre 2,1 y 4,6 millones. “Pero las cifras son relativas, no hay un control preciso de cuánto armamento o balas circulan en Venezuela”,a dvierte.

Por Elizabeth Ostos / Especial desde Caracas

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