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Venezuela en el juego de la paz

Mientras sectores políticos en el país piden evaluar su papel de garante en los diálogos de La Habana, para la guerrilla sigue siendo pieza fundamental.

Redacción Internacional
29 de agosto de 2015 - 03:34 a. m.

Para nadie es un secreto que la influencia y la participación de Venezuela en el proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las Farc en La Habana (Cuba) ha sido fundamental. Cuando murió el presidente venezolano Hugo Chávez —el 5 de marzo de 2013—, el presidente Juan Manuel Santos dejó clara la importancia del vecino país en el proceso de negociación. Dijo que desde que se inició la reconstrucción de las relaciones binacionales, tan maltrechas al final del mandato de Álvaro Uribe, quedó claro que la paz era “la obsesión y el fundamento” que los unió.

“Si hemos avanzado en un proceso sólido de paz con avances claros y concretos, avances como nunca se han logrado con la guerrilla de las Farc, es también gracias a la dedicación y compromiso sin límites del presidente Chávez y del Gobierno de Venezuela”, enfatizó el mandatario en ese momento. De hecho, en muchos de los comunicados conjuntos que se han expedido desde La Habana por los negociadores de Gobierno y Farc, se les ha agradecido a Chile y Venezuela como países acompañantes, “a quienes las delegaciones informan periódicamente sobre la marcha de los diálogos”.

Una realidad a tener en cuenta en la actual tensión que se vive entre los dos países, tras la decisión del presidente Nicolás Maduro de cerrar la frontera y expulsar de su territorio a familias enteras de colombianos, con el pretexto de estar luchando contra el contrabando y el paramilitarismo. En un pronunciamiento desde Cuba, las Farc reaccionaron ayer a la crisis señalando que “Venezuela es y seguirá siendo fundamental para la paz de Colombia”, por lo que se hace necesario “echarle agua al incendio chovinista para promover la unidad e integración de dos naciones con una misma historia, hijas de un mismo padre, el libertador Simón Bolívar”.

En este sentido, señalaron que lo más conveniente es buscar, “mediante el diálogo constructivo y sincero”, la normalización de la situación en la frontera, y plantearon la conformación de una “zona binacional de integración y desarrollo que favorezca la fraternidad, la convivencia y la construcción del proyecto de patria grande”. Al mismo tiempo, las Farc consideran que se debe respetar la soberanía de Venezuela, retomando los argumentos de Maduro: “Hay que cesar la perfidia que significa trasplantar el paramilitarismo que tantas victimizaciones ha causado en Colombia”, dice el comunicado.

Incluso, el grupo guerrillero habla de cerrarles los espacios “a la crispación de los ánimos y al guerrerismo de quienes mediante la guerra económica y todo tipo de conspiraciones buscan desestabilizar el gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro”. Una postura lógica en el entendido de que las Farc siempre han visto en el chavismo un aliado de su causa revolucionaria, lo que ha hecho que algunos críticos del proceso de paz en Colombia cuestionen lo que consideran ha sido la condición de rehén del presidente Santos frente al triángulo Farc-Venezuela-Cuba.

Se dice, por ejemplo, que ese respaldo se ha dado también en materia logística y que los viajes que ha hecho a Cuba Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, máximo comandante de las Farc, con el aval del Gobierno para reunirse con los negociadores de paz, fueron facilitados por Venezuela. Asimismo, una de las propuestas que se han planteado frente a la desmovilización de la guerrilla apunta a la creación de una especie de “zonas de reserva” que podrían estar ubicadas en la frontera, para que los excombatientes fungieran como guardias fronterizos.

Para Arlene B. Tickner, analista de la Universidad de los Andes, el proceso de paz ya tiene un grado de maduración que hace difícil creer que Nicolás Maduro tenga influencia real sobre los negociadores de las Farc, si es que alguna vez la tuvo, mientras que la reanudación reciente de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba hace anacrónica la supuesta amenaza del castro-chavismo sobre Colombia, de la que tanto habla el uribismo. De cualquier manera, el hecho de que las Farc hayan salido a pedir un diálogo constructivo y sincero deja ver que para ellas Venezuela sigue siendo una pieza clave en el ajedrez de la paz.

Deportados, no sólo en la frontera

La situación que se vive en la frontera con Venezuela, con familias colombianas que están siendo deportadas y otras que han decidido regresar por propia voluntad al país, comienza a sentirse en regiones diferentes a esa frontera. Andrés Santamaría, personero de Cali y presidente de la Federación Nacional de Personeros, reveló que han atendido tres casos de personas provenientes del vecino país y advirtió que hay un subregistro de la población que ha ingresado, pues no existen información ni caracterización de quienes lo hacen de manera voluntaria por trochas, lo cual podría repercutir en que la migración se dé hacia las distintas regiones de Colombia y no se pueda hacer seguimiento de la contingencia.

Por Redacción Internacional

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