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El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, admitió este jueves que el plebiscito propuesto por la jefa de Estado, Dilma Rousseff, para una reforma política, no podrá ser celebrado antes de octubre, como pretendía el Gobierno.
Rousseff pidió el pasado martes que el Congreso convoque a un plebiscito para una reforma política, que está pendiente en las cámaras desde hace quince años, con la intención de dar respuesta a una de las demandas de las masivas manifestaciones que tomaron las calles del país durante el mes de junio.
La mandataria pretendía que la reforma fuese aprobada antes del mes de octubre, que marca el plazo legal para que esté en vigor en las elecciones presidenciales y legislativas de 2014, pero tanto el Congreso como el Poder Judicial advirtieron que el tiempo es escaso para una consulta de esa naturaleza.
Temer se reunió este jueves con parlamentarios de la base oficialista en la Cámara de Diputados y, después de analizar el asunto, declaró a periodistas que "no hay condiciones de hacer el plebiscito antes de octubre", por lo que la consulta deberá quedar para una fecha posterior.
De ese modo, sólo podría entrar en vigor para las municipales de 2016 y, en el ámbito nacional, en las presidenciales y legislativas de 2014, indicó.
Temer explicó que, de acuerdo a las consultas hechas hasta ahora, "la mayoría de los parlamentarios sugiere que el plebiscito se haga junto con las elecciones de 2014", pues implicaría menos gastos y permitiría que la población esté bien informada sobre el asunto.
La decisión final, no obstante, quedará en manos de la Cámara de Diputados, que el martes de la semana próxima instalará un grupo especial para discutir la propuesta de Rousseff.
Ese grupo de trabajo será integrado por ocho diputados, que tendrán un plazo de hasta 90 días para presentar sus conclusiones y sugerir la fecha en que sería realizado el plebiscito, si es que el pleno del Congreso decide que sea convocado.
Rousseff presentó la solicitud formal para la realización del plebiscito este martes y en su mensaje al Congreso precisó que la reforma política es una de las demandas de los "millones de brasileños que salieron a las calles" en las últimas semanas.
La mandataria sugirió que el plebiscito, cuyas preguntas también deben ser definidas por las cámaras, aborde cinco grandes puntos: financiación de los partidos y sus campañas, el sistema electoral, las suplencias de parlamentarios, las coaliciones partidarias y el voto secreto en el Legislativo.