Más de 15.000 personas, mayoritariamente civiles, murieron en Siria desde el inicio de la rebelión contra el régimen de Bashar al Asad, a mediados de marzo del año pasado, anunció este jueves el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Al menos 10.480 civiles, 3.716 soldados y 830 desertores murieron por la represión y los combates.
El OSDH considera civiles a los hombres armados que luchan contra el régimen."Si la comunidad internacional mantiene su silencio y se limita a observar la situación, se siga derramando sangre en Siria", dijo Rami Abdel Rahman, presidente del OSDH. "La violencia se incrementó en los dos últimos meses y la situación está empeorando", advirtió.
Por su parte el papa Benedicto XVI lanzó este jueves un llamado al cese de la violencia en Siria y advirtió del riesgo de un "conflicto generalizado" que podría tener "consecuencias fuertemente negativas para el país y toda la región".
El Papa manifestó "su cercanía con los grandes sufrimientos de los hermanos y hermanas de Siria, en particular de los pequeños inocentes y de los más débiles".