Wikileaks revela identidades de fuentes diplomáticas

El Departamento de Estado de Estados Unidos denunció la revelaación de cerca de 134 mil nuevos cables, en algunos de los cuales no se omitieron los nombres de informantes de funcionarios del gobierno de norteamericano.

Daniel Salgar Antolínez
31 de agosto de 2011 - 08:33 a. m.

El debate sobre las virtudes y los peligros de publicar información clasificada de los gobiernos se reinicia tras la reciente publicación de cerca de 134 mil cables confidenciales de diplomáticos norteamericanos por parte de Wikileaks.

La preocupación manifestada por el departamento de Estado estadounidense y por defensores de derechos humanos al respecto, no se debe tanto a la cantidad de información revelada -que es seis veces mayor al total de documentos publicados desde que comenzara la filtración a EE.UU. en noviembre de 2010-, sino a que no se omitieron las identidades de las fuentes de funcionarios del gobierno americano, que estarían en peligro de recibir represalias, especialmente cuando se trata de personas que trabajan en países bajo regímenes autoritarios. Así lo dio a entender la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, quien además indicó que EE.UU. condena la interceptación ilegal de información oficial y que el Departamento se abstiene de dar declaraciones sobre la certeza de la información develada.

En su portal web, WikiLeaks emitió una declaración indicando que la reciente publicación se realizó para generar impacto con la información, facilitar que ésta sea interpretada por personas de diversas nacionalidades y desacreditar la creencia de que la organización había disminuido su actividad durante los últimos meses.

Sin embargo, el diario alemán Der Spiegel afirmó que la publicación de los cables sin la omisión de nombres propios podría tratarse de un accidente provocado a partir del conflicto existente entre el fundador de Wikileaks, Julian Assange,  y su exvocero, el alemán Daniel Bomscheit-Berg. Según un artículo de Der Spiegel publicado el martes, desde principios de este año ha estado circulando un archivo encriptado con el contenido de cerca de 250 mil documentos del Departamento de Estados, los mismos que fueron editados y publicados por WikiLeaks en noviembre de 2010. Pero el contenido encriptrado que está en la web es el original, el inédito,  el que tiene los nombres propios de las fuentes de diplomáticos estadounidenses.

La clave para desencriptar el archivo también estaría circulando en la web. Contactos externos a quienes Assange habría dado la clave a mediados de 2010, la habrían puesto a circular en la red a finales de año pasado, sin notificar que así estaban permitiendo el acceso a los cables inéditos de EE.UU. Der Spiegel indica que el error pasó desapercibido durante varios meses hasta que Openleaks, la organización rival de Wikileaks, fundada por Bomscheit-Berg, lo hizo público para alegar que la información de Wikileaks no es segura.

Entre los cientos de documentos pertenecientes a la embajada norteamericana en Bogotá y que fueron publicados en los cables de WikiLeaks, figura información sobre las peticiones hechas durante la Tercera Conferencia Internacional por parte de la sociedad civil, en las cuales se critican las labores de fumigación manual que afectaron la salud de determinadas poblaciones. También figura otro cable de 2009, en donde el gobierno colombiano pide una discreta ayuda al gobierno estadounidense para persuadir a los rusos de no vender armas a Venezuela, después de que fueron encontrados misiles comprados por la república bolivariana en poder de las Farc.

Por Daniel Salgar Antolínez

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