La ‘pirámide’ de Adriana Arango

Hoy tiene 18 denuncias penales y 13 embargos. Captaba dineros de amigos y conocidos y les ofrecía jugosos intereses, pero al final no cumplió. Los socios dicen que devolverán la plata adeudada.

Norbey Quevedo H.
21 de enero de 2009 - 11:03 p. m.

Más de 150 personas, entre pilotos, abogados, médicos o desprevenidos inversionistas tienen embolatados sus ahorros. Confiando en la amistad, empuje, reconocimiento y prestigio profesional de la presentadora de televisión Adriana Arango y en su esposo Hugo Javier Coy Troncoso, les habrían prestado cerca de $12 mil millones. Pero hoy el dinero no aparece y su recuperación total es poco probable.

A través de la sociedad CI Tango Trading Ltda., de propiedad de la pareja Arango-Coy, los ingenuos inversionistas escucharon el canto de sirenas que interpretaba la melodía tan de moda por estos días en Colombia, invertir dinero para recibir jugosos intereses. Esta vez con un desafinado final, la reciente intervención del negocio por parte de la Superintendencia Financiera, por efectuar operaciones de captación o recaudo de recursos no permitidos por la ley.

“Conocía a Adriana. Hace como un año me contactó y le presté un poco más de $30 millones, me pagaron al 3% mensual. Luego retiré mi plata y me volvieron a contactar ofreciéndome el mismo interés, por eso renové el préstamo. Hace dos semanas supe que la empresa andaba en problemas, la llamé y me dijo que iba a responder, pero la intervinieron y no sé qué pasará”, relató uno de los afectados a El Espectador.

Todo comenzó en 2003, cuando la pareja Arango y Coy adquirió la empresa CI Tango Trading Ltda. con la aparente intención de desarrollar negocios agrícolas. Para fortalecer la operación, el 10 de abril de 2003 incrementó el capital de la compañía en $50 millones.

Su suerte era inmejorable. Al año siguiente puso en marcha la Unidad de Negocios de Cafés Especiales con la fortuna de que la Federación Nacional de Cafeteros le otorgó la licencia de exportación N° 207.

Con la licencia bajo el brazo contactó a un mayorista en Chicago (Estados Unidos) y empezó a exportar café. Cuando el negocio iba viento en popa surgió otra idea, exportar flores. Según explicó Hugo Javier Coy Troncoso a las autoridades: “Esta relación comercial nos permitió conocer los atractivos precios de venta a los clientes finales (floristerías) y de ahí surgió la decisión de montar operación propia para obviar intermediarios en la cadena”.

Dicha operación requirió logística en Estados Unidos, Rusia, Chile e Inglaterra, y los recursos empezaron a escasear. En ese momento, tanto Adriana Arango como Hugo Coy empezaron a buscar dinero. Entonces le expusieron el proyecto a cerca de 300 amigos cercanos, allegados y conocidos, muchos de ellos quienes a un interés mensual de entre el 3 y el 5% aflojaron la platica, unos en pesos y otros en dólares.

“Adriana me conmovió mucho, sabía que estaba superando una difícil enfermedad y quise ayudarla, por eso le presté cerca de $100 millones”, recuerda otro de los afectados. Así, entre préstamo y préstamo la empresa creció y su capital pasó de $300 millones en 2004 a $2.400 millones en 2007.

Pero, al parecer, el negocio no funcionó. Por eso sus socios empezaron a captar más recursos, ofreciendo mayor interés. No obstante, la iliquidez hizo su aparición y empezaron a incumplir los pagos.


Los ánimos se exacerbaron y, buscando recuperar sus dineros, los acreedores afinaron su artillería jurídica. “Los empezamos a buscar y no nos daban la cara, otras veces simplemente nos mamaban gallo”, cuenta otro inversionista. El 6 de mayo y el 23 de septiembre de 2008, CI Tango Trading Ltda, expidió comunicados explicando su situación.

Pese a ello los acreedores no aguantaron más y el caso llegó a la Superintendencia Financiera, con particulares sindicaciones. El 27 de noviembre dos afectados presentaron la queja formal. Allí se manifestó que se contactaron a 300 personas para la captación. También se adjuntó un listado de 50 inversionistas a quienes les incumplieron y 12 fotocopias de pagarés suscritos por Coy como gerente y Arango, subgerente, de la compañía.

Pero el asunto no paró allí. El 4 de diciembre se presentaron 14 denuncias penales contra la presentadora y su esposo por el  delito de captación masiva y habitual de dineros, y otras cuatro por  presunto fraude procesal. Con otro detalle preocupante, durante 2008 la sociedad CI Tango Trading fue objeto de 13 embargos.

A mediados de diciembre una comisión de la Superintendencia Financiera visitó la compañía y ratificó que ésta realizaba recaudos de dinero del público sin autorización legal, detectó la existencia de un pasivo para con el público, que la compañía celebró operaciones con clientes por $12.604 millones, mientras que su patrimonio a junio de 2008 fue de $1.540 millones.

Con base en estos argumentos, el pasado 16 de diciembre de 2008 la Superintendencia Financiera adoptó medidas de intervención y ordenó la suspensión de actividades de captación. Al tiempo que pidió a la Fiscalía iniciar una investigación. Pero los esposos Arango-Coy han dicho a los acreedores que quieren pagar. No estuvieron de acuerdo con las medidas y presentaron un recurso de reposición que está por resolverse en estos días.

Una carrera profesional meritoria

Desde que inició su carrera como presentadora de televisión a comienzos de los años noventa, Adriana Arango se convirtió en uno de los rostros más cotizados del país y presentó el Noticiero 24 Horas.

A finales de los años noventa presentó el magazín En Vivo  Por su trayectoria y trabajo profesional fue reconocida con diversos galardones periodísticos.

Durante los últimos años formó parte de la Cadena Radial RCN. Allí, en las tardes, hizo el programa ‘Aló RCN’.

La presentadora estuvo casada con un piloto de Avianca hace unos años y allí habría captado recursos de los pilotos. Hace unos años se separó y actualmente vive con su socio Hugo Javier Coy.

El Espectador intentó comunicarse con los dos socios de la empresa varias veces sin éxito.

Por Norbey Quevedo H.

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