El pasado sábado, el Ministerio de Agricultura llevó a un grupo de periodistas a tres de los predios de la Costa Atlántica que han obtenido recursos, no reembolsables, para proyectos de riego dentro del programa Agro Ingreso Seguro (AIS).
Dos de estos predios pertenecen al Grupo Daabon, de la familia Dávila Abondano, que ha estado en el ojo del huracán tras la polémica surgida en el país, al encontrarse que acaudalados empresarios obtuvieron millonarios recursos del programa AIS.
Aprovechando la visita, El Espectador dialogó con Alfonso Dávila Abondano, vicepresidente agroindustrial del Grupo Daabon, quien se defiende de las críticas suscitadas.
Hay una polémica en el país por el manejo que se les ha dado a los recursos del AIS, ¿qué opina de esta situación?
Al país hay que decirle que los subsidios o los incentivos son bienvenidos en todos los sectores, tanto del agro como del turismo; un incentivo es la forma de generar empleo y desarrollo. Con la visita de ustedes a los proyectos pueden dar claridad a la opinión pública de que sí han sido bien ejecutados y han generado, lo que esperaba el Gobierno, empleo estable, con todos los requerimientos de ley como la seguridad social.
Se tiene que hacer más claridad sobre cómo ha sido el usufructo de estos subsidios y cómo se ha beneficiado la comunidad.
¿Cuánto dinero recibió el Grupo?
Recibimos dos subsidios, uno fue invertido en la actividad palmera, que ha generado 60 empleos y otro en una actividad bananera, donde se crearon 102 empleos estables. El monto fue alrededor de $700 millones, lo que significa 20% del costo de construcción del proyecto.
Precisamente se critica la entrega de subsidios a grupos y familias, como ustedes, que tienen mucho dinero.
Los subsidios son para incentivar una actividad cuando ésta no es rentable y se quiere mejorar, si estos subsidios no existieran el grupo no se metería a esa actividad. Hay que entender que el subsidio es lo que hace viable que las cosas se den, esto se da en todo el mundo a grandes y medianas empresas, todo depende de que esté dentro del sector que están trabajando. Eso sí, no debe tener ningún destino específico por razón social o nivel social que tenga la empresa o la persona, sino que el objetivo es que el plan de gobierno se cumpla y se den los logros finales, que es la producción en la región y la generación de empleo.
¿Qué hubiera pasado si no son beneficiados con el subsidio?
Estos dineros fueron definitivos para seguir expandiendo la frontera agrícola, ya que fueron utilizados en un sistema de riego por presurizado, que es lo que optimiza el recurso hídrico acá en La Guajira, donde lo más preciado es el agua y con estos sistemas de riego, que fueron promovidos por Agro Ingreso Seguro, nos garantiza una eficacia del 90%, pues nos duplica la capacidad de expansión agrícola generando el doble de trabajo en la región.
¿A ustedes les han rechazado algún proyecto?
Anteriormente nos rechazaron tres proyectos, porque no dimos la información necesaria para calificar en ellos, debido a que es un proceso bastante complejo y profesional. No dimos la talla y nos tocó participar en la segunda convocatoria, en la que corregimos los errores que habíamos cometido en el pasado y salimos beneficiados con los dos proyectos.
¿Van a seguir participando en estas convocatorias?
La verdad es que uno ya lo tiene que pensar dos veces a la hora de volver a participar en estos procesos.