La confesión de Otto Bula

Las capturas de los últimos días en el escándalo Odebrecht tienen una razón: el exsenador prendió su ventilador y salpicó a más de 30 personas y empresas.

Norbey Quevedo Hernández - @norbeyquevedo
13 de agosto de 2017 - 02:00 a. m.
El exsenador Otto Bula el día que fue capturado por agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones. / Cristian Garavito
El exsenador Otto Bula el día que fue capturado por agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones. / Cristian Garavito
Foto: CRISTIAN GARAVITO

“Los brasileños autorizaron un 4 % del valor del contrato así: 2 % para Bernardo Elías y los amigos de las comisiones de presupuesto que él maneja; un 1 % para Federico Gaviria y para mí, o sea un 0,5 % para mí y un 0,5 % para Federico, y un 1 % para otros políticos que estaba manejando Federico, que siempre me hablaba de Plinio Olano de la Comisión Sexta y Miguel Peñaloza”. En estos términos sintetizó el exsenador Otto Bula lo que sucedió con los dineros de Odebrecht que se pagaron para garantizar una adición para la obra de la Ruta del Sol.

Después de firmar con la Fiscalía un acta de aproximación para la consolidación de un principio de oportunidad, entre el 12 y el 15 de junio, Otto Bula decidió confesar todo lo que supo sobre los sobornos de Odebrecht en Colombia. Esa larga declaración conocida por El Espectador, en buena medida explica las capturas e imputación de cargos de los últimos días. Ante dos fiscales, dos integrantes de la Policía Judicial, un asistente del ente investigador y dos abogados de la defensa, el excongresista detalló el rol de los protagonistas del escándalo.

Su relato comienza a finales del año 2011 en Medellín, donde Bula vivía, cuando se encontró con el empresario Federico Gaviria, a quien conocía de tiempo atrás cuando Bula vendía abarrotes al por mayor en su natal municipio de Sahagún (Córdoba). El sitio del encuentro fue el restaurante Pijaos, en el parque Lleras, que era propiedad de su esposa. Ese mismo día conoció al compañero de mesa de Gaviria, el presidente de Odebrecht en Colombia, Luiz Bueno. Buscaban políticos para asegurar una licitación en Pescadero-Ituango.

En adelante siguieron en contacto, pero a finales de 2012 Bula se fue a vivir a Bogotá. Según él, dio la casualidad de que a la unidad de vivienda donde llegó a vivir habitaba también Federico Gaviria, a quien ya relacionaba como un lobista de Odebrecht. Aunque primero Bula se interesó por la forma de estructurar un centro comercial en un lote de Cartagena, después de una estrecha amistad, “casi a diario”, a principios de 2013 Gaviria le planteó el tema de la adición al contrato de la Ruta del Sol tramo II, Ocaña-Gamarra.

El objetivo de Federico Gaviria era buscar influencias políticas para garantizar la adición de la obra, aunque ya estaba manejando la Comisión Sexta, a través del senador Plinio Olano. Sin embargo, recalcó Bula, necesitaban fuerza en las comisiones de presupuesto para que le ayudaran con los vistos buenos del Ministerio de Hacienda. Cuando la Fiscalía lo interrogó si sabía de algún otro político que venía trabajando en el tema, Bula contestó que el exministro de Transporte Miguel Peñaloza ayudaba con reuniones políticas.

Entonces Bula buscó a su amigo Bernardo Ñoño Elías y le explicó que Odebrecht estaba interesado en una adición sin licitación pública, pero necesitaban quien empujara el tramo Ocaña-Gamarra. De esta manera, en su propia casa en Chía (Cundinamarca), reunió a Federico Gaviria y Bernardo Elías. En dicho encuentro se habló del mejoramiento de las condiciones contractuales y Elías comentó de manera explícita que podía hacer un trabajo porque él tenía llegada a Luis Fernando Andrade, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

El senador Elías planteó que con unos colegas hacía el trabajo por el 4 % del valor del contrato. Federico Gaviria contestó que no creía que Odebrecht pagara ese porcentaje, pero que iba a hablar con el nuevo presidente en Colombia, Eleuberto Martorelli. Al tercer día de la reunión, Gaviria buscó a Bula y le dijo que Martorelli había autorizado el pago. 2 % para Bernardo Elías, 1 % para Gaviria y Bula, y 1 % para los políticos que manejaba Gaviria. Éste, según Bula, siempre le habló de Plinio Olano de la Comisión Sexta y Miguel Peñaloza.

De esta manera, comenzaron a hacerse reuniones en casa de Bernardo Elías. El exsenador Bula resaltó que no es como dice Luis Fernando Andrade, que fue una reunión de 10 minutos, sino cuatro o cinco comidas para organizar el precio y determinar las condiciones del contrato. En la gestión del senador Elías no solamente hizo parte la Comisión de Presupuesto, sino la Subcomisión de Crédito Público. Interrogado por la Fiscalía sobre nombres, Bula precisó: “Sí, él me habló de Antonio Guerra, que ayudaba en eso, más que todo”.

“Sé que Bernardo hablaba mucho con el director nacional de presupuesto” y con una funcionaria del Ministerio de Hacienda, que era el enlace con la Comisión de Presupuesto del Congreso. Elías tenía que presionar para sacar adelante el tema y, según Bula, en ocho meses ya estaba listo el Confis y el Conpes. La obra se concretó y, además de Odebrecht y Corficolombiana, apareció la empresa Sion, que pagó unos movimientos de tierra por $10.000 millones para una obra en la vía. Era una empresa de un paisano de Sahagún.

Aunque el representante legal de Sion es Mauricio Vergara -capturado este viernes-, el personaje clave era Dumar Lora, también de Sahagún, amigo de confianza de Bernardo Elías. En su confesión, Bula manifestó que Vergara y Lora le hicieron un favor a Elías, pero ni sabían de qué era el dinero y no se ganaron ni un peso. No obstante, fueron $10.000 millones sin hacer nada de obra. La Fiscalía le preguntó si el representante de Corficolombiana José Elías Melo sabía del tema. Bula respondió: “Claro que tiene que saber”.

“Tenía pleno conocimiento de todo lo que se estaba haciendo pagando estos favores, estas coimas, estos sobornos, no se cómo lo llamen ustedes, porque se necesitaba el visto bueno de ellos para girarle”, añadió Otto Bula. En cuanto a Plinio Olano, el declarante indicó que visitaba a Federico Gaviria en su casa, pero se anunciaba a otro constructor que vivía ahí. Ante la aseveración de uno de los fiscales de si a través de un contrato con la firma Profesionales de Bolsa le pagaron a Olano, Peñaloza y Gaviria, el exsenador confeso manifestó: “Exacto”.

Luego se refirió a dos contratos más con la empresa Consultores Unidos, de Eduardo Zambrano, conseguido por Eder Ferracuti, presidente de la Concesionaria Ruta del Sol. Fue un contrato por $3.000 millones que se hizo a través de la empresa de Mauricio Bula Jaraba, según Bula, un muchacho a quien él engañó, pero que le hizo el favor. De ese contrato quedaron unos $900 millones para Bernardo Elías, cuyas entregas se hacían a través de su prima Básima Elías, utilizando también a un trabajador de Bula llamado Édgar Penverti.

En medio del interrogatorio para esclarecer cómo se pagaron las coimas en relación con Odebrecht y la adición de la Ruta del Sol, la Fiscalía indagó a Bula sobre el papel del asesor de la ANI Juan Sebastián Correa. El declarante afirmó que era el que llevaba y traía razones, el puente entre unos y otros. “Si Martorelli necesitaba hablar con Andrade, entonces Juan Sebastián le decía: jefe, que el senador Elías le manda a decir que Martorelli lo necesita”. Además, era el que coordinaba las comidas con Bernardo Elías. “Él también iba”.

Bula admitió que conoció a Juan Sebastián Correa a través de Bernardo Elías y que se lo puso al servicio para la comunicación y el trabajo que tuvieran con la ANI. Después se volvieron muy amigos. Incluso cuando la Fiscalía le preguntó si el contacto Juan ANI descubierto en su celular era Juan Sebastián Correa, contestó: “Sí señor”. Era amigo de muchos congresistas. Según aseguró Bula, único funcionario de la ANI con el que tuvo contacto. A pesar de la insistencia de la Fiscalía, insistió en negar aproximaciones con Luis Fernando Andrade.

Lo que sí se enteró fue de las reuniones de Andrade con Elías, y lo sabía porque él prestaba a un muchacho para que cocinara y a Andrade había que hacerle comida especial porque era vegetariano. Bula aclaró que facilitó los servicios del chef 15 o 20 veces, pero que las reuniones de Andrade con los brasileños pudieron ser cinco o seis. A la pregunta de la Fiscalía sobre entregas de dinero a Andrade, contestó: “Hay solamente un chat de Elías que dice que apure a los cariocas porque Luis Fernando Andrade le está cobrando”.

En el extenso interrogatorio a Otto Bula, el excongresista dio dos nombres más: el abogado Yesid Arocha, de quien dijo que después de 20 años trabajando con Odebrecht debe conocer los pormenores de todo lo que sucedía; y el exministro Andrés Felipe Arias. Sobre este último indicó que Federico Gaviria le dijo que le ayudaba con un sueldo, que era un hombre cercano a Odebrecht y que esta firma le tenía como una gratificación. Lo cierto, explicó Bula, es que Arias era muy amigo de Federico Gaviria, “creo que del colegio”, puntualizó.

La fase final de la primera confesión de Otto Bula fue para indagar sobre US$4 millones recibidos de Odebrecht. El exsenador se ratificó sobre la forma que su amigo Víctor López le facilitó su cuenta bancaria para recibir el dinero. La misma historia según la cual Martorelli le pidió que le entregara un dinero a Andrés Giraldo para un negocio que tenía con Roberto Prieto. Bula insistió que Giraldo le pareció un paisa agradable y que fueron $610 millones en una maletica, y que en una segunda reunión, cuando salía entraba Roberto Prieto.

El declarante agregó que Juan Sebastián Correa y Andrés Giraldo se conocían, “y le hacía también de pronto los mismos mandados que nos hacían a nosotros en la ANI”. Después se enteró que Giraldo entraba a la ANI “como perro por su casa”, que se reunía con todos y que era amigo también de Martorelli, “y del otro”. En cuanto a los contratos para Navelena, Bula manifestó que no tuvo ningún conocimiento y que más bien supo de la gente de Afavías, una empresa portuguesa que buscó para que se quedara con las acciones de Odebrecht en Navelena.

En términos generales, las 61 páginas de la primera confesión de Otto Bula en el contexto del acta de aproximación para un preacuerdo, son una caja de sorpresas con muchos nombres inéditos y empresas en Colombia y en el exterior como Unión Temporal de Inversiones Pallivon o Torreza. En esencia, el excongresista busca demostrar que fue un intermediario que quedó en medio de poderosos de Colombia y la gente de Odebrecht, pero que no es el personaje que han presentado como el orquestador de los sobornos. Hay otros más poderosos que quiere ayudar a encontrar.

Lo que viene en la semana que comienza

En desarrollo de las 15 líneas de investigación que adelanta la Fiscalía en el caso Odebrecht y que en el transcurso de la semana generó la captura del senador Bernardo el Ñoño Elías y del empresario de Sahagún Mauricio Vergara, quien habría prestado su empresa Sion para pagar sobornos de la multinacional, esta semana que comienza vienen nuevas diligencias judiciales.

Mañana se tiene prevista la audiencia de imputación de cargos contra el presidente de Corficolombiana, José Elías Melo, señalado por Otto Bula de conocer todos los negocios en el caso. El próximo viernes 18 de agosto se llevará a cabo la audiencia de acusación contra el exviceministro de Transporte Gabriel García, primer capturado y otro ventilador del caso. Ese mismo día las exministras Gina Parody y Cecilia Álvarez deben rendir interrogatorio según decisión de un fiscal delegado ante la Corte.

En cuanto al empresario Eduardo Ghisays, éste tiene programada audiencia de acusación para el jueves 24 de agosto.

Por Norbey Quevedo Hernández - @norbeyquevedo

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