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Los dueños de las pistolas

Tras la empresa colombiana que vendió a la Policía las armas con electrochoques se mueve un millonario negocio que promueve inteligencia y seguridad.

Norbey Quevedo Hernández
03 de agosto de 2014 - 02:00 a. m.
Los dueños de las pistolas
Foto: EFE - SHAUN FELLOWS

Arquímedes Segundo Bonilla Vega es un ingeniero que a sus 51 años se convirtió en uno de los zares de la venta de equipos para brindar seguridad y hacer inteligencia en Colombia. Es propietario y gestor de la empresa Eagle Commercial. Se trata de una sociedad que salió a la luz pública porque le vendió a la Policía 300 pistolas eléctricas Taser. Un dispositivo que mediante descargas bloquea el sistema nervioso central e inmoviliza al individuo. Un arma que, por ahora, es utilizada en Bogotá, Medellín y Cali.

Durante varios años el ingeniero Bonilla y su empresa mantuvieron bajo perfil. Solo fue en marzo de 2011 cuando el escándalo de Wikileaks lo sacó del anonimato. Se trataba de miles de cables secretos y comprometedores del gobierno de Estados Unidos que divulgó al mundo el programador australiano Julian Assange. Y como era de esperarse, el capítulo sobre Colombia también apareció.

En un cable diplomático de la Embajada de Estados Unidos en Colombia enviado a Washington a mediados 2006, se evidenciaron las actividades non sanctas de Eagle Commercial. Bajo el título “Licencia de equipos de interceptación”, la comunicación confidencial detalló la operación de negocios estratégicos en seguridad e inteligencia. Un asunto que revela que no sólo se trataba del polémico negocio de las pistolas Taser. Se referenció además la firma de contratos con la propia Embajada norteamericana en Bogotá, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional.

Eagle Commercial no es propiamente una microempresa familiar como aparece en los registros mercantiles de la Cámara de Comercio de Bogotá, consultados por El Espectador. Según la información entregada por la Embajada a sus superiores en Estados Unidos, tras la sociedad hay significativos negocios con multinacionales de México y Estados Unidos mediante la representación de varias empresas proveedoras de armas y equipos de telecomunicaciones.

Los cables de Wikileaks dieron cuenta también de que Eagle Commercial funciona en el sector del parque de la 93, cerca de varias embajadas, en instalaciones seguras con guardianes las 24 horas del día y vidrios a prueba de ruido. En sus oficinas se detectó que hay cámaras digitales de vigilancia, identificadores de voz y correo que monitorean conversaciones telefónicas y actividad de computadores. En cuanto a sus empleados nuevos, son observados e investigados durante tres meses. Según la Embajada, se trata de un negocio legítimo.

Los cambios de la empresa con el paso de los años resultan curiosos. Eagle Commercial se creó el 13 de agosto de 1997 como una firma dedicada a comercializar frutas en el país o en el exterior. Con un capital de $100 millones, sus dueñas eran Sandra Patricia Montero y Alicia Vega. Siete meses después ingresó a la compañía como principal propietario el ingeniero cartagenero Arquímedes Segundo Vega Bonilla. Pero fue en marzo de 1999 cuando la compañía amplió su actividad comercial y se registró para prestar servicios de vigilancia, seguridad privada e importación de equipos.

En la siguiente década, la empresa empezó a crecer. Logró la representación de varias compañías internacionales, entre ellas Smith Myers Communications de Estados Unidos. Negocios que luego derivaron en un aumento de capital a $1.400 millones. Sin embargo, en 2005 la firma tuvo un traspié. Firmó un contrato con el Fondo Rotatorio de la Policía para interceptar llamadas telefónicas entre móviles que usaban simcard, pero no funcionó. En ese momento el ingeniero Bonilla señaló que la empresa ajustó los equipos y cubrió los gastos.

Pero siguió creciendo. Se amplió a tres sedes en Bogotá. Capacitó al menos a 1.500 hombres de la fuerza pública en el uso de sus equipos, suministró al Ejército botas especiales para travesías en la selva y ayudó a estructurar las salas de inteligencia de varios organismos de seguridad del Estado. “Mi filosofía de trabajo radica en compartir información y laborar con extremo sigilo”, aseveró Bonilla.

En 2009 llegaría el negocio que los tiene en el ojo del huracán: el contrato exclusivo de distribución de la firma Taser International Inc. A finales de ese año, la Policía decidió comprarle a prueba las primeras 140 pistolas Taser. Una adquisición secreta que incluía los accesorios de las armas. Para ese momento, Tom Smith, presidente-fundador de Taser en Delaware, Estados Unidos, señaló que el contrato servía para comenzar las pruebas de las pistolas y hacer una evaluación en la institución, que contaba con 140 mil hombres.

Desde esa época el debate sobre la utilización del arma ya era internacional. El Comité de las Naciones Unidas Contra la Tortura reiteró que el uso de esas armas podía ser una forma de tortura. Una polémica que se recalentó en 2013 por la muerte en Miami de Israel Hernández y Federico Osorio a manos de policias, cuando trataban de inmovilizarlos con las pistolas Taser. No obstante, Jorge Trujillo, gerente del producto en Eagle Commercial, indicó a El Espectador que existen diversos estudios en Estados Unidos e Inglaterra que demuestran que el arma es controlada y por ello la población puede estar tranquila.

En los últimos cinco años, la casa fabricante en Estados Unidos le ha renovado a Eagle Commercial la exclusividad para distribuir el producto en Colombia. Ahora Eagle Commercial puede vender, además de las armas Taser X2 y Taser C2, las grabadoras Taser Axon Flex y Taser Axon Body. Estas son filmadoras de 3.2 pulgadas que se instalan en unas gafas especiales de sol y le permiten al agente de la fuerza pública grabar escenas con poca luz; además, poseen una batería que puede durar hasta 12 horas. Estos productos fueron lanzados en febrero de 2012.

Los negocios de Eagle Commercial siguen fluyendo. En ese año logró la representación de la empresa Stratign FZE para mantener y actualizar el sistema Falcon II del Fondo de Vigilancia y Seguridad de Bogotá. La firma Stratign funciona en Dubai (Emiratos Árabes) y se presenta como “líder mundial en la interceptación de comunicaciones, sistemas de procesamiento de señales, la comunicación de interferencia y los sistemas de seguridad de comunicación”.

La firma colombiana también ha tenido la representación de la empresa Nunvav Inc de Panamá y de Harris Corporation, multinacional de equipos de telecomunicaciones con sede en Melbourne, Florida, para negocios con la Policía Nacional. Una actividad tan próspera que recientemente Taser International les otorgó la exclusividad para vender las pistolas y otros productos en Ecuador y Perú.

Los resultados financieros están a la vista. Eagle Commercial registró el pasado 28 de marzo activos a 2013 por $7.693 millones, un crecimiento exponencial. Su dueño, el ingeniero Arquímedes Segundo Bonilla Vega, registró más actividades comerciales. Además de vendedor de equipos de seguridad y vigilancia, ahora es constructor, comerciante de calzado, de productos químicos, de fibras textiles, maquinaria, productos alimenticios y hasta prendas de vestir. Con tantas actividades nuevas, la polémica venta de pistolas con descargas eléctricas ya parece un negocio más para su empresa.

“Llevamos ocho años trabajando arduo”

Eagle Commercial se presenta como una compañía colombiana con presencia en los sectores de las telecomunicaciones y la ingeniería electrónica, especializada en la comercialización, capacitación y servicio posventa a nivel del gobierno y las Fuerzas Militares y de Seguridad del Estado, de equipos electrónicos, desarrollo de proyectos a la medida y elementos e implementos para la operación de la seguridad nacional.

En diálogo con El Espectador, Jorge Trujillo, gerente del producto Taser en la empresa, señaló que: “Somos una compañía dedicada a proveer tecnología. Desde hace ocho años venimos trabajando arduo. Hemos contribuido con la Policía a modernizar su plataforma. Las Taser fueron probadas en diversos países y son seguras. Respetamos los derechos humanos y seguiremos apoyando a la Policía. Somos aliados de la seguridad. Estamos gestionando nuestros servicios en Ecuador y Perú. No conozco los negocios en Dubái”

 Hemos entrenado a muchos policías para que usen bien las Taser. La gente puede estar tranquila. 

Las posiciones sobre el tema:

Rodolfo Palomino, Director de la Policía. “Este tipo de pistolas tienen como objetivo proteger la vida de todas las personas”.

Alejandro Ordóñez, Procurador general. “Vamos a hacer unas valoraciones para determinar el riesgo de estas armas”.

Jorge Armando Otálora Defensor del Pueblo. "Le pedí a Medicina Legal que lleve a cabo una evaluación para definirlos efectos en la salud humana”.

Israel Hernández, Padre del joven que murió en Miami por una Taser. “Las pistolas Taser son letales y no debe usarlas ninguna policía del mundo”.

Hugo Zárrate, Secretario de Gobierno de Bogotá. “No estamos de acuerdo con armas que pongan en alto riesgo la integridad física de las personas”.

Juan Carlos Pinzón, Ministro de Defensa. “Las Taser ya se emplean en otros países. Me parece bien que avancemos en el uso de estas tecnologías”.

 

 

nquevedo@elespectador.com

@norbeyquevedo

Por Norbey Quevedo Hernández

 

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