El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, relató que en la noche del jueves ante las tropas de la Octava Brigada del Ejército se presentó el guerrillero ‘Rojas', en compañía de otros de sus hombres, y aseguró que había asesinado a Iván Ríos tres días atrás. Les entregó a los uniformados, además de la mano, la cédula de ciudadanía, el pasaporte y el computador personal de su comandante.
Según relató el desmovilizado, Ríos y su grupo de confianza estaban cercados, desabastecidos e incomunicados. Lo que dijeron fue que por la persecución del Ejército el comandante no les permitía prender fuego, cocinar, prender linternas o ir a comprar suministros y por ello se desesperaron y decidieron asesinarlo.
La muerte ocurrió en zona rural del municipio de Samaná, en Caldas, en cercanías a Sonsón, en inmediaciones del río Arma. Esa zona ha sido tradicionalmente patrullada por el Frente José María Córdoba que tiene sus alcances hasta el sureste de Antioquia.
En esta zona, desde hace 19 días se estaba realizando una operación del ejército llamada "Fortín", precisamente con el propósito de capturar al líder del Secretariado. Informaciones de inteligencia y entregadas por desmovilizados habían permitido ubicar el campamento principal de los guerrilleros del bloque José María Córdova. Hasta este viernes, se contaban siete enfrentamientos entre la subversión y el Ejército.
El cuerpo no ha sido aún recuperado por las autoridades, pues todavía se mantienen los operativos en la zona, pero ya fue enviada hasta allí una comisión judicial. En Manizales, a cinco horas por tierra del lugar de los combates esperaban el cuerpo, pero aún estaba la sede de la Octava Brigada la mano que, según confirmó el Instituto de Medicina Legal, pertenecía a Iván Ríos.