El periodista fue entregado a una misión humanitaria que encabezó el obispo de Tibú, monseñor Camilo Castrellón Pizano. De allí fue trasladado a Ocaña donde se le comunicó la noticia a la familia.
Sin embargo, la ingeniera aún sigue en poder del grupo subversivo y que su liberación está condicionada a la realización de algunas obras y proyectos en la región por parte de Ecopetrol.
El periodista y la ingeniera, prestaban sus servicios a la Asociación Cravo Norte, que adelantaban obras de desarrollo comunitario en el área de influencia del oleoducto Caño Limón - Coveñas.
El conductor del vehículo, que también había sido secuestrado con las dos personas, fue dejado en libertad a los pocos días para que diera aviso a Ecopetrol del plagio.
Desde el secuestro, hubo una gran movilización de periodistas y de organizaciones cívicas y comunales en favor de la liberación de García y la ingeniera.