Luego de que 33 niños murieran incinerados en Fundación, Magdalena, por el descuido de un conductor de buseta, el juez sexto penal municipal de ese municipio cobijó con medida de aseguramiento al conductor del bus Jairo Ramos y al pastor de la iglesia pentecostal, que contrató el servicio, Manuel Salvador Ibarra por “dolo eventual en concurso homogéneo”.
Los abogados de los capturados Mauricio Ramírez y Diego Duque aseguraron que buscarán un acuerdo para que no se les aplique la pena máxima de 60 años de prisión ya que los sindicados no “buscaban causarle ningún daño a los niños”.
Los capturados serán trasladados por el Inpec a un centro carcelario fuera del departamento de Magdalena por razones de seguridad.
Según Gutierrez en una declaración obtenida por el noticiero CM& “la situación fue así: el carro se apagó y como está trabajando con gasolina, porque no pude ponerle gas, en ese momento compro una canequita y en el último viaje se cayó la manguera y cuando lo fui a prender salió la chispa y explotó”.
Según él, “reventé los vidrios saqué unos muchachos allí yo saqué como 6 niños, el pastor también rompió los vidrios y lo intentó”.
Jairo Ramos se mostró arrepentido por el caso y agregó que nadie lo ayudó sino que las personas que estaban alrededor “en vez de ayudar se pusieron a tirar piedra”.