La jueza 36 de conocimiento condenó a ocho años y seis meses de prisión a Miguel, Manuel y Guido Nule, mientras que su socio Mauricio Galofre fue sentenciado a ocho años y mes de cárcel por su participación y responsabilidad en los delitos de fraude procesal, cohecho por dar u ofrecer, falsedad en documento privado y concierto para delinquir dentro del llamado 'carrusel de la contratación' en la capital de la República.
La funcionaria judicial reconoció en la diligencia que en una audiencia preparatoria los contratistas aceptaron su responsabilidad en los delitos imputados por la Fiscalía General en abril de 2011. Los Nule y Galofre actualmente se encuentra privados de su libertad pagando una pena de 14 años de prisión por el delito de prevaricato por acción que aceptaron en la audiencia de imputación.
“Se presentó una aceptación y responsabilidad penal de manera libre, conciencia, espontánea y voluntaria por parte de los aquí procesados”, manifestó la jueza de conocimiento al señalar que en ningún momento se presentó una vulneración de sus derechos por parte de la Fiscalía General o la Rama Judicial.
Los procesados son procesados por las irregularidades que rodearon la adjudicación y celebración de los multimillonarios contratos de la malla vial, fase III de TransMilenio y las obras de valorización en la capital de la República. Según la investigación en este caso se presentó una “empresa delincuencial” en la que los contratistas se distribuyeron sus funciones para conseguir los contratos.
En este caso se manifiesta que pagaron multimillonarias comisiones a funcionarios del Distrito con el fin de recibir los contratos, así como el desvió de los anticipos entregados por el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) para pagar deudas pendientes en otras obras del país,
En la “empresa criminal” que se conformó dentro del denominado mayor escándalo de corrupción administrativa Miguel Nule participó en la convocatoria de socios para la presentación de proyectos, mientras que Guido Nule manejaba la parte comercial e imagen de las empresas. Por su parte Manuel Nule se encargaba de la administración y desarrollo de los proyectos cuando le eran adjudicados.
“El entorno social y familiar en el que se encontraban fue fundamental para el ingreso a un círculo social, lo que permitió el posicionamiento de sus empresas encargadas en la contratación pública”, precisó la jueza al manifestar que con su actuar incurrieron en un daño patrimonial de las finanzas del Distrito y afectaron la calidad de vida de los ciudadanos.