Coronel (r) Sánchez Rubiano calificó fallo condenatorio como "la injusticia más grande"

El excomandante del B-2 del Ejército, condenado a 40 años de prisión por el delito de desaparición forzada, aseguró que existieron presiones para emitir dicho fallo.

Redacción Judicial
13 de enero de 2016 - 12:06 p. m.
Coronel (r) Sánchez Rubiano calificó fallo condenatorio como "la injusticia más grande"

El coronel (r) Edilberto Sánchez Rubiano sostiene que existieron presiones para emitir un fallo condenatorio en su contra en el proceso que se le adelantó por los hechos que rodearon la desaparición de un grupo de personas durante la operación de recuperación del Palacio de Justicia registrada los días seis y siete de noviembre de 1985.

Para el excomandante del B-2 del Ejército (encargado de labores de inteligencia) el fallo emitido por el juzgado 52 penal del circuito de conocimiento de Bogotá es “la injusticia más grande que he visto en el mundo entero”. (Ver )

En diálogo con BluRadio el oficial en retiro aseguró que “desafortunadamente las personas que están detrás de conseguir algún medio económico hace que condenen a personas inocentes”. El coronel fue sentenciado a 40 años de prisión por su responsabilidad en el delito de desaparición forzada agravada.

Para el despacho judicial, el coronel tuvo responsabilidad directa en la desaparición de Carlos Augusto Rodríguez Vera, administrador de la cafetería, y Bernardo Beltrán Hernández, quien trabajaba como mesero. Está acreditado que estas personas salieron con vida del Palacio y fueron trasladadas a la casa de Florero.

En la vivienda histórica funcionaba un improvisado centro de operaciones y de inteligencia el cual era comandado por el coronel Sánchez Rubiano. A ese mismo lugar fueron trasladados todos los rehenes para adelantar las tareas de identificación plena, en dicha labor participaron agentes de la Sijín, el DAS y el Ejército.

Sin embargo, según indica el fallo en el segundo piso casa del florero fueron llevadas un grupo de personas señaladas como “sospechosos” por presuntamente participar en la planeación y ejecución de la toma por parte del M-19. Ahí fueron sometidas a interrogatorios y torturas.

En este sentido se señala que el oficial dio “curso a las instrucciones complementarias terminantes para el manejo y tratamiento de los sospechosos”. Algunos de ellos fueron trasladados en horas de la noche por vehículos oficiales a diferentes guarniciones militares en Bogotá donde fueron sometidos a torturas para “sacarles información”

Se cita la conversación que tuvo Sánchez con el coronel Luis Carlos Sadovnick –registradas por un radioescucha aficionado- en las que el segundo le da la instrucción al primero que “si aparece la manga, que no aparezca el chaleco”. Esta orden se dio en las últimas horas de la operación de recuperación de la edificación.

En la misma el comandante del B-2 advierte que ya fue identificada “una sujeto” que sería parte del M-19, quien logró salir como un rehén usando ropa de civil. En el fallo se señala que la persona a la que hacen referencia es a la guerrillera Irma Franco Pineda.

El despacho judicial considera que existen pruebas testimoniales suficientes para determinar que Franco Pineda fue trasladada a la Casa del Florero, allí “seleccionada” y llevada al segundo piso donde fue sometida a un interrogatorio por parte de militares. Horas después la movilizaron hasta el Cantón Norte de Bogotá.

Allí, según algunos testigos, funcionaba una “zona reservada” a al cual tenían acceso un grupo reducido de militares. En dicha lugar se adelantaban interrogatorios a personas de las que se creía tenían vínculos con grupos subversivos o relación con acciones delincuenciales en la ciudad de Bogotá.

Todo esto bajo la anuencia y el conocimiento de Sánchez Rubiano. Se indica que desde el primer momento de la operación el coronel era el responsable de “los sacados con vida del Palacio de Justicia” por lo que tenía una posición de garante de los mismos. “Responde por acción o por omisión”.

El juzgado rechazó los argumentos emitidos por Sánchez Rubiano y su defensa, durante los tres años que duró el juicio, cuando manifestaron que desconocían lo que estaba pasando en el segundo piso de la Casa del Florero” o el manejo de los cientos de rehenes libertados por la Fuerza Pública.

“Las versiones ofrecidas por Sánchez Rubiano respecto al desconocimiento de las anomalías acaecidas a su alrededor aparecen contradictorias, inverosímiles, infundadas. Pero aún, son refutadas por los dichos de sus pares, oficiales del Ejército, incluido su superior, el general Jesús Armando Arias Cabrales”.

Por Redacción Judicial

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