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Cuatro generales de la Policía son objetivo militar del Clan Úsuga

Así lo advierte un informe de inteligencia de la Policía y la información que se reveló en la audiencia de imputación contra el funcionario de Interpol Walter de Jesús Ardila, quien presuntamente le vendió información al clan Úsuga sobre las cuatro figuras clave.

Redacción Judicial
18 de mayo de 2016 - 08:37 p. m.
Cuatro generales de la Policía son objetivo militar del Clan Úsuga

Cuatro generales de la Policía Nacional estarían dentro de la lista de objetivos militares de la banda criminal conocida como el "Clan Úsuga", así lo advierte un informe de inteligencia que reveló este miércoles la institución.

Se trata del general Ricardo Restrepo, subdirector institución; el general Jorge Rodríguez, director de Seguridad Ciudadana, el general Luis Vargas, director de inteligencia y el general en retiro Luis Eduardo Martínez, quienes -según ese grupo criminal- son los principales responsables de la ofensiva que mantiene el Gobierno contra los Grupos Armados Organizados.

Según el informe, existe una alerta de seguridad para blindarlos ante cualquier posible ataque. (Lea: Policía incauta al Clan Úsuga el "más grande cargamento de coca de la historia")

Este informe se publicó después de que la Fiscalía diera a conocer que el patrullero Walter de Jesús Ardila presuntamente le vendió información al clan Úsuga de estos cuatro uniformades clave en la consolidación y desarrollo de la Operación Agamenón.

El último golpe de la Fuerza Pública contra los Úsuga, fue la incautación de 9 toneladas de cocaína, el más grande golpe en la historia, en un operativo que se llevó a cabo en el municipio de Turbo, Antioquia. Antes de ese, la caída de importantes líderes de la estructura, como el “Negro Sarley” o alias “Gavilán”, pudieron detonar las intenciones de los Úsuga de filtrar información sobre quienes están tras sus pasos.

Los cuatro generales en la mira del clan Úsuga –que desde febrero de este año adelanta un “plan pistola” contra toda la fuerza pública– son los cuatro altos mandos que inicialmente estuvieron al frente de la Operación Agamenón, hoy Bloque de Búsqueda contra los Grupos Armados Organizados (GAO) tipo A. El 2 de febrero de 2015, cuando se lanzó la operación, se dio a conocer que los 1.250 policías que estarían a cargo de desmantelar a los Úsuga, estarían bajo sus mandos.


Fuentes de la Policía le comentaron a este medio que ya habían sido advertidos sobre posibles infiltraciones de información referente a la operación Agamenón y sus integrantes. Esta fuente le dijo a El Espectador que en las operaciones que adelanta este Bloque de Búsqueda se trabaja con “burbujas”, es decir, con equipos que no sobrepasan los diez oficiales y que ellos son los únicos en conocer los detalles de las acciones.

Por esto se presume que Walter de Jesús Ardila, quien trabajaba en la sede central de Interpol, si bien podía tener información general sobre los operativos y la ubicación de quienes los lideraban, no accedía a los detalles de los mismos.

Aún así, por estos hechos, y por su supuesta colaboración en la planeación de un atentado a la cárcel de Palo Gordo, con el fin de facilitar la fuga de tres comandantes de los Úsuga que se encuentran allí recluidos, Walter de Jesús Ardila deberá responder por los delitos de concierto para delinquir agravado, cohecho propio y revelación de secretos.

Cabe recordar que a comienzos de este mes, el Gobierno dio luz verde a los bombardeos contra las estructuras de crimen organizado más grandes del país: Clan Úsuga, los Pelusos y los Puntilleros; estructuras que su fuerza criminal, que incluye campamentos, posesión de armas largas presencia en el territorio, fueron clasificados como Grupos Armados Organizados (GAO).

En cada unidad militar ya se activó la orden de esta nueva estrategia de las Fuerzas Militares que incluye bombardeos, ametrallamientos, emboscadas militares y tiradores de alta precisión, tal como se hizo con las Farc en la época en la que sus comandantes ‘Raúl Reyes’, ‘Mono Jojoy’, ‘Alfonso Cano’, ‘Martín Caballero’ y el ‘Negro Acacio’, entre otros, murieron tras una lluvia de bombas y misiles que sacudieron sus campamentos en lo profundo de la selva. (Lea: No habrá límites en bombardeo contra Úsugas, Pelusos y Puntilleros)

Los ataques aéreos significaron la ventaja militar para el Estado en la lucha contra la insurgencia, ahora, en la ofensiva contra el crimen organizado representa la oportunidad de frenar el avance de estos grupos que tienen una gran capacidad delictiva, así como el poder adquisitivo de armas de alta tecnología y alianzas con carteles internacionales.
 

Por Redacción Judicial

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