Darío Echeverri, el alcalde de Barrancabermeja que compró viejas mejoras

En Barrancabermeja, el alcalde detenido, Darío Echeverri Serrano, autorizó pagar $2.200 millones por mejoras que tienen por lo menos cuarenta años.

Alberto Donadío
14 de julio de 2018 - 03:01 a. m.
Darío Echeverri Serrano está en prisión domiciliaria, desde el pasado 24 de mayo. / Gustavo Torrijos - El Espectador
Darío Echeverri Serrano está en prisión domiciliaria, desde el pasado 24 de mayo. / Gustavo Torrijos - El Espectador

Nadie sabe cuándo se hicieron, pero en Barrancabermeja el alcalde compró como nuevas unas vetustas mejoras en la antigua plaza de ferias. La entidad que recibió el pago dice que el municipio le robó el terreno. Pero en un documento oficial, la entidad se contradice y señala que el lote es del municipio. Lo único cierto es que el alcalde Darío Echeverri autorizó pagar $2.200 millones y, hasta ahora, la entidad privada Fedagro (Federación Agropecuaria de Barrancabermeja) ha recibido $1.400 millones.

Esta historia comienza en 2016, cuando el alcalde Echeverri elevó a escritura pública un contrato con Fedagro para pagarle las mejoras. En el documento aparece la firma de Víctor Enrique Martínez, presidente de ese organismo. Según el contrato, Fedagro ocupó durante 50 años un terreno de 11.500 metros cuadrados y lo utilizó como plaza de ferias. Nadie sabe hoy en qué fecha se realizaron las mejoras más recientes.

Cuando El Espectador le preguntó a Víctor Martínez en qué mes y año se hicieron esas últimas mejoras y solicitó los nombres de las personas que las realizaron, dijo que no era posible responder esos interrogantes. A su vez, la Alcaldía contestó que tampoco conoce la fecha en que Fedagro realizó las mejoras. Un avalúo de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA) señala que, según un viviente del predio, esas mejoras tienen 40 años.

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Las añejas adecuaciones de la plaza de ferias en entredicho incluyen salón circular, oficinas, graderías, plaza sonora, kiosko, cafetería, baños públicos, siete corrales, corral de pesaje, dos establos, caseta, portón de acceso e instalaciones eléctricas. El terreno de la plaza de ferias es “destapado, fangoso y a la intemperie”, recalcó Víctor Enrique Martínez.

El salón circular, con más de 1.100 metros cuadrados, fue avaluado en $976 millones. Según el cálculo, el salón circular tiene muros en ladrillo de arcilla, cubierta en teja ondulada de asbesto cemento sobre estructura de madera, lámina de zinc sobre estructura metálica, puertas metálicas, ventanas metálicas, pisos en concreto rústico, baños con muros en ladrillo enchapados en cerámica, piso en cerámica y aparatos sanitarios completos.

Las mejoras se calcularon buscando “el valor comercial de construir, a precios de hoy, un bien semejante”, según la SCA. El contrato señala que las mejoras se hicieron en un “lote de terreno de Barrancabermeja”. Pero Martínez, aunque firmó el contrato, dijo a El Espectador que no es cierto que el lote fuera del municipio: “Fue regalado a Fedagro a comienzos de los años 60 por un particular que ejercía posesión, con la condición de que construyéramos la plaza de ferias”.

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Primero nos roban el lote y ahora a nuestra construcción la llaman mejoras”, indicó Martínez. El terreno nunca se registró a nombre de Fedagro. En 2005, el entonces alcalde, Edgard Cote Gravino, tituló la plaza de ferias a nombre del municipio. Según Martínez, “pusimos el grito en el cielo, consultamos abogados y anunciamos demandas. ¿Por qué permitir esta defraudación a Fedagro?”. Una denuncia contra Cote haría evidentes las irregularidades, añadió Víctor Martínez. Pero Fedagro finalmente no demandó.

“En esas andábamos hasta que, en un accidente aéreo, falleció el exalcalde Edgard Cote. Nos quedamos sin contendor”, afirmó Martínez. Para el presidente de Fedagro, “el lote y sus anexidades —que ahora minimizan llamándolas mejoras— nos pertenecían y valen más de lo que pagaron por ellas. No hemos incurrido en ningún acto de corrupción. Los hechos de la historia no son los que narran los documentos oficiales. Hay que ir a otras fuentes, auscultar historias de vida, acudir a la tradición oral”.

La Alcaldía firmó el contrato “para sanear la propiedad” e indemnizar a Fedagro por las mejoras, indicó Diana María Jácome, asesora jurídica del municipio. “Barrancabermeja llevaba más de 50 años sin la propiedad y posesión del bien”, agregó. No obstante, desde 2005 el predio está inscrito a nombre del municipio. El alcalde Edgard Cote declaró en la escritura que el municipio lo había ocupado o poseído por más de 20 años. ¿Por qué entonces pagar 11 años después por unas mejoras que nadie reclamó?

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La muerte del alcalde Cote no impedía una demanda de Fedagro. Entre otros aspectos porque en la titulación que hizo en 2005 no se excluyeron las mejoras. Por el contrario, en su momento señaló que la plaza de ferias constaba “de oficina, gradería para exposición, establo para ganado, pesebreras, salón para remates, bodegas y baños públicos”. Esas mejoras ya eran del municipio, según la escritura. Fedagro dejó pasar los años sin oponerse y aceptó la decisión del municipio. Ahora dice que le robaron el lote.

“La posesión se demuestra con hechos positivos”, opinó un abogado. “¿Qué más acto de posesión que hacerlo a través de una escritura pública y sin ningún tipo de oposición?”. Si la titulación que realizó el alcalde Edgard Cote fue irregular, ¿por qué el actual mandatario, Darío Echeverri, no la anuló ni la denunció? Según lo dejó formalizado Cote, el municipio tuvo la posesión durante 20 años. Según Echeverri, Fedagro tuvo esa posesión durante 50 años. Lo único claro es que los dos hechos no pueden ser ciertos.

El alcalde Echeverri, para justificar el negocio con Fedagro, se basó en la escritura firmada por Cote en cuanto a la propiedad del municipio, aunque admitió no tener su posesión. Martínez sostiene que Fedagro no cometió falta alguna. “No nos pusimos de acuerdo con nadie para desfalcar al Estado, sólo dirimimos un conflicto que podría haber causado un detrimento patrimonial al municipio. No nos hemos enriquecido sin causa. No se ha causado ningún daño fiscal”, señaló Víctor Martínez.

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Por Alberto Donadío

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