La Sala Plena de la Corte Constitucional tiene en el punto número uno del orden del día para este jueves el debate en torno a la ponencia del magistrado Luis Guillermo Guerrero que busca dar vía libre a la adopción de una menor por parte de una pareja de dos mujeres, las colombo-alemanas Ana Elisa Leiderman —la mamá de la niña— y Verónica Botero. (Vea la historia detallada de la pareja)
En el reñido debate que ya cuenta con firmes posturas en contra, como la del magistrado Jorge Ignacio Pretelt, se definirá lo que – de ser favorable para la pareja- constituiría la conquista social más grande de la comunidad homosexual; después de su reconocimiento como familias, que la Corte aceptó ante la incapacidad del Congreso para reglamentar los derechos de las uniones homosexuales.
La ponencia y debate a discutir este jueves gira en torno a la titánica lucha de Leiderman y Botero quienes ante la imposibilidad de formalizar su matrimonio en Colombia, en noviembre de 2005 firmaron su unión civil en Núremberg, Alemania. Dos años después la pareja inició el proceso para que Ana Elisa Leiderman fuera inseminada artificialmente con un esperma donado por una persona conocida por la pareja.
Años después la pareja de mujeres se radicaron en Colombia y Leiderman dio a luz el 4 de febrero de 2008 en Medellín. Después de haber documentado ante una notaría su unión marital de hecho, el 6 de enero de 2009 Verónica Botero presentó solicitud de adopción ante la Defensoría de Familia de Rionegro.
En un vaivén de papeleos que ha tardado años y en el que han tenido que ver la Procuraduría, la Defensoría de Familia, juzgados, entre otros; este jueves finalmente se concluiría el caso de la pareja de lesbianas.
Según la ponencia, el impedimento por parte del Estado para que Verónica pueda adoptar a la bebé por el carácter homosexual de la pareja, “sí puede vulnerar tanto sus derechos como los de su madre y su compañera”. De mantenerse la tradicional tesis de que las parejas gais no puedan acceder a este derecho, en criterio de Guerrero se concreta “el desconocimiento de los derechos de la niña”.