Ante la juez 64 de garantías, el abogado Jairo Borja, quien defiende los intereses del coronel Nelson Arevalo, negó que su cliente hubiera amenazado a un grupo de subordinados con el fin de ocultar pruebas sobre los hechos que rodearon la muerte del joven grafitero Diego Felipe Becerra Lizarazo, registrada el 19 de agosto de 2011.
En este sentido indicó que el coronel, quien fungía para la época de los hechos como comandante de la estación de Suba, no hizo presencia en el lugar de los hechos como indicó el representante de la Fiscalía General por lo que no alteró ni conoció de las supuestas actividades irregularidades.
"El coronel no estaba en el lugar, no estuvo presente en ninguna reunión, en ningún contubernio amenazando o constriñendo a policías", indicó al abogado al solicitarle a la juez de garantías que no avale la solicitud para cobijar al oficial con la medida de aseguramiento.
Igualmente el defensor manifestó que no se presentaron pruebas documentales o testimoniales claras que permitan inferir que el coronel promovió un "pacto de silencio" a los otros uniformados que llegaron al lugar de los hechos para que no contaran nada de lo que realmente sucedió.
Durante la diligencia judicial, se conoció que el patrullero Wilmer Antonio Alarcón, quien le disparó al joven de 16 años recibió una capacitación de dos horas en el manejo de su arma nueve milímetros tres días antes de que se presentaran los hechos.