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El enredo que dejó la clínica Fray

Lío de la clínica Fray Bartolomé podría terminar en que la Secretaría de Salud de Bogotá tenga que pagar $41 mil millones.

Redacción Judicial
09 de septiembre de 2012 - 09:00 p. m.
La Unión Temporal que representaba Sergio Rada había conseguido un contrato de arrendamiento por 10 años de la clínica Fray Bartolomé de Bogotá.
La Unión Temporal que representaba Sergio Rada había conseguido un contrato de arrendamiento por 10 años de la clínica Fray Bartolomé de Bogotá.

Sergio Rada Rodríguez fue, la mayor parte de su vida profesional, un médico reconocido por las clínicas estéticas que ha instaurado en Bogotá, Medellín, Cali, Pereira, Ciudad de Guatemala y Madrid. Un conferencista internacional y un promotor del turismo estético. Sin embargo, su reputación quedó en entredicho cuando en agosto de 2010 fue condenado junto con Camilo Uribe por los delitos de fraude procesal y falsedad en documento público. La sentencia la ratificó el Tribunal Superior de Bogotá cuatro meses después y la Corte Suprema de Justicia, en junio de 2011, negó admitir su demanda de casación.

A Rada, castigado con cuatro años y medio de detención domiciliaria, le falta poco para dar por saldada su deuda con la justicia. Hace cinco meses, el juez de ejecución de penas que vigila su caso lo autorizó para trabajar, con la obligación de que cumpliera con los horarios legales (de 8 a.m. a 6 p.m. de lunes a sábado). El juez le permitió, incluso, viajar a otras ciudades del país con la condición de que cada vez que saliera de su casa, sólo fuera por razones laborales. Por esa razón, a personas que conocen de su proceso y que prefirieron omitir su nombre para este artículo les causó tanta extrañeza verlo hace una semana en el exclusivo restaurante bogotano Pajares Salinas, reunido con otra gente y tomando licor.

Esas fuentes le aseguraron a El Espectador que Rada estuvo desde la 1:30 p.m. hasta las 6:30 p.m. tomando whisky con sus acompañantes. En conversación con este diario, el médico aceptó haber participado en el encuentro, pero negó haberse quedado toda la tarde en el restaurante: “Estaba con mi esposa, un médico de Chicago y unos socios judíos con quienes vamos a construir un spa en Cucunubá (Cundinamarca). En ese tipo de reunión no falta quién se toma su vino, pero obviamente no era una discoteca. Yo almorcé y me fui, lo que pasa es que uno tiene sus enemigos por ahí, que andan mirando si uno está haciendo algo malo, pero yo estaba haciendo algo relacionado con mi trabajo”.

Rada está esperando a que la Corte Constitucional se pronuncie sobre una tutela que interpuso por considerar que la Corte Suprema, en vez de no aceptar su demanda de casación, debió haberse pronunciado de fondo y señalar que en su expediente ya se habían vencido todos los plazos para actuar. Mientras este tema particular se resuelve, Bogotá espera también que culmine otro asunto relacionado con el episodio Rada: las cuentas pendientes que dejó la Unión Temporal que representaban legalmente Rada y Camilo Uribe y que podría resultar en que el Distrito pague más de $41 mil millones por reclamaciones.

Rada y Uribe eran los representantes legales de la Unión Temporal Nueva Clínica Fray Bartolomé de las Casas, a la cual le otorgaron en arrendamiento por 10 años, en 2001, la entidad médica. Cuatro sociedades y el Hospital El Tunal hacían parte de la Unión Temporal y, en junio de 2002, Rada y Uribe manifestaron que se estaban haciendo las gestiones necesarias para que la sociedad Fresenius Medical Care entrara a reemplazar al Hospital El Tunal. El asunto se enredó, al punto que el documento que se terminó presentando —concluyó la justicia—, con el cual Fresenius supuestamente aceptaba ser el reemplazo del Hospital El Tunal, había sido falsificado.

Fue así como Rada y Uribe resultaron condenados por fraude procesal y falsedad en documento privado. El lío es que desde que ellos dejaron de lado la administración de la clínica Fray Bartolomé ,por lo menos 29 personas han demandado a la Unión Temporal, la mayoría por cuentas que quedaron pendientes de cancelarse. Los procesos están hoy siendo analizados por jueces laborales y civiles. Si la Unión Temporal es declarada responsable, una de las entidades que tendrán que responder por esos $41 mil millones será el Hospital El Tunal, que junto a otros está hoy en el radar de las autoridades por cuenta del llamado carrusel de la salud. Y si la Unión Temporal no puede responder las demandas, podría ser el Distrito el que al final termine pagando.

Mientras el caso de fraude estuvo en manos de los jueces, el apoderado del Hospital El Tunal insistió en que Sergio Rada y Camilo Uribe fueran absueltos, señalando que “no había razón para que ellos falsificaran la firma del señor (Rodrigo) Díaz Sandoya”, representante legal de Fresenius. Otra cosa, sin embargo, concluyó el asesor legal de la Secretaría de Salud de Bogotá, advirtiendo que con la disputa entre la Unión Temporal y Fresenius iban a ser afectados también el Fondo Distrital de Salud y el Hospital el Tunal. De hecho, solicitó que se compulsaran copias para que se investigara disciplinariamente a los funcionarios de la Secretaría de Salud que conocieron del trámite.

En 2010 Fresenius denunció ante la Fiscalía al secretario de Salud de la época, Héctor Zambrano, y a otros funcionarios de ese despacho. Esa investigación no ha sido cerrada y sigue vigente en la Fiscalía 366 de la Unidad de Delitos contra el Orden Económico y Social. Zambrano ya rindió interrogatorio. La justicia tendrá que decidir finalmente si hubo o no responsabilidad del Distrito en este asunto, lo cual podría significar de paso el millonario pago de unas demandas.

Por Redacción Judicial

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