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El ingeniero químico que quemó a su esposa

Wilson Acevedo Barrios fue detenido en Melgar (Tolima) para que responda por el brutal asesinato de su esposa, Myreyly Beltrán Ganem, perpetrado en marzo de 2005 en Cartagena.

Redacción Judicial
19 de febrero de 2015 - 04:09 p. m.
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Con un cinismo inconmensurable, el ingeniero químico Wilson Acevedo Barrios quemó a su esposa, Myreyly Beltrán Ganem, y luego, al preguntársele sobre lo ocurrido, primero dijo que había sido un accidente y luego que la misma Beltrán se había prendido fuego, supuestamente, al ver que Acevedo se iba de la casa. Y lo peor es que, en un primer momento, la Fiscalía le creyó y alcanzó a archivar la investigación en su contra. No obstante, en enero de 2006 un fiscal delegado ante el Tribunal de Cartagena reabrió el caso y acusó a Acevedo por este brutal asesinato. Acevedo fue condenado en 2012 por un juez de Cartagena a 28 años de prisión, pena que fue confirmada al año siguiente por el Tribunal de Cartagena y el año pasado por la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, desde antes de la primera condena, Acevedo se encontraba prófugo de la justicia. Hasta hoy que fue detenido por las autoridades en el municipio de Melgar (Tolima).

Todo se remonta al 15 de marzo de 2005. La pareja participaba de una fiesta en el barrio 7 de agosto en Cartagena cuando, de repente, se retiraron hacia su residencia. Allí, Acevedo quemó a su esposa mientras esta dormía. No era la primera vez que lo intentaba. Su suegra, Caridad Ganem, le dijo a la justicia que “en varias veces, me le echó gasolina, me le iba partiendo la cara con el carro, me la levantó a pata por la calle, que por una amiga no me la mata”. Ganem lo denunció en dos ocasiones ante la Fiscalía, pero, lastimosamente, retiró las denuncias porque su hija “se ponía a llorar”. “Pusimos una denuncia y la tuvimos que quitar, porque Myreyly todos los días decía que le quitaran la demanda (…) Y le rogó al tío y me rogó a mí y nosotros aceptamos quitar la demanda, cosa que me ha pesado toda la vida haberla quitado”.

Para no levantar sospechas, el mismo Acevedo llevó a su esposa hasta la Clínica del Mar y empezó a decir que todo fue un accidente, versión que fue apoyada por la misma víctima, al parecer, en un intento por beneficiarlo pues –pese a que nadie le había preguntado sobre la posible responsabilidad de su marido– ella mismo dijo antes de morir que este no tenía nada que ver, lo cual fue desvirtuado por las mismas pruebas periciales.

El Tribunal de Cartagena dijo al respecto que “Si nos remontamos a los antecedentes de la pareja en comento, en especial las veces en que Acevedo agredió a su esposa e intentó quemarla, no puede soslayarse que aquélla siempre buscaba que no se iniciaran las acciones legales para con ese maltrato. Podemos tomar esa tendencia en la víctima para afirmar que cuando la señora Myreyly decía que su esposo no había sido el responsable de sus quemaduras, se configuraba una maniobra defensiva, en donde la víctima buscó eximir de responsabilidad a su agresor una vez más”.

De hecho, las declaraciones de la víctima antes de morir motivaron a los abogados de Acevedo a acudir a la Corte Suprema de Justicia para que el alto tribunal tumbara la condena en su contra y a denunciar las supuestas intenciones de los familiares de la mujer asesinada de incriminar a Acevedo por medio de “falsos testigos y de informes de policía apócrifos”.

Pero la Corte, tras revisar lo sucedido, no tuvo de otra que confirmar la sentencia y señalar vehemente que la misma no fue producto única y exclusivamente de “los testimonios de los familiares y amigos de la víctima que dan cuenta de los maltratos a los que era sometida por el procesado y de los fallidos intentos por segarle la vida, sino de los informes técnicos (informe de necropsia y del experto en incendios), de los que se infiere que el combustible no fue rociado únicamente en el cuerpo de Myreyly Beltrán; fue vertido sobre ella”, especialmente en la parte superior izquierda de la cama –correspondiente a la cabecera que daba contra una pared– lo que demuestra por qué las quemaduras se concentraron en la cabeza, tórax, abdomen, extremidades superiores y parte superior de las extremidades inferiores.

De acuerdo con los informes, el líquido inflamable fue esparcido por todo el cuarto, en la cama, en el piso, en la mesa de tocador y en el asiento, sin que esa circunstancia se compadezca con el supuesto de que Beltrán, estando sentada en la cama, “se bañó en combustible para suicidarse”. Lastimosamente, casos como este no son aislados, algunas mujeres, que han sobrevivido a casos tan atroces como este, son la prueba de ello. Como Heidi Pineda, una joven que fue quemada por su pareja en 2013. Otras no sobrevivieron, como Angélica Marín Gutiérrez, quien fue asesinada en 2012, precisamente, en Cartagena. Estos lamentables hechos han llevado a que varios sectores propongan varias medidas para combatir la violencia contra las mujeres, entre ellas, tipificar el delito de feminicidio. Sin embargo, muchas de estas propuestas no han avanzado y la violencia sigue atacando a mujeres como Myreyly, Heidi y Angélica.

Por Redacción Judicial

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