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El inicio de la era Maya

Maya Villazón llega al organismo con la firme tarea de conseguir una nueva sede y con su antecesora en medio de un proceso penal.

Redacción Judicial
06 de septiembre de 2014 - 03:09 a. m.
El nuevo contralor general, el exprocurador Edgardo Maya Villazón, con el presidente Juan Manuel Santos.  / Presidencia
El nuevo contralor general, el exprocurador Edgardo Maya Villazón, con el presidente Juan Manuel Santos. / Presidencia
Foto: jCESARCARRION

Si hay alguien con retos en su futuro cercano es el nuevo contralor general de la República, Edgardo Maya Villazón. Para empezar, en diciembre se acaba el contrato de arrendamiento del edificio que la Contraloría ocupa en inmediaciones del centro comercial Gran Estación, en Bogotá.

Contrato que tiene en líos judiciales a su antecesora, Sandra Morelli, quien por supuesta falta de garantías se fue del país esta semana para no volver sino cuando, según ella, “considere que realmente se está dando respeto a mis garantías procesales, a mis derechos fundamentales y a los de mi hijo menor de edad”.

Desde que se anunció su elección como nuevo contralor, Maya ha dicho que hay que comprar una nueva sede para el organismo de control fiscal. Lo reiteró ayer durante su posesión. El tema fue motivo de disensos entre la excontralora Morelli y el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien desde un principio se opuso a la entrega de la sede que la Contraloría tenía en el centro de la capital de la República y al consiguiente arriendo de una nueva sede. No obstante, con Maya la cosa ha sido distinta.

Aunque en un primer momento el ministro sostuvo que no había plata para una nueva sede y que para conseguirla Maya iba a tener que “ir a pelear en el Congreso dentro del debate para el presupuesto nacional de 2015”, el pasado 27 Cárdenas aprobó y presentó ante el Congreso una propuesta para que se incluya en el presupuesto de 2015 una partida de $85 mil millones para la cuota inicial de una nueva sede para este organismo de control fiscal. Ya el lugar depende del contralor. El caso es que el tiempo corre y existe la posibilidad de que el 1º de enero de 2015 los miles de funcionarios de esta entidad —incluyendo a Maya— tengan que trabajar desde sus casas.

El segundo reto no es menor. Maya tiene la tarea de recomponer las relaciones entre la Contraloría, la Fiscalía, la Procuraduría y la Auditoría, afectadas sensiblemente por el proceso contra Sandra Morelli. A tal punto que la excontralora llegó a acusar al fiscal Eduardo Montealegre de un complot en su contra. A lo que se suma que durante la contienda para elegir al reemplazo de Morelli, el procurador Alejandro Ordóñez se mostró —en reiteradas ocasiones— en contra de la elección de Maya por cuenta de una supuesta inhabilidad por parte del entonces candidato por la Corte Constitucional.

Al punto que en una carta enviada al Congreso advirtió que “elegir o nombrar, a pesar de la existencia de una inhabilidad, puede dar lugar a la realización de una falta disciplinaria gravísima”, en lo que fue visto como una amenaza para quienes votaran por Maya. Precisamente, el presidente Juan Manuel Santos se refirió ayer a esta guerra fría que libran las cabezas de los distintos organismos de control.

El primer mandatario dijo vehementemente que “las peleas entre los organismos de control no traen sino dificultades y sinsabores y consecuencias negativas”. Pero que la presencia de Maya “en la Contraloría va a contribuir enormemente a que se restablezca esa necesaria armonía que se necesita en los organismos de control, cuya falta le ha hecho mucho daño a la institucionalidad y a la imagen de nuestra democracia y por eso celebro su presencia en ese importantísimo organismo de control”.

A lo que Maya dijo que quiere “lograr una colaboración armónica entre los órganos de control y el órgano de investigación criminal. Y realizar unidos grandes procesos de investigación, en donde encontremos una sola verdad”. Igualmente, el nuevo contralor no dejó pasar la oportunidad para hacerle un llamado a Sandra Morelli para que vuelva al país a enfrentar el proceso en su contra, en un aparente guiño al fiscal Eduardo Montealegre.

El otro gran reto de Maya es desmentir algunas voces del Partido Verde, del Centro Democrático y del Polo Democrático que han señalado que Maya es un contralor de bolsillo del presidente Santos. Sin contar quienes señalan que su elección fue ilegal. De hecho, esta se encuentra demandada ante el Consejo de Estado.

Maya les ha respondido a sus detractores que va a ser imparcial a la hora de ejercer su labor. “Y la imparcialidad se traduce en no ser ni amigo ni enemigo del Gobierno o de la entidad que se está fiscalizando o vigilando”.

Estos tres grandes retos se suman a las tareas obvias del nuevo contralor, como sacar adelante algunos de los procesos dejados por la excontralora Sandra Morelli —entre otros los procesos por el descalabro de Saludcoop y por irregularidades alrededor del uso de las regalías— y preparar la Contraloría para un eventual proceso de paz.

El tiempo apremia y Maya tiene hasta el final de año para encarar estos retos y demostrar cuál va a ser el talante de la Contraloría durante estos cuatro años.

Por Redacción Judicial

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