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“El miedo a denunciar es una de las coincidencias en nuestras historias”: Yamile Arango

En entrevista con El Espectador, la mujer que denunció por Facebook que su exnovio la agredió físicamente cuenta los planes que tiene para seguir visibilizando ataques como el de ella.

María Paula Rubiano
15 de marzo de 2016 - 09:21 p. m.

La semana pasada, el país celebró el Día de la Mujer pero se horrorizó con la realidad que siguen viviendo miles de mujeres víctimas de violencia muchas veces, ejercida por sus parejas o exparejas. La golpiza que sufrió Yamile Arango el pasado 31 de enero, parte de su exnovio, causó revuelo en redes sociales y saltó a los titulares de todos los medios de comunicación (“Mujer víctima de brutal golpiza de su expareja vivió un calvario para denunciarlo”). El Espectador habló con la protagonista de esta historia quien asegura que haber contado su historia la acercó a otras mujeres víctimas del mismo tipo de violencia y que, como ella, necesitan de todo el apoyo que se pueda lograr.

¿Qué ha pasado después de que su caso cobrar visibilidad la semana pasada en redes sociales?

Yo nunca creí que un mensaje por Facebook fuera a tener tanto eco y que llegara a los medios de comunicación. A raíz de esa visibilidad, mis redes sociales se han inundado de mensajes. Tengo tres mil mensajes en el Messenger y 580 solicitudes de amistad. La mayoría son de mujeres contándome sus historias. Me han llegado historias durísimas. Aunque también hay mensajes de algunos hombres que se excusan en nombre de su género y me piden perdón por lo que pasó.

¿Cuál de esas historia ha sido la más impactante?

Recuerdo una porque es de una compañera del colegio en Chaparral (Tolima). Me contó que un día un hombre la arrastró por el parque del pueblo. Ella vivía con su hija y cuando eso pasó le dijo al señor que sacara sus cosas. El mismo día que le dio la advertencia, llegó a su casa a las 10 de la noche y lo encontró colgado con el lazo de saltar de su niña, y una nota que decía¬: “Yo te estaba esperando para llevarte a la eternidad conmigo, pero no llegaste a tiempo”. Él la estaba esperando para matarla pero se suicidió antes.

¿Por qué cree que las mujeres compartieron estos mensajes con usted?

Yo creo que es para desahogarse. Siento que es la forma que tiene la gente de hacer catarsis, y encuentran en mí una persona para hacerlo. Pienso que el hecho de ver que a mí también me pasó, que también tuve las mismas dificultades, generó en ellas una confianza.

¿Ha encontrado coincidencias entre su caso y los de esas tres mil mujeres?

Sí. Por ejemplo: el miedo a denunciar y las fallas de la atención por parte de la autoridades. En todas encontré quejas en contra de la justicia, porque no las trató bien, que en muchos casos las victimizó como a mí. Era común que me manifestaran que los funcionarios les hacían creer que era su culpa, que “se lo habían buscado”.

Además, a muchas no les explicaron cuál autoridad las debía atender. Hubo un caso de una mujer que le pegaron un viernes y apenas hasta el lunes la atendieron en la Comisaría de Familia. Le dijeron que tenía que esperar porque el fin de semana cerraban la oficina. A muchas no las ven médicos, por ejemplo. A mí ni siquiera me hicieron una radiografía completa cuando eso pasó, solo de nariz que era la herida más evidente.

¿Qué planea hacer con los testimonios que ha recibido?

Debido a esta gran cantidad de mensajes, decidí hablar con la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer y mañana tengo una reunión con ellos para llevarles estos casos y para discutir no solo sobre la ruta que debemos seguir en lo que me paso a mí, sino plantearles una serie de dudas y propuestas a raíz de todo esto.

¿Cuáles son esas dudas y esas propuestas?

Yo pedí la cita para que me aclaren cuál es el alcance de la ley que penaliza el maltrato a la mujer, y también para llevar estos casos. A mí no me queda claro qué tan fuerte es esa legislación. Esa es una de mis principales dudas. Además, quiero rescatar varios temas. Uno de ellos es proponer la creación de un canal virtual o una plataforma para que las mujeres denuncien y se pueda hacer un seguimiento a sus casos, tanto con un apoyo judicial, como psicosocial. Un espacio para que les den asesoría.

Otra cosa que pienso rescatar es la necesidad de formar a los funcionarios y autoridades. La ley que regula la violencia contra la mujer es clara en cuanto a que deben existir esas capacitaciones, pero yo pienso que hay que renovarlas y hacerlas de nuevo porque a nosotras nos dicen que debemos denunciar, pero si al momento de hacerlo, nos encontramos con funcionarios que culpan, o que no nos apoyan, hay un gran problema.

¿Los mensajes que ha recibido la motivan a seguir involucrada en el tema?

Sí, por supuesto. He pensado en hacer capacitaciones, en dictar conferencias y charlas contando mi historia ante otras mujeres. Yo me he dado cuenta que esto sirvió para que muchas personas puedan sentirse acompañadas. Incluso he pensado ir a las Fuerzas Militares (su exnovio era militar) para decirles a estos hombres que piensen antes de hacer las cosas. Concientizar a los hombres también es sumamente importante.

 

Por María Paula Rubiano

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