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El paso a paso de la investigación de la masacre de Caquetá

Este miércoles se reanuda el juicio de dos de los responsables del asesinato de cuatro menores de edad asesinados brutalmente en la vereda El Cóndor, Caquetá, a comienzo de año.

Redacción Judicial
18 de noviembre de 2015 - 04:28 p. m.

Al conocerse los detalles de la muerte de cuatro hermanos de la familia Venegas en la vereda El Cóndor, a 45 minutos de Florencia (Caquetá) el 7 de febrero de este año, el presidente Juan Manuel Santos declaró que este crimen “tocó una fibra moral en todo el país, una fibra sensible en todo el territorio, que nos hace reflexionar qué es lo que hemos hecho para que sucedan este tipo de eventos”. Además de sus palabras, el presidente le dio un plazo de tres días a la Policía para encontrar a los responsables y de inmediato los esfuerzos de la fuerza pública se concentraron en cumplir la orden. (El llamado del presidente Santos)

A la casa de los Vanegas llegó un equipo en cabeza del director de la Dijin, el general Jorge Rodríguez, y junto a él estaba el grupo de perfilación criminal, un equipo de investigadores que hace parte del área de información y análisis criminal de la Dirección de Investigación Criminal de la Dijin. Según su jefe, Elba Lucía Granados, se trata de un conjunto de profesionales interdisciplinario del que hacen parte abogados, policías, psicólogos, planimetristas y fotógrafos judiciales, entrenados para apoyar las investigaciones y proporcionar una mirada mucho más amplia de los hechos.

Su presencia fue clave en las tareas que adelantaba la Fiscalía y la Policía en la vereda El Cóndor, pues tras las primeras diligencias y averiguaciones que se hicieron en ese sector, no existía una clara motivación que explicara la masacre. La primera tarea de los perfiladores que llegaron hasta allá fue recopilar todas las evidencias que ya habían sido recolectadas: fotografías de la escena del crimen, protocolos de necropsia, las entrevistas realizadas a vecinos y familiares de la familia Vanegas, y la declaración del menor que sobrevivió a un disparo, pieza clave para el desarrollo de la investigación.

Deimer Meléndez, intendente y perfilador de la Dijín, le explicó a El Espectador que su tarea fundamental es examinar y analizar toda la información recopilada por organismos como la Fiscalía o la Policía. “Nuestro trabajo es como una secuencia. Primero nos fijamos en la escena: manchas de sangre, patrones comunes que pueden tener las víctimas, la trayectoria balística, la posición de los cuerpos y las necropsias. A partir de allí, hacemos un análisis conductual, es decir, establecemos las acciones que realizó la víctima, su agresor, y el entorno en donde esto ocurrió”, agrega Meléndez.

Por eso, en el caso puntal de Caquetá, el testimonio del niño que escapó por una ventana de la habitación, con un impacto de bala en su espalda, fue fundamental, junto con los testimonios de los vecinos quienes señalaron que la familia Venegas había tenido altercados con Silvio Martínez y su esposa. “El menor nos contó en el hospital que los dos agresores llegaron a su casa con su hermano mayor y estuvieron esperando unos 30 minutos a que los padres de los menores llegaran a la casa. Pero en medio de la espera y la frustración de uno de los delincuentes, deciden matar a los niños”, señala Meléndez, quien además califica como de ‘milagroso’ la recuperación del menor sobreviviente.

Esta hipótesis que manejaron desde el comienzo los perfiladores de la Dijín y la policía judicial, fue corroborada por Cristopher Chávez, alias ‘El Desalmado’, quien aceptó en audiencia de imputación de cargos el pasado 20 de febrero, haber asesinado a los cuatro niños por orden de Génderson Carrillo Ordóñez, alias ‘Chencho’, quien se encontraban con él en la casa de los Vanegas. Además de analizar la conducta de los crímenes, el equipo de perfilación elabora una línea del tiempo que muestra lo que pasó antes, durante y después de los hechos violentos, para identificar, por una parte, qué situaciones pudieron desencadenar los crímenes, y cuáles pudieron ser las acciones posteriores de los victimarios para esconderse. (La historia contada por alias ‘El Desalmado)

“En la escena en El Cóndor, indicamos que la motivación del crimen estaba relacionada con una venganza o un poder asertivo pues asesinaron a los niños a cambio de un beneficio material o económico. Y ahí fue donde encontramos el primer vacío investigativo pues no sabíamos quién les iba a pagar a los criminales y tampoco a qué se debía la venganza”, agrega Meléndez. Su trabajo, que va siempre de la mano con el del ente investigador, estableció que a unos 80 metros de la casa de los Vanegas había una tienda de comida en donde además se vendían minutos a celular, y con una orden judicial, comenzaron la búsqueda en el registro de llamadas de la zona.

“No todos los crímenes requieren el trabajo de los perfiladores, pero este cumplía con un requisito fundamental que tenemos en cuenta para intervenir y es que la lista de sospechosos era enorme”, dice Meléndez. Con la revisión de las llamadas y el trabajo de los investigadores, se estableció que una persona había contactado a los sicarios para que ‘asustaran’ a la familia Venegas y que hubo otra que les avisó, desde el celular de la tienda, que por la zona donde ocurrieron los hechos, no había presencia del Ejército.

Fue así como las autoridades capturaron a los primeros responsables, dentro del plazo que había pedido el presidente Santos. Primero fueron los dos sicarios, alias ‘El Desalmado’, y alias ‘Chencho’. Y en cuestión de horas cayeron también Édinson Vega García, quien habría contratado a los asesinos, y a Luz Mil Artunduaga, señalada por las autoridades de ser la determinadora del crimen. Hasta ahora, la Fiscalía ha acordado preacuerdos con los dos autores materiales mientras que para el resto está programado un juicio para hoy. (Quién es quién en la masacre)

“Otro de los aspectos en los que trabaja el equipo de perfiladores es en la psicopatía de los criminales. En Caquetá de entrada nos encontramos ante un acto cometido con mucha frialdad. El hecho de que mataran a niños mediante el método de una ejecución, nos dice que se trata de un delincuente metido en el mundo criminal, que ha asesinado en otras ocasiones, que probablemente no tiene hijos, y que no le importa nada. Simplemente ve a los niños como un elemento que les ayuda a conseguir un objetivo”, concluye Meléndez.

Para conocer más de esta historia, lea estas dos publicaciones:

¿Qué pasó en la masacre de los niños en Caquetá?

Un lío de vecinos que terminó en masacre

 

Por Redacción Judicial

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