El pataleo de Ricaurte

Asegura el exmagistrado que su retiro fue por culpa de un fallo “ilegal” presionado por columnistas con intereses políticos. En respuesta, el periodista de opinión Ramiro Bejarano dijo que Ricaurte no quiere reconocer su culpa.

Juan Sebastián Jiménez Herrera
13 de noviembre de 2014 - 03:51 a. m.
Pasados cuatro meses de que el Consejo de Estado anulara su elección, el exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura Francisco Ricaurte se retiró de su cargo.  / Archivo
Pasados cuatro meses de que el Consejo de Estado anulara su elección, el exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura Francisco Ricaurte se retiró de su cargo. / Archivo

Tras cuatro meses de pujas, se fue el expresidente de la Corte Suprema de Justicia y el Consejo Superior de la Judicatura, el exmagistrado Francisco Ricaurte, que será sucedido temporalmente en la presidencia de este último tribunal por el magistrado Ovidio Claros, por lo menos hasta enero de 2015, cuando la corporación elija presidente en propiedad.

Pero Ricaurte no salió calladamente. En una carta al presidente de la Corte Suprema de Justicia, el magistrado Luis Gabriel Miranda, Ricaurte dijo que el fallo del Consejo de Estado que le puso fin a su larga carrera en el Palacio de Justicia estuvo inspirado, sobre todo, en las presiones de un grupo de columnistas “con evidentes intereses políticos que se impusieron sobre los argumentos y la tradición jurídica”.

Sostuvo que el ya prescrito “yo te elijo, tú me eliges” —es decir, ser elegido por magistrados que, anteriormente, hayan sido designados con ayuda del beneficiario, como ocurrió con Ricaurte— no es una práctica clientelista y mucho menos ilegal. “El procedimiento está tan arraigado que el mismo Consejo de Estado que anuló mi elección ha recurrido también a esa práctica para postular a decenas de sus exmagistrados a la Procuraduría, la Contraloría y la Corte Constitucional”, dijo.
Y puso como ejemplo a los exmagistrados del Consejo de Estado Alejandro Ordóñez y Gabriel Eduardo Mendoza. El primero procurador y el segundo magistrado de la Corte Constitucional actualmente. “¿Cómo pueden ahora declarar clientelista y corrupta una práctica que ellos mismos han aplicado?”.

Y anunció que “como servidor público que soy, defensor de la Constitución y de la ley, tengo que acatar este fallo, que en su forma es legal. Y por eso dejaré el cargo. Pero en mi condición de ciudadano voy a cuestionar ante las instancias pertinentes esa decisión, que en el fondo es abiertamente ilegal (...) Ojalá, por el bien del país y de la democracia, la justicia se imponga a la tiranía de la opinión”.

En respuesta, el columnista Ramiro Bejarano, uno de los demandantes de la elección de Ricaurte, sostuvo que la mencionada carta “recuerda la furia de los maridos engañados con el sofá donde se perpetraron las infidelidades. La culpa de que su nombramiento como magistrado de la Judicatura se haya anulado, es sólo suya y de los colegas de la Corte Suprema de Justicia que se prestaron para concretar este salto de una Corte a otra, violando todas las inhabilidades, que contrario a lo que él afirma, sí existen legalmente, como lo acaba de sentenciar el Consejo de Estado”.

En su criterio, el argumento según el cual “su nombramiento estuvo bien porque así se venía ejecutando en el pasado, es sencillamente vergonzosa. Según su tesis, todos hemos debido guardar silencio mientras personas como él se apoderaban de todas las cortes. Que al despedirse Ricaurte pretenda echarles la culpa de sus faltas imborrables a los columnistas que nos atrevimos a demandar su elección, muestra el desprecio por los valores democráticos y la prensa libre. La supuesta ‘tiranía de la opinión’ que hoy estigmatiza Ricaurte no existe sino en su imaginación”.

La salida de Ricaurte se produce a pocas horas de que el mismo Consejo de Estado anulara la elección de otro poderoso de la Rama Judicial, el por ahora presidente de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, magistrado Pedro Munar.

Según este alto tribunal, el salto que dio Munar de la Corte Suprema de Justicia al Consejo Superior de la Judicatura tuvo los mismos vicios que el de Ricaurte: fueron producto del tan cuestionado “yo te elijo, tú me eliges”. La salida de Munar se da por descontada. Aunque tiene derecho a interponer los mismos recursos que interpuso Ricaurte para quedarse cuatro meses en el cargo.

Por Juan Sebastián Jiménez Herrera

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar