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El reporte apócrifo del 'hacker'

En septiembre de 2013 la Dirección de Inteligencia de la Policía calificó a Sepúlveda como “mentiroso y manipulador”.

María del Rosario Arrázola, Juan David Laverde Palma
18 de junio de 2014 - 04:22 a. m.
El llamado ‘hacker’, Andrés Sepúlveda. / Archivo - El Espectador
El llamado ‘hacker’, Andrés Sepúlveda. / Archivo - El Espectador
Foto: CRISTIAN GARAVITO/EL ESPECTADOR - CRISTIA GARAVITO

El pasado 5 de mayo, cuando fue allanada la central de operaciones del hacker Andrés Sepúlveda en Bogotá, la Fiscalía halló un documento de 12 páginas rotulado como “secreto”, supuestamente elaborado por la Dirección de Inteligencia de la Policía (Dipol), en el que se relacionaba información sobre la reactivación del paro agrario nacional y se reseña la interceptación de líneas telefónicas y documentos de guerra, análisis de un presunto intercambio de mensajes entre milicianos del frente 39 de las Farc en el Meta y presuntas orientaciones sobre lucha revolucionaria y manejo de explosivos caseros.

De inmediato se aseguró en los medios que el hacker tenía nexos con la Dipol y que probablemente compartía información con agentes de inteligencia de ese organismo. Sin embargo, un detallado estudio sobre el documento en poder de la Fiscalía revelaría que se trata de un reporte apócrifo, elaborado con información pública que circula en cuatro páginas de internet y que no coincide con los protocolos de la Policía para el manejo de información sensible. Fuentes conocedoras de la investigación le dijeron a El Espectador que la redacción y los términos empleados en el apócrifo no corresponden al lenguaje ni a la doctrina de inteligencia policial y que se trata de un caso de tráfico de información “a partir de un documento construido”.

Se estableció que ese reporte, fechado el 21 de noviembre de 2013, presenta un membrete apócrifo, que la información se condensó con diferentes tipos de letra y tamaños, que en la parte inferior aparecen segmentados logotipos institucionales para hacer creer que el documento es real y que se estructura en mayúsculas la clasificación de secreto, que es completamente atípica de los informes de inteligencia de la Dipol. Aún más, el reporte simulado del hacker presenta un contenido del que se extraen pantallazos de cuatro páginas web que con una simple búsqueda en Google pueden ser accesados por cualquier persona.

Se trata de los documentos titulados “Manual de terrorismo y guerrilla urbana”, “Ejército de Tierra Español, mando de adiestramiento y doctrina OR5-403, orientaciones, explosivos y destrucciones”, “Lucha revolucionaria” y “Manual de explosivos caseros”. En desarrollo de esta confrontación entre el reporte apócrifo y el estilo de la Dipol a la hora de redactar sus informes, se encontraron otras inconsistencias. Por ejemplo, el logotipo y el encabezado son falsos; para la fecha en la que fue elaborado, ya el paro agrario había finalizado; la Policía no usa frases como “información de los acontecimientos que se avecinan”; el análisis de las supuestas líneas interceptadas es irregular, pues no corresponde a las técnicas de investigación, y tampoco es normal que se oculten cuatro dígitos de los números monitoreados.

En síntesis, tal parece que Sepúlveda hubiera falsificado ese reporte para ponerlo a circular con el ánimo de mostrar que podía tener acceso a información privilegiada y documentos de inteligencia de la Dipol. Esta tesis está siendo evaluada por la Fiscalía. Pero ello no significa que Sepúlveda no hubiera tenido contactos con la Dipol. De hecho, según pudo confirmar El Espectador, el 20 de septiembre de 2013 un intendente de apellido Portilla, de la Sijín de Bogotá, lo contactó con agentes de la Dipol, pues supuestamente tenía información sensible. La entrevista se hizo en los alrededores de la Gobernación de Cundinamarca.

En dicho encuentro, el hacker señaló que tenía información sobre estructuras de las Farc en el sur del país, que tenía contactos con el frente 14 de ese grupo armado ilegal, a través de una guerrillera desmovilizada; que su fuente recibiría unos uniformes en Bogotá para llevarlos al campamento de esa estructura en Caquetá, que el jefe guerrillero alias Tornillo estaba detrás de esa operación logística. Asimismo, informó que tenía datos de cómo el frente 48 extorsionaba en su zona de influencia en Putumayo y que mediante perfiles falsos y hackeo había descubierto posibles enlaces de la guerrilla. Además, puso a la Dipol en contacto con su supuesta fuente, que también entregó información. Este diario se abstiene de revelar su nombre para no afectar el proceso.

No obstante, la Dipol concluyó que Sepúlveda no era confiable, que de su entrevista podía leerse un afán de manipulación y ocultamiento y que los datos que aportó carecían de veracidad o podían ser encontrados en redes sociales y páginas web. Sobre su supuesta fuente se concluyó lo mismo e incluso se demostró que una información que entregó sobre alias La Pilosa, compañera del jefe guerrillero Óscar Montero, alias El Paisa, resultó un ‘embuchado’, pues la subversiva había caído en un bombardeo de la Fuerza Pública en febrero de 2010. Es decir, aunque Sepúlveda quiso acercarse a la Dipol, agentes de inteligencia lo descartaron como fuente creíble.

Lo que se sabe es que Sepúlveda sí logró infiltrar a dos policías de la Sijín de Bogotá. Con ellos se le ve en videos en poder de la Fiscalía. Por lo pronto, las autoridades buscan establecer si todas las movidas del hacker estaban respaldadas por información veraz obtenida de sus supuestos hackeos ilegales y sus redes de información en los organismos de inteligencia, o si los datos que decía tener eran más una invención sumada a la habilidad para imitar documentos oficiales del Estado. Mañana tendrán entrevista en la Fiscalía el general Luis Eduardo Martínez, jefe administrativo de la Policía, y los coroneles Jorge Vargas, de la Dipol, y Hoover Laverde, de Planeación.

 

@nenarrazola

@jdlaverde9

Por María del Rosario Arrázola, Juan David Laverde Palma

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