Publicidad

'El Tuso', la clave del caso Arboleda

El Espectador revela las pruebas de la Corte Suprema de Justicia en contra del parlamentario andino Óscar Arboleda.

Juan David Laverde Palma
19 de septiembre de 2013 - 12:04 a. m.
Óscar Arboleda, parlamentario andino detenido hace una semana.  / Archivo
Óscar Arboleda, parlamentario andino detenido hace una semana. / Archivo

La columna vertebral del proceso por parapolítica en contra del parlamentario andino Óscar Arboleda Palacio tiene nombre y apellidos: Juan Carlos El Tuso Sierra. Desde Estados Unidos el narcotraficante señaló que su amistad con Arboleda empezó en 1998, pues un amigo de infancia de El Tuso los presentó cuando el hoy parlamentario detenido oficiaba como secretario de Educación de Antioquia. El puente entre ambos fue Francisco Zapata Ospina, quien también ocupó un alto cargo en la Gobernación y llegó a ser viceministro de Justicia.

Estos detalles están consignados en la medida de aseguramiento que profirió la Corte Suprema de Justicia el pasado martes en contra de Arboleda. En el documento de 56 páginas, conocido por El Espectador, la Corte otorgó plena credibilidad a las acusaciones de El Tuso Sierra. Por ejemplo, según el narcotraficante, se acercó a Arboleda como suele acercarse la mafia al poder político: a través de una “cascada de adulaciones, lisonjas y halagos, financiados por el narcotráfico”. El testigo añadió que le ayudó con dinero a Óscar Arboleda no sólo para hacer política, sino cuando resultó enferma de cáncer una de sus hijas, que finalmente falleció.

Para el año 2002 también le colaboró con vallas, camisetas, compra de talonarios de rifas y con la votación del paramilitarismo que controlaba desde el suroeste antioqueño alias René, un amigo suyo y lugarteniente de Don Berna. Es más, El Tuso sostuvo que era tal su amistad con Arboleda, que solían verse en el lavadero de carros Autofull, ubicado en la avenida Las Vegas de Medellín, en donde solía entregarle dinero en efectivo al dirigente político. En otras ocasiones, simplemente, se sentaban a manteles a comer fríjoles en la casa del capo ubicada en el barrio El Poblado, en la misma unidad residencial donde vivía el exgobernador de Antioquia Alberto Builes.

Además, Juan Carlos Sierra relató que cuando Óscar Arboleda era secretario de Educación recomendó a uno de los hijos del narcotraficante para que pudiera ingresar al prestigioso colegio Montessori de Medellín. De hecho, Arboleda le envió una carta a la rectora del colegio en la que le manifestó que, tal como lo había conversado telefónicamente con ella, “me permito presentarle a la pareja conformada por Juan Carlos Sierra y Mónica María Carvajal, quienes aspiran a que su hijo de tres años y medio ingrese a estudiar en tan prestigiosa institución educativa”. En la carta, agregó Arboleda: “La familia Sierra Carvajal ha sido formada dentro de los más altos valores humanos, católicos y morales, además cuenta con una excelente solvencia para la atención familiar”.

Efectivamente el hijo del capo fue admitido en el colegio en 1999. Para la Corte este episodio no deja dudas sobre la cercanía entre el narcotraficante y el parlamentario, pues ningún secretario de Educación hace recomendaciones de ese estilo si no es porque hay un “cálido respaldo personal”. El Tuso también contó que Arboleda apoyó políticamente a Juan Guillermo Valencia, amigo y compañero de su hermano Álvaro Sierra Ramírez, para que a pesar de tener una muy pobre hoja de vida pudiera ser elegido como revisor fiscal de la Corporación Regional de Antioquia.

El poder de un narco

Al cruzar la versión de Juan Carlos Sierra con el contexto paramilitar de la época en Antioquia, para el alto tribunal es evidente su poder de maniobra con la clase política de la zona. Sierra agregó en su extenso memorial de acusaciones que apoyó a varios líderes políticos “con votos y convites” en Andes, Antioquia, y citó como ejemplo que subsidió unas camisetas para las elecciones de 2002, en las que en una cara se publicitaba la imagen de Mario Uribe Escobar —ya condenado por parapolítica— y en la otra el rostro de Óscar Arboleda. Según la Corte El Tuso patrocinó económicamente a Arboleda en su aspiración para llegar al Congreso, como efectivamente ocurrió.

“No se puede desconocer que El Tuso Sierra, cuñado y amigo de Francisco Zapata Ospina, exviceministro de Justicia y diputado de Antioquia —del mismo movimiento de Luis Alfredo Ramos y el propio Óscar Arboleda Palacio—, a pesar de que nunca tuvo aspiración electoral propia, sí hizo correría política por el suroeste antioqueño”, resaltó la Corte Suprema. En palabras castizas eso significa que El Tuso Sierra gobernó a sus anchas, al parecer, a través de interpuestas personas en la región. Al expediente se trajo la declaración de Luz Marina Acosta, dueña de la firma de decoración de interiores Santa Julia, quien arregló la casa en la que vivía el capo en El Poblado.

En su testimonio, Acosta recordó que en la casa de El Tuso Sierra se hablaba mucho de fincas, ganados y de la cercanía que tenía con el senador Mario Uribe. Según ella, en una ocasión vio a Uribe en la casa del narco, con quien hacía política en Andes del lado del dirigente Francisco Zapata. Mario Uribe, El Tuso y Zapata son oriundos de ese municipio. De esta forma, para las elecciones de 2002, concluye la Corte, existen evidencias de que el capo —extraditado en mayo de 2008 a los Estados Unidos— apoyó para la Cámara a Óscar Arboleda y al Senado a Mario Uribe.

Sobre la presunta colaboración de Arboleda para que El Tuso Sierra no fuera extraditado en 2004 y volviera a Santa Fe de Ralito —a pesar de que había sido expulsado por el gobierno Uribe por ser un narco purasangre—, el testigo dijo que de inmediato se puso bajo la protección de los jefes ‘paras’ Julián Bolívar y Ernesto Báez y que mientras tanto, desde la clandestinidad, acudió a múltiples personas con el fin de persuadir al presidente y al comisionado Luis Carlos Restrepo para que fuera reintegrado a la mesa, tal como pasó el 17 de agosto de 2006. Uno de los políticos que habría realizado “un incesante cabildeo” fue Óscar Arboleda.

Por último, la Corte señaló que Arboleda asistió en el año 2005 a una reunión con prófugos jefes paramilitares en Bello, Antioquia. Ese encuentro se dio en la finca de Hugo Albeiro Quintero, alias El Patrón de Bello, y asistieron los jefes de las autodefensas Ernesto Báez, Julián Bolívar y Alberto Guerrero. De parte de los congresistas llegaron Óscar Arboleda, Óscar Suárez Mira, Manuel Ramiro Velásquez y Luis Alfredo Ramos. El objetivo de la reunión era tratar de conseguir beneficios en el trámite de la Ley de Justicia y Paz para los paramilitares. Justamente Óscar Arboleda era uno de los ponentes de esta ley en el Parlamento.

Para la Corte no hay duda de que esta fue una reunión de amigos, con whisky a bordo y una larga charla sobre la historia política colombiana que los mantuvo entretenidos hasta la madrugada. En su indagatoria Arboleda aceptó que llegó a ese encuentro, pero que se detuvo en la puerta de la finca por encontrarse muy enfermo. Por esa razón sostuvo que “mandó excusas a los organizadores y se devolvió”. Una explicación que no creyó la Corte, entre otras cosas porque El Tuso declaró que Julián Bolívar y Arboleda ya se habían reunido antes en una finca en Puerto Berrío (Antioquia), que él presenció ese encuentro y que además aprovechó “para rogarle” al congresista que intercediera por él.

De vuelta a lo acontecido en la finca de Bello en 2005, Ernesto Báez fue el comandante paramilitar que explicó con más detalle lo que pasó. Dijo, por ejemplo, que El Patrón de Bello, quien prestó el lugar, era muy allegado de Luis Guillermo Ángel, más conocido como Guillo, y del propio Vicente Castaño. También agregó que se tomó licor toda la noche mientras él les preguntaba a los congresistas qué pensaban de la posibilidad de incluir la sedición (delito político) en la Ley de Justicia y Paz y si era posible garantizar las penas de entre cinco y ocho años para las autodefensas. Al final, contó Báez, “no se pudo concretar nada” porque todos estaban muy alicorados, pero sí se comprometieron a apoyarlos.

Bueno es recordar que en la Ley de Justicia y Paz sí se incluyó la sedición para las autodefensas, pero ese artículo fue declarado inexequible por la Corte Constitucional. En todo caso, Óscar Arboleda negó cualquier pacto siniestro con este grupo ilegal, reiteró que estaba indispuesto aquel día y que se marchó pronto; desmintió a El Tuso Sierra en casi todo lo que dijo, aunque aceptó conocerlo y se mostró dispuesto a batallar para probar su inocencia. No obstante, con estas evidencias, la Corte profirió medida de aseguramiento en su contra.

 

Ad portas de cumplir 71 años el próximo 27 de septiembre, el reconocido dirigente político antioqueño vive hoy su momento más difícil. Pudo superar hace más de una década la muerte de su hija e incluso un cáncer que lo llevó a retirarse del Congreso en su momento. ¿Podrá superar este expediente?

jlaverde@elespectador.com

@jdlaverde9

Por Juan David Laverde Palma

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar