Publicidad

'La Gata' bajo la DEA

El Espectador revela los reportes secretos que desde octubre de 2009 han elaborado agentes antidrogas sobre la polémica empresaria y sus estrechos nexos con Salvatore Mancuso Gómez.

María del Rosario Arrázola / Juan David Laverde Palma
10 de noviembre de 2011 - 12:55 a. m.

Más allá de las controversias o los expedientes judiciales que la han perseguido hace 20 años, fue sólo el pasado 9 de octubre cuando se ventiló que la justicia de Estados Unidos le seguía los pasos a la polémica empresaria del chance Enilse López Romero, más conocida como La Gata. El propio director de la Policía, general Óscar Naranjo, fue quien dio el anuncio. No obstante, documentos en poder de El Espectador demuestran que el rastreo tiene un poco más de dos años.

El primer reporte, fechado el 9 de octubre de 2009, fue firmado por Martin K. Caplan, en su calidad de asistente del director regional de la DEA en Cartagena. En dicho documento se reseña que esta oficina, a través de un informante, puso en conocimiento de la Agencia Antidrogas información sensible sobre empresas, casas, fincas, apartamentos, bodegas, vehículos y, en general, una telaraña de testaferros que movían y ocultaban dineros del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso Gómez.

Según los datos aportados, esta organización, dedicada al tráfico de estupefacientes, lavado de activos y enriquecimiento ilícito, era liderada por Enilse del Rosario López Romero y sus hijos, en especial Jorge Luis López, conocido con el alias de El Tiburón o El Gato. El informe confidencial consta de cinco páginas en las que se detallan las direcciones de 28 inmuebles en los que desarrolla sus operaciones este grupo y los nombres de 26 de sus colaboradores, entre los que se destacan un exfiscal, varios exmiembros de la Policía, otro de la Armada y personal de confianza de La Gata.

“Entre la información aportada por la fuente se hace alusión a que una de las empresas en las que ha circulado dinero proveniente de los paramilitares es Uniapuestas S.A., con domicilio en la ciudad de Barranquilla y que tiene como accionistas a miembros de la familia López. Igualmente, hace referencia a las empresas Única S.A., Aposmar S.A., Aposucre S.A., Costa Salud, Seguridad 911 y Uniproducciones”. Dichas firmas, advierte la DEA, “hacen parte del grupo de empresas manejado por estas personas y a las cuales constantemente, después de 2004, se les inyectaron dineros en efectivo provenientes de Mancuso”.

Precisamente, el 31 de enero pasado un juzgado de Bogotá condenó a Enilse López a nueve años de prisión por sus vínculos con las autodefensas y le impuso una multa cercana a los mil millones de pesos. La justicia probó que la empresaria, nacida en El Naranjal (Sucre) en 1953, se alió con el paramilitarismo desde el año 2000 y que se demostró “su trato cercano con los jefes máximos de la agrupación, colaborando y cohonestando con sus pretensiones ilícitas a cambio de seguridad para ella y su familia, así como de recibir apoyo de la colectividad irregular en los proyectos políticos de su prole”.

De vuelta al informe de la DEA, se leen las direcciones de inmuebles en cabeza de testaferros que controla Jorge Luis López, El Tiburón, y que están ubicados en el norte de Barranquilla, Puerto Colombia, Magangué y Sabanalarga. Se reseñan el hotel Valle de Tenza, el hotel El Quimo, las fincas El Garzal, Villa Lía, Villa Enilse, La Habana y El Gato, entre otras propiedades y carros de alta gama. De igual forma, el informante relaciona los presuntos testaferros del clan de La Gata.

Por ejemplo, figuran los nombres de los gerentes de las empresas del chance que maneja Enilse López en Sincelejo o Cartagena. Figuran también representantes legales de Unicat, así como otros señalados testaferros de quienes se refiere que a través de maniobras empresariales lavan dinero de la mafia. Entre ellos aparecen Raúl Montes Flórez, conocido como El señor de los cachos, y Hárold Apolindara, quienes manejan la red de seguridad 911 y de acuerdo con información de inteligencia obtenida por este diario, son los encargados de velar por la vida de La Gata, sus hijos y sus socios.

De Apolindara se describe que fue suboficial del Ejército, funcionario del DAS y que tiene visa americana; de Montes Flórez, que es la mano derecha de uno de los hijos de La Gata; de Armando Carrillo, que es exfuncionario de la Armada y que aún tiene contactos allí; y de Jáider Ramírez se menciona que es expolicía. El informe relaciona a Carlos Miguel Domínguez, Rafael Forero y Guillermo Rojas como testaferros que ya están muertos. Pero de ese listado el nombre que más llama la atención es el del empresario Alfonso El Turco Hilsaca, quien también ha sido relacionado con grupos de autodefensas.

El documento de la DEA informa que cuando Jorge Luis Alfonso, otro de los hijos de Enilse López, se desempeñó como alcalde de Magangué, manejó a su antojo las empresas EPS Salud del Caribe, Regional de Aseo, Chearte, Serviencobros y dos cooperativas de trabajo asociado. El dinero de sus negocios particulares, añade el informante, lo manejaba a través de cuentas de empleados suyos en las que La Gata, “tenía firma autorizada y a través de ellas se manejaban cantidades de dineros que no eran acordes con la actividad económica relacionada en el momento de la apertura de las mismas”.

Por último, se suministran 29 correos electrónicos utilizados por este grupo para manejar sus negocios. Ocho meses después, un segundo informe, firmado esta vez por Cristopher Jakim, subdirector regional de la DEA en Cartagena, volvió a mencionar las redes de La Gata en la Costa Caribe. En éste se relacionan tres inmuebles y se dice que pueden ser objeto de allanamientos, pues allí se encontraría información sobre los negocios ilegales de la controvertida empresaria del chance.

Por ejemplo, uno ubicado en el norte de Barranquilla, en donde se escondería documentación, fotos, videos, portátiles y hasta cajas fuertes. En el documento se describe con detalle cómo están distribuidos los espacios de la casa y se advierte que cuenta con servicio cerrado de cámaras donde quedan grabadas todas las reuniones de La Gata. “En 2007, antes de que el señor Mancuso se casara, se reunió allí por espacio de dos horas con la señora Enilse López, pues la visitó cuando vino a Barranquilla a comprar el esmoquin, y de allí fue trasladado al aeropuerto”.

De un segundo inmueble se dice que es conocido como “La Fortaleza” y que allí en la capital del Atlántico “guardan vehículos de carrera como la (categoría) Nascar, un Ferrari y vehículos y motos de alto cilindraje que son de propiedad de uno de los hijos de La Gata”. El informe añade que este lugar, ubicado en la calle 68 Nº 62B-10, “ya fue allanado en el año 2004 porque presuntamente ahí ensamblaban helicópteros para las autodefensas, uno de los cuales era para uso exclusivo de Mancuso. Del tercer inmueble, ubicado en Medellín, se dice que hay fotografías de la familia López con algunos representantes de la clase política costeña.

No son sólo los señalamientos de la DEA. Organismos de seguridad del Estado han venido desentrañando en los últimos años la influencia y el poder político de La Gata en los departamentos de Sucre, Bolívar, Atlántico y Magdalena. Pese a estar condenada, Enilse López obtuvo el beneficio de prisión domiciliaria por complicaciones de salud. Aún así, en agosto de 2010 agentes de inteligencia de la Policía Militar informaron de una reunión en Magangué a la que asistieron ella, Luis Páez Gómez, Juan de Dios Úsuga y Rubén Arturo Ruiz con el fin de que estos tres últimos, de la banda de ‘Los Urabeños’, le ayudaran a enfrentar a la banda de ‘Los Paisas’, que la estaba extorsionando en Barranquilla.

Por eso se relaciona en otro informe de inteligencia que La Gata ha financiado a esa banda criminal. En mayo de 2010 las autoridades reportaron el crimen de un exagente del DAS en Barranquilla llamado Osvaldo Rafael Castillo, a quien se relacionó como un hombre cercano a La Gata y asimismo a la banda de ‘Los Urabeños’. En otros reportes a los que tuvo acceso El Espectador se advierte que un informante fue testigo de varios homicidios cometidos por la organización de Enilse López entre 2003 y 2010 y que “su papel era el de coordinar envíos de cocaína hacia el exterior a través de distintos puntos en Barranquilla, como Las Flores, Barranquillita, fincas en el Magdalena y playas del parque Tayrona en Santa Marta”.

En síntesis, y ya no es lugar común, la justicia le respira en la nuca a La Gata. Ella sigue reivindicando su inocencia y ha dicho que está dispuesta a presentarse ante las autoridades de Estados Unidos para que le revisen hasta las uñas. ¿Podrá la justicia norteamericana ponerle el cascabel a La Gata?

Enilse y sus 7 vidas

Es una mujer enigmática, que se ganaba la vida leyendo las cartas y haciendo sortilegios hasta que se convirtió en una próspera prestamista que fundó en los 80 Apuestas Permanentes El Gato. Así describe el periodista Alfredo Serrano, en su libro “Las siete vidas de ‘La Gata’”, a Enilse del Rosario López, la mujer que amasó tal poder político y económico en la Costa Caribe hasta ser conocida sólo como ‘La Madrina’. Con su poderío logró introducir a sus hijos en la política, primero en la Alcaldía de Magangué y luego en el Congreso.

Por María del Rosario Arrázola / Juan David Laverde Palma

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar