La Policía reportó el hallazgo de ‘hospitales clandestinos’ de las Farc, ubicados en el Meta y en un barrio del sur de Bogotá, que servían como sitios de valoración y recuperación para guerrilleros cercanos a Henry Castellanos Garzón, alias ‘Romaña’.
Según las investigaciones de la Policía, alias ‘Romaña’, pagó la capacitación en enfermería y conocimientos médicos a alias ‘Tatiana’ y ‘Viviana’, quienes fueron capturadas en desarrollo de una operación contra las llamadas Redes de Apoyo al Terrorismo (RAT), vinculadas al Interfrente del Ariari y en el que también fueron detenidos otros 10 subversivos.
“Estas mujeres aprovechando su conocimiento prestaban servicio en una casa que fue acondicionada no sólo como bodega logística de medicamentos y utensilios que permitieran atender a heridos un poco más avanzados sino también casa de recuperación de enfermos”, señaló el director de la Dijin, general Carlos Ramiro Mena.
Según las investigaciones este frente arrendaba casas habilitadas para el cuidado y atención médica de heridos en combate, una ubicada cerca al campamento central en el departamento del Meta, de forma estratégica que permitiera pasar desapercibidos por las autoridades con perfiles bajos, como campesinos de la región en la cual llegaba los heridos y se les prestaba atención de primeros auxilios.
Alias ‘Tatiana’ coordinaba la entrega de elementos, atención a los enfermos y servicio médico, desplazándose desde Bogotá de ser necesario.
La segunda casa ubicada en Usme, al sur de Bogotá, era atendida por alias ‘Viviana’ quien sólo permanecía en la Capital, a esta casa llegaban los heridos más delicados que dentro de la organización guerrillera tuvieran un cargo de importancia y a su vez necesitaran ser atendido por médicos especialistas.
El general Mena señaló que en los seguimientos efectuados se pudo conocer el caso de uno de los explosivistas de alias ‘Romaña’, quien al preparar un artefacto explosivo para una acción terrorista, perdió la extremidad superior izquierda, dos dedos de su mano derecha y un ojo, fue trasladado a Bogotá por ser uno de sus mejores hombres, de Henry Castellanos Garzón.