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"Hay grandes posibilidades de que 'Simón Trinidad' sea liberado"

En entrevista con El Espectador, el jurista aseguró que la repatriación del jefe guerrillero es posible y que el apoyo del gobierno Obama al proceso de paz así lo demuestra.

María Flórez
20 de marzo de 2015 - 03:09 a. m.
Mark Burton llegó a Colombia para participar en un foro sobre libertad de presos políticos. / Luis Ángel
Mark Burton llegó a Colombia para participar en un foro sobre libertad de presos políticos. / Luis Ángel
Foto: LUIS ANGEL

En repetidas ocasiones, el equipo negociador de las Farc le ha pedido al gobierno Santos que incluya a Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, en la mesa de conversaciones de La Habana (Cuba). A comienzos de este mes, esa posibilidad pareció más cercana con el anuncio del excanciller israelí y asesor internacional del proceso de paz Shlomo Ben Ami, según la cual el presidente Juan Manuel Santos le pidió a Estados Unidos evaluar una posible repatriación del jefe guerrillero. El asunto levantó ampolla en el uribismo —que calificó de “ofensa” esa posibilidad— y llamó la atención del procurador Alejandro Ordóñez, quien le envió una carta al congresista Marco Rubio, presidente del Subcomité para el Hemisferio Occidental del Senado de Estados Unidos.

En la misiva, Ordóñez pidió que “se reafirme que Estados Unidos no ofrecerá ni aceptará la liberación de persona alguna que se encuentre presa en ese país, ni aceptará que dichos presos sean transferidos a Colombia”. En otra orilla, la guerrilla alega que Trinidad ha sido sometido a “tratos crueles y degradantes” y reafirma que su incorporación a la mesa aceleraría las conversaciones. Similares argumentos expone su abogado, Mark Burton, quien llegó a Colombia para participar en el II Encuentro por el trato digno y la libertad de los prisioneros políticos.

En entrevista con este diario, Burton, abogado penalista y administrativo de la Universidad de Denver, expuso sus polémicas tesis sobre la condena a 60 años que recibió ese comandante guerrillero en 2008 por el secuestro de los contratistas norteamericanos Keith Stansell, Thomas Howes y Marc Gonsalves, y aseguró que es altamente probable que el presidente Barack Obama dé vía libre para la liberación de su defendido.

¿Qué tan posible es que el gobierno de EE.UU. libere a “Simón Trinidad”?

Creo que es realmente factible, porque la decisión de dejarlo en libertad está en manos del presidente Barack Obama. Colombia necesita a Trinidad en las conversaciones de paz; él es un hombre instruido, capaz, y trae la experiencia de haber sido negociador en el Caguán durante el gobierno de Andrés Pastrana. Las Farc lo han nombrado como uno de sus plenipotenciarios y es clave que él esté en La Habana. Su liberación contribuiría, indudablemente, a acelerar el proceso de paz.

¿Existe un ambiente favorable dentro del gobierno Obama de cara a una eventual liberación?

No puedo hablar por el gobierno norteamericano, pero sí le puedo decir que en este caso es muy importante que Obama haya designado a Bernard Aronson como delegado para el proceso de paz. Esta es una señal clara de que el presidente de Estados Unidos está apoyando las conversaciones y en esa medida creo que hay grandes posibilidades. Jurídicamente, así como Obama tiene el poder de indultar a una persona, también puede rebajar una sentencia. Esa sería la forma más efectiva, aunque todo depende de las gestiones que haga el gobierno Santos.

¿Han evaluado una posible oposición de la sociedad civil en EE.UU.?

Mire, en diciembre del año pasado, cuando Estados Unidos liberó a los tres (espías) cubanos, hubo mucho ruido, porque la comunidad de exiliados cubanos en la Florida es muy fuerte. Sin embargo, otra cosa pasa con Colombia. Creo que en ese sentido el escenario no sería desfavorable.

¿Cuáles son las opciones con las que cuenta “Trinidad” en los estrados judiciales norteamericanos?

Él fue condenado a 60 años de prisión, gracias a la presión del gobierno colombiano de entonces. Más tarde perdió la apelación. Sin embargo, estamos revisando el caso y buscando alternativas. Quiero dejar claro que para él ha sido muy difícil emprender su defensa, porque durante mucho tiempo no contó con un abogado. Mientras transcurría el juicio contó con defensor de oficio, que siguió en contacto con él exclusivamente por un tema de amistad, de derechos humanos. Además, lleva 11 años recluido en la más absoluta soledad y eso contraviene la Convención Contra la Tortura.

¿Usted comparte la tesis según la cual el juicio en EE.UU. tuvo tintes políticos?

Sí, creo que fue un montaje. Álvaro Uribe le pidió al gobierno norteamericano que pidiera en extradición a Simón Trinidad. Como Estados Unidos le dijo que no existían cargos, el gobierno colombiano buscó supuesta información confiable para lograr que lo extraditaran. A él nunca se lo condenó por narcotraficante, ni por terrorista, sino por el caso de unos contratistas de la CIA que él jamás conoció y que además estaban metidos en zona de guerra. Uribe quería castigar a Simón Trinidad y hay muchas razones que llevan a pensar que esto fue un juicio político.

¿No le parece exagerado sugerir que la justicia de EE.UU. se prestó para hacerle un “montaje” a un jefe guerrillero?

George Bush y Álvaro Uribe eran muy amigos. No podría decirle que se tomaron un café para hablar del asunto, pero hubo un trato entre los dos gobiernos. Además, no se puede extraditar a alguien por razones políticas.

En Colombia se ha cuestionado su posible salida, haciendo énfasis en que las víctimas merecen justicia. ¿Qué responden ustedes?

En este país hay víctimas de muchas características. Incluso, en la mesa se ha hablado de que los prisioneros políticos también deben ser reconocidos como tales. Justamente, el proceso de paz busca que se termine el conflicto armado y que haya paz social para que nadie más sea victimizado. Existen consideraciones políticas que algunos quieren resolver en los estrados judiciales. Pese a que hay sectores en Colombia que quieren seguir la guerra, creemos que los colombianos apoyan el proceso y que, al final, Uribe y sus amigos serán minoría. Si usted hace el balance entre tener un prisionero en Estados Unidos y que un país como Colombia tenga paz, sin duda alguna verá que es más importante la paz.

Por María Flórez

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