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“Para que haya paz la justicia debe ser confiable”: Martín Stendal

El misionero estadounidense explicó por qué la Fiscalía cambió de postura frente a su caso y solicitó la preclusión del proceso.

Santiago Martínez Hernández
26 de mayo de 2015 - 02:33 a. m.
Martín Stendal comenzó su labor luego de haber sido secuestrado por las Farc a finales de 1983.  / Archivo
Martín Stendal comenzó su labor luego de haber sido secuestrado por las Farc a finales de 1983. / Archivo

El pasado mes de febrero el misionero norteamericano Martín Stendal, que llevaba más de dos décadas entregando ayudas humanitarias a grupos al margen de la ley en distintas zonas del país, fue capturado y presentado como un hombre que apoyaba las estructuras de las Farc en la región de Sumapaz. Quienes conocían la labor del extranjero no dudaron en señalar que se trataba de una injusticia. En su momento, le imputaron cargos por rebelión; sin embargo, la Fiscalía cambió su postura y solicitó el archivo del caso.

Hace unas semanas el misionero se reunió con altos mandos de la Fiscalía para exponerles las irregularidades del proceso. Fue entonces, que se decidió realizar un comité con el fiscal del caso de Stendal para analizar la situación. Se puso en evidencia que en el expediente habían desmovilizados que le mintieron a la Fiscalía y que posiblemente el caso ya había prescrito. De tal forma, la semana pasada radicaron una solicitud de preclusión a favor de Stendal ¬el próximo 11 de junio es la audiencia¬, quien desde EE.UU. habló con El Espectador sobre el súbito giro en el expediente.

¿Por qué nace el proceso en su contra?

A mí me gustaría saber la respuesta. Eso salió de la nada porque mi trabajo siempre ha sido consultado con las autoridades.

¿Qué dicen de usted las autoridades?

Por algo están pidiendo la preclusión.

Pero, ¿por qué lo estaban procesando?

Eso era basado en unos falsos testigos que estaban en la cárcel, quienes mentían al decir cosas absurdas que no coincidían con la realidad. Por ejemplo, uno de los testigos dijo que yo estuve construyendo emisoras para John 40 en Puerto Toledo (Meta) en el año 2009, y la última vez que estuve en ese municipio fue en una campaña de paz en 2001 y nunca vimos a John 40. Además, este jefe guerrillero salió de esa zona más o menos en 2004.

¿Quiénes son ellos?

Dumar Yepes Hurtado, alias Samuel Carrill0, Alexander Guzmán, Alfredo Polanía, Róbinson Barrera y John García, desmovilizados de las Farc. No conozco a ninguno de ellos. El gobierno se dio cuenta de la verdad de las personas que me estaban extorsionando desde la cárcel.

¿Lo estaban extorsionando?

Querían sacarme dinero. Me estaban pidiendo $200 millones a cambio de no declarar en mi contra.

¿Cuándo recibió esos mensajes?

En diciembre de 2012 y fue en marzo 2013 cuando comienzan estos falsos testigos a declarar. En lo que hago hay muchas personas que han intentado sacarme dinero, pero nunca hemos pagado una vacuna. Y si nos tenemos que retirar de una zona por esa situación, lo hacemos. Yo solo repartía radios y biblias.

¿Cómo ha sido su relación con las Fuerzas Militares, especialmente con el Batallón Sumapaz?

He sentido que durante este tiempo hemos tenido muy buenas relaciones con las Fuerzas Militares. No solamente en el Sumapaz sino en muchos sectores del país, donde siempre he tenido la costumbre de buscar al general que esté al mando en la zona. Me pongo a la orden y pido permiso para repartir las biblias.

¿Cuándo comenzó esta labor?

Comencé después de ser secuestrado el 14 de agosto de 1983. Me soltaron el 3 de enero de 1984. Desde entonces estoy en esto. El padre Rafael García Herreros me recibió como codirector de su cruzada nacional de reconciliación y trabajé con él hasta su muerte en 1992.

En su proceso también están vinculados unos campesinos. ¿Qué conoce sobre ese caso?

De las otras personas vinculadas a mi proceso solo conozco a tres. Uno de ellos me colaboró con sus mulas para transportar los radios y otro me sirvió de guía.

¿Ellos serían víctimas de los guerrilleros que están buscando beneficios?

Yo soy víctima y, si son los mismos testigos, pienso que todos los que son vinculados en este proceso lo son.

¿Las relaciones con el Ejército se debilitaron cuando cambió el mando en el Sumapaz?

Casi siempre los militares han sido muy amigos. Lo que sucedió fue que cuando salí del Sumapaz, no volví durante dos años y el personal de pronto no sabía de las relacione que yo tenía con los oficiales superiores. Pero no sé exactamente qué pasó. Yo seguiré con mi labor. Sé que hay militares que están injustamente presos por temas de falsos positivos.

¿Su nueva misión es evitar entonces que se propaguen los falsos testigos?

Mi caso ha servido para que la Fiscalía piense en hacer cambios cuando enfrente estas situaciones, como evaluar con mayor rigor a los testigos. Espero que se replique.

¿Cree que su proceso pudo haber afectado las negociaciones con las Farc?

Para que haya paz la justicia debe ser confiable para todos. La verdad en mi proceso se conoció a pesar de haber estado encarcelado un tiempo. Hay casos en los que la gente lleva mucho tiempo en prisión siendo inocente y solo se conoce la verdad al final.

¿Qué sucederá con los falsos testigos?

No guardo rencor y voy a seguir adelante. En la campaña de paz que dirijo enseño que tenemos que perdonar. No los voy a denunciar y voy a dejar que queden en manos de la justicia divina.

Por Santiago Martínez Hernández

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