Javier Velasco Valenzuela es el último de siete hermanos. Al psiquiatra de Medicina Legal él dijo que creció en un “hogar frustrado” por la pobreza, aunque reconoció que su madre era una mujer “muy emprendedora”. Su padre sufría de ataques de epilepsia. “En realidad a mí me tocó la vida más suave porque mis hermanos trataron de sacar todo adelante”.
Su padre falleció en 1989, cuando tenía 72 años de edad. “Le falló el corazón”, dijo Velasco, y mencionó también que había tenido una afección bronquial. El hombre era zapatero y, según su hijo menor, “era una persona muy sincera, muy realista de las cosas, imponente, sabio, un ser admirado por mí”.
Tal admiración no evitó, sin embargo, que padre e hijo se enfrentaran tan agresivamente al punto de que un día el padre de Velasco le clavó un cuchillo en la pierna izquierda. “Yo asumo que (fue) por faltarle al respeto, porque él era mi padre, estaba enfermo y decaído”. Velasco reconoció que el incidente ocurrió en la época en que él se había vuelto un vago, tenía unos 18 años, había comenzado a fumar marihuana cuatro años atrás y le huía al servicio militar. Bazuco consumió también en algún momento de su vida.
Su madre, como lo ha contado su hermano Olmos, falleció hace un par de años de cáncer. Debía tener 85 años de edad pues Velasco, en su relato, dijo en 2002 que tenía 75. La describió como “una excelente persona, muy íntegra, muy sencilla, muy modesta. La mejor persona que he conocido en mi vida. Ella me quiere mucho y yo la quiero bastante”.
De sus hermanos, no obstante, sólo expresó escuetamente: “Pues la vamos bien. Me hablo con ellos pero muy poco”.
Velasco se retiró del colegio con 17 años, luego de perder séptimo grado. Para el psiquiatra examinador, ese fue un dato clave para comprobar su baja tolerancia a la derrota. Empezó como ayudante en un local de venta de radios y pasacintas para carros, en donde duró un año, hasta que cerraron el local.
Estuvo desempleado los tres años siguientes, siete meses de ellos en la cárcel por tratar de introducir marihuana en sus interiores a una cárcel. “Era por hacerle el favor a un amigo”, contó. Tenía unos 20 años cuando empezó a trabajar en el negocio de instalación de alarmas, negocio que aún ejercía cuando fue capturado, señalado de ser el posible autor del atroz ataque que acabó con la vida de su compañera de estudios Rosa Elvira Cely.
Velasco incluso le contó al psiquiatra a qué edad perdió la virginidad: 17 años y con una amiga. “Lo recuerda como una experiencia agradable”, dice el informe de Medicina Legal. Tuvo cinco novias antes de irse a vivir en unión libre con una mujer, tenía 25 años y ella 22. Tuvieron cuatro hijos. “Bien, yo trato de responder lo más que pueda”, fue su respuesta cuando le preguntaron por su relación de pareja.
Velasco le dijo al psiquiatra que nunca había tenido relaciones homosexuales, enfermedades venéreas y que tampoco tenía ninguna disfunción sexual.
Esta fue su autodefinición: “Cuando yo estoy en (mis) cinco sentidos soy muy sensible, amoroso con las personas, no en el sentido homosexual, puedo ser amoroso con los hombres porque creo en el amor y en la buena voluntad. (Soy) extrovertido un poquito a ratos, tengo facilidad para hablar con otras personas y tratar de comprenderlas”.
El psiquiatra que lo evaluó anotó otras cosas: “Siente rabia cuando una persona es agresiva con él o cuando no le salen bien sus cosas. Siente miedo de perder a su familia (…) Los rasgos de su personalidad límite se reflejan en la relación de apego ambivalente que establece con sus figuras significativas; la dificultad para identificar y validar sus sentimientos; el bajo nivel de control de impulsos reflejado en su relación de abuso con drogas. Baja tolerancia a la frustración”.