Hombre que asesinó a su esposa en el Gran Estación podría pagar 50 años

La familia de Viviam Urrego tiene una cita este martes a las 10:00 a.m., en el juzgado 34 penal de conocimiento de Paloquemao en Bogotá. Allí, decía el documento que recibieron, se oficializará un preacuerdo entre la Fiscalía y el asesino de Viviam Urrego, su esposo Giovanny Ceballos.
 
Viviam Urrego fue asesinada el 31 de marzo en el centro comercial Gran Estación, en el occidente de Bogotá. Lo hizo en la plazoleta de comidas frente a decenas de testigos, las cámaras de seguridad, los padres de ella, la madre y el hijo de él y Sofía, la bebé de meses que es hija de ambos.
 
Giovanny le propinó más de 20 puñaladas luego de haber intentado darle un anillo, tratando de convencerla de que se casara con él por la Iglesia. La arquitecta y el ingeniero mecánico vivían en Costa Rica pero, en febrero pasado, ella lo había abandonado luego de un matrimonio de tres años llenos de maltratos físicos y emocionales.
 
El 31 de marzo pasado ella accedió a que Ceballos viera a su hija, pero fue acompañada de su familia pensando que, por estar con ellos y en un lugar público, ella estaría blindada de su violencia.
 
A pesar de la flagrancia, y de que Ceballos no aceptó cargos apenas lo detuvieron sino posteriormente, la misma semana en que el caso de Rosa Elvira Cely se hizo público la Fiscalía radicó un preacuerdo ante un juez en el que se solicitaba una rebaja del 47% de la pena para él. La familia de Viviam Urrego sentó entonces su voz de protesta.
 
El Espectador se comunicó entonces con la Fiscalía. Como se divulgó en la edición del pasado 3 de junio, el vicefiscal Jorge Perdomo le aseguró a este diario que se retiraría ese preacuerdo. Según la ley, un homicida capturado en flagrancia que acepte cargos puede recibir una rebaja de máximo el 25% sobre la pena impuesta.
 
La esperanza de la familia de Viviam Urrego, sin embargo, es que la justicia sea tan implacable con el hombre que asesinó a su hija y hermana como sea posible. Temen, sobre todo, que salga de la cárcel antes de tiempo para perturbar la vida de la pequeña Sofía, a quien su madré sacó de Costa Rica con la esperanza de alejarla de una vida de abusos.  
 
 
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