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La indagatoria de Sigifredo

El Espectador revela lo que le contó a la Fiscalía el exdiputado Sigifredo López el pasado viernes.

Juan David Laverde Palma
21 de mayo de 2012 - 09:00 p. m.

static.elespectador.com/archivos/2012/05/6aa1457bf302b9022931d869d3ba13d3.pdf“Muy respetuosamente pido al señor fiscal que este testimonio se tenga como prueba de mi repudio a las acciones terroristas e infames de las Farc. Esta ha sido mi posición antes del secuestro y con mayor desprecio después del mismo”. Con la entrega de su libro El triunfo de la esperanza y esta dedicatoria al fiscal Paulo César García comenzó la indagatoria el viernes pasado en contra del exdiputado del Valle Sigifredo López Tobón. Su defensa atiende el sentido de la lógica al advertir una y otra vez que “es absolutamente inaudito que a una víctima como yo se le pretenda convertirlo en victimario”.

El Espectador conoció las 28 páginas de la diligencia de indagatoria que rindió López en la Fiscalía, en donde sostuvo que jamás en su vida ha tenido actuación alguna que lo avergüence. “Por eso me golpea tanto o más que el secuestro que hoy se me relacione con esos asesinos, con mis propios torturadores, ¿en qué cabeza cabe eso, por Dios? No puede ser que un ser humano se haga autosecuestrar y se someta a vivir durante siete años a las humillaciones, el riesgo de morir todos los días, a vivir encadenado, tratado peor que un animal, sin la posibilidad de ver crecer a mis hijos, de recibir un abrazo o una caricia de mi mujer, la bendición de mi mamá”.

Las pruebas técnicas en poder de la Fiscalía, sin embargo, desafían el absurdo. En marzo pasado al despacho de la entonces fiscal (e) Martha Lucía Zamora llegó un completo informe sobre los archivos del computador del abatido jefe de las Farc Alfonso Cano. Documentos que durante cuatro meses fueron analizados y en los cuales apareció un video de 61 minutos de duración. Allí, con planos en mano, el interlocutor no deja ver su cara, pero detalla el esquema de seguridad de la Asamblea del Valle, las rutas de evacuación, el nombre y la ubicación exacta de los asientos de los diputados y hasta tilda de “enemiga” a la Policía cuando da su ubicación.

En un instante del video el protagonista se agacha y la cámara registra su cara de perfil. Las pruebas acústica y morfológica que entregó la Dijín de la Policía el pasado 11 de mayo son concluyentes: se trata de Sigifredo López Tobón. El expediente en su contra por los delitos de toma de rehenes, homicidio, perfidia y rebelión se fundamentan en estos hallazgos —ni siquiera en testimonios de exguerrilleros— que la Fiscalía considera determinantes. “La voz de cada ser humano es única e irrepetible, como el ADN”, le dijo a este diario uno de los investigadores. Lo mismo ocurre con las coincidencias simétricas de los rasgos morfológicos de López con la imagen captada por el video de las Farc.

El Espectador también conoció los resultados de estas evidencias. El informe acústico fue elaborado por los peritos Judith Valencia Torres y Liliana Andrea Giraldo, y en él se comparó la voz del video encontrado en el PC de Cano con cuatro audios del exdiputado del Valle: dos de sus pruebas de supervivencia, otro del día de su liberación el 5 febrero de 2009 y el último en el que López le agradece a Piedad Córdoba sus gestiones humanitarias. El resultado no deja sospecha ninguna de que coinciden completamente. El exdirigente tiene una particularidad en la dicción de la letra ‘r’, que sumado a sus entonaciones y matices la hacen única.

Las conclusiones a las que llegó el perito de la Dijín, el intendente jefe Juan Carlos Ramírez Ascanio, aportan nuevos datos a la convicción de la Fiscalía de que Sigifredo López facilitó el plagio de los 12 diputados del Valle, el 11 de abril de 2002. En ese análisis morfológico se comparó la imagen congelada del interlocutor que deja ver su rostro de perfil por pocos segundos y la fotografía del video grabado por las Farc, el día del plagio, en donde aparece Sigifredo López. La superposición de imágenes permitió establecer que se trata de un mismo individuo por las coincidencias en la nariz, boca y mentón.

La indagatoria

Sigifredo López comenzó la diligencia explicando que no tiene propiedades a su nombre, que ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente de cálculos renales y tiene pendientes otras cirugías por dos hernias discales que le quedaron como secuela del secuestro. También señaló que hace poco pidió ser escuchado en versión libre por la Fiscalía luego de que se difundiera una noticia en la que se le relacionaba como beneficiario de la banda criminal de ‘Los Rastrojos’ durante su fallida campaña al Congreso de 2010. Seguidamente explicó su trayectoria política y que antes de su captura el pasado 16 de mayo estaba considerando lanzarse como candidato a la Gobernación del Valle.

Al ser preguntado por la suerte de sus excompañeros de Asamblea, López manifestó que todos “fueron mis hermanos del alma”, que haber sido plagiados “por uno de los grupos más bárbaros” del mundo los hizo padecer toda suerte de vejámenes, que la justicia tiene al frente a “un ser humano víctima de este espantoso delito” y que no comprende cómo puede deshonrarse a su familia al tacharlo como “el peor asesino del país”. El fiscal del caso, Paulo César García, le mostró el video que hoy lo incrimina desglosado en cuatro fragmentos. La respuesta de López fue invariable: “Jamás he visto ese video, esa voz no la conozco y no puede ser la mía”.

Añadió que “esa actuación, esos minutos, jamás han pasado en mi vida”, que la voz del interlocutor es mucho más gruesa, de un guerrillero, y que si esa era la prueba que tenía la Fiscalía para procesarlo “estamos frente al error judicial más grande en la historia de este país”. También dijo que cuando fue secuestrado tenía 38 años y “que esa voz es de alguien mayor de 55 años”. Por eso pidió un nuevo peritazgo en un laboratorio privado. “Prefiero la muerte antes que la indignidad (...). Impugno ese dictamen porque una señora en dos párrafos de cuatro renglones no me puede venir a decir que mi voz corresponde a la de un señor que no conozco”.

Al controvertir la veracidad en las coincidencias del video hallado en el computador de Alfonso Cano, titulado además “Inteligencia Asamblea del Valle”, Sigifredo López pidió que se llame a declarar a los guerrilleros Gustavo Álvarez Cardona, alias Santiago y alias La Mona, quienes participaron del secuestro y siempre han desmentido los rumores que hoy lo tienen preso. De paso reiteró que Reinaldo Valencia, alias El Cabezón, lo señaló en su momento porque el abogado Gustavo Muñoz de la ONG Nueva Esperanza se lo había exigido para tramitarle asilo en Suecia; pero que después se retractó en Justicia y Paz y le pidió perdón a él y a su familia.

Asimismo, solicitó el testimonio del senador Luis Fernando Velasco, según él víctima del mismo complot urdido por el abogado Muñoz. Y en su andanada de acusaciones soltó lo siguiente: “Yo no puedo confiar en nuevos dictámenes periciales hechos por instituciones del Estado. Máxime en una coyuntura como la que estamos viviendo, donde en Colombia cada vez que se habla de un proceso de paz aparecen circunstancias terribles de cacerías de brujas, de bombas y toda una serie de explicaciones que enrarecen cualquier ambiente para lograr soluciones políticas. No puedo permitir convertirme en un chivo expiatorio en una coyuntura donde hay intereses terribles y ocultos”.

El exdiputado manifestó enfático a renglón seguido que han sido muchos los errores cometidos por la Fiscalía en distintos expedientes, que espera que al momento de resolverle su situación jurídica no se equivoque de nuevo y luego termine pidiéndole disculpas. “Es como la metáfora de la gallina: después de que la despluman jamás vuelve a quedar igual”. En ese momento agregó que las Farc ya le quitaron siete años, “por favor, no me quiten el resto de la vida”; que tres años después de regresar del cautiverio aún no ha podido conectarse con su vida laboral, que su economía familiar está en cero, debiéndole a cada santo una vela.

En casi 10 horas que tardó su indagatoria, López, junto a su abogado Alfredo Montenegro, controvirtió los señalamientos con las 239 páginas de su libro El triunfo de la esperanza. Buena parte de la diligencia se fue en los pasajes que citó López, como “cuando me tuvieron encadenado a hijueputazos años enteros”, o cuando les espetó “hijueputas asesinanos” a sus captores luego de enterarse del crimen de sus 11 compañeros, o cuando les hicieron comer estiércol con sardinas, o cuando dedicó un capítulo entero de su libro al suicidio, porque la humillación constante lo llevó al borde de la depresión. “La verdad está en mi libro”, concluyó López y luego se lamentó de que “ahora pretendan decir que soy un guerrillero. No tengo la culpa de haber sobrevivido. Si me salvé fue de milagro”.

Al criticar las pruebas técnicas de la Fiscalía, señaló que siempre ha sido barrigón al punto de que cuando fue secuestrado pesaba 120 kilos. En cambio, advirtió, la persona que aparece en el video es delgada. Sobre la coincidencia morfológica que lo incrimina, Sigifredo López sostuvo que “en Colombia los que tenemos nariz aguileña somos la mitad de la población, y yo correspondo a una morfología de un hombre grueso indio”. Y añadió: “En esta plaqueta que superponen mi nariz (con la del video) casi que la superponen a la brava. Si usted observa aquí no hay nariz, hay una parte de arriba y de abajo. Así cualquier tamaño cuadra para cualquier nariz aguileña”.

Según sus explicaciones a la Fiscalía, la persona que sale en el video de las Farc no tiene bigote, y si lo tiene “es una lanita imperceptible”, en cambio “yo usaba bigote”. Además, dijo López: “Yo tengo el labio superior más salido que el inferior y ese labio que aparece ahí es diferente”. En ese contexto, criticó la evidencia que lo salpica, se quejó de “los oscuros intereses que puedan tener las personas que hicieron estos dictámenes manipulados”. En esencia, censuró todas las pruebas que lo tienen bajo sospecha, sugirió que puede haber varios —y no uno solo— sujetos en el video y calificó las evidencias en su contra de precarias y ligeras.

Con una particularidad. En un momento de la indagatoria se refirió al discurso que pronunció cuando regresó a la libertad y en el que comparó a Piedad Córdoba con la mujer del médico de la novela de José Saramago Ensayo sobre la ceguera. Un discurso que hizo llorar al Nobel de Literatura al punto de que fue invitado a su casa en Lanzarote (España). López le dijo a la Fiscalía que si bien agradecía las gestiones humanitarias de Piedad Córdoba, “eso no significa que yo piense como ella o que esté de acuerdo con sus actuaciones y expresiones. Respeto su modo de pensar, pero no comparto muchas de las cosas que ha dicho. No quiero que se le vaya a dar un tinte político a mi investigación”.

Por último, López recalcó que si hubiera sido un colaborador de las Farc, pues sencillamente el día del plagio no habría ido a la Asamblea o la guerrilla lo hubiera liberado pronto y no lo habrían hecho padecer 82 meses de cautiverio. “Por eso pido que me den justicia, porque estoy seguro, como que me llamo Sigifredo, de que soy inocente”. Resaltó que es inconcebible que lo procesen por rebelión porque jamás ha militado en partido distinto que el Liberal, que no sabe empuñar un arma y que se perdieron oportunidades para tomar los fusiles de los guerrilleros que los custodiaban “porque ninguno de nosotros sabía disparar”.

Advirtió vehemente que las Farc lo amenazaron “porque no les gustó su libro”, que un plagiado como él, que “no tenía la posibilidad de determinar nada, porque hasta para ir a orinar teníamos que pedir permiso, qué capacidad iba a tener para determinar un secuestro o un homicidio”. La historia del exdiputado López desafía la incredulidad. La Fiscalía está segura de que tiene un proceso sólido, que las pruebas técnicas son contundentes, que no hay yerro posible al comparar las voces, que son como el ADN. Sigifredo, desde la otra orilla, señala que este proceso por el que lo acusan se parece “a la novela de Kafka”.

El dictamen acústico de la Fiscalía

En la mañana de hoy la Fiscalía realizará una nueva comparación de voz entre el video decomisado a las Farc y Sigifredo López. El resultado del mismo será determinante en el expediente. En su indagatoria, el exdiputado del Valle manifestó: “Yo, un hombre que ha sido tan crítico de las acciones y equivocaciones políticas de las Farc y de sus actuaciones bélico-terroristas, cómo pueden ahora asociarme con esa guerrilla”.

López relató que siempre ha colaborado para identificar a los perpetradores del secuestro de los diputados, que ha acudido al llamado de la justicia cuando ha sido requerido y que cuando fue liberado se reunió con el entonces comandante de la III Brigada del Ejército para darle “toda la información que pudiera ser útil para la captura de esos asesinos”.

Vea el texto completo de la indagatoria.

 

En Twitter @jdlaverde9

Por Juan David Laverde Palma

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