“La Constru”: la organización criminal en la que se reinventó “El Alacrán”

El exjefe del cartel del Norte del Valle, quien estuvo en la cárcel por la masacre de Trujillo, fue capturado el pasado martes. El grupo surgió en Putumayo tras la desmovilización de los paramilitares y, según las autoridades, controlarían el tráfico de hoja de coca y clorhidrato de cocaína en la región.

Redacción Judicial
28 de junio de 2019 - 12:51 a. m.
"La Constru” resultó llamándose así porque los paramilitares que recién habían dejado las armas solían citarse en un edificio en obra negra propiedad de Bastidas.  / Archivo El Espectador
"La Constru” resultó llamándose así porque los paramilitares que recién habían dejado las armas solían citarse en un edificio en obra negra propiedad de Bastidas. / Archivo El Espectador

Henry Loaiza Ceballos, quien fuera jefe del extinto cartel del Norte del Valle, fue capturado el pasado miércoles junto a 14 miembros de la organización criminal La Constru. El grupo es reconocido por las autoridades como una de las bandas criminales más importantes del sur del país, que surgió después de la desmovilización de los paramilitares del Putumayo en 2006. Además, tendrían nexos con las disidencias de las Farc, el cartel de Sinaloa y la mafia de Albania (Europa).

(Lea también: Henry Loaiza Ceballos, alias El Alacrán, recapturado)

Según la Policía, esta organización se dedica al narcotráfico y logra los mayores "goles" en sus negocios a través de torturas, desmembramientos, extorsiones —entre las víctimas de este crimen hay incluso compañías petroleras—, desapariciones forzadas y homicidios selectivos —como el de una funcionaria del Banco Agrario que les negó un préstamo en 2014—, entre otros delitos. Miguel Antonio Bastidas, alias Gárgola, quien sería su máximo líder y quien ha escapado de prisión por lo menos tres veces, fue uno de los capturados del pasado miércoles, según El Tiempo.

::Los socios que las Farc encontraron en Putumayo::

La Constru resultó llamándose así porque los paramilitares que recién habían dejado las armas solían citarse en un edificio en obra negra propiedad de Bastidas. Una vez el frente Sur del Putumayo de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) vio su fin —dejando en sus nueve años de existencia unas 2.500 víctimas—, se inició una disputa entre los Rastrojos, que apenas llegaban a la zona con los dos frentes de las Farc que dominaban el narcotráfico en la región, el 32 y el 48.

::Indígenas Siona, en el sur del Putumayo, amenazados por las nuevas rutas del narcotráfico::

Al final, el pulso lo ganó las Farc y encontraron en Bastidas —condenado por rebelión en el 2000— el socio que necesitaban. Como informó este diario cuando Gárgola fue capturado en 2015, La Constru era señalada por las autoridades de mover dos toneladas de cocaína al mes hacia Ecuador y de ordenar más del 65% de asesinatos en Putumayo.

Hasta 2010, según informaron las autoridades en su momento, el perfil de los integrantes de La Constru era el mismo en la mayoría: no pasaban de ser 30 y eran desmovilizados de los paramilitares. Para 2015, los casi 130 miembros eran jóvenes entre 18 y 25 años que han llegado incluso de regiones lejanas como Córdoba y se volvían sicarios o jíbaros por un salario que no pasa del millón de pesos.

::Coca y disidencias, la encrucijada de Putumayo:: 

Actualmente, La Constru trabajaría en sociedad con la disidencia del frente 48 de las Farc, comandada por Obeiman Cortés, alias Sinaloa. Las autoridades dicen que el grupo liderado por Bastidas nunca combate ni se enfrenta con otras organizaciones, sino que ejerce control social a través de las armas, principalmente, en las áreas urbanas de Puerto Caicedo y Puerto Asís (Putumayo).

Por Redacción Judicial

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